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ECONOMÍA

¿Por qué es importante saber si la economía crece a la hora de invertir las cesantías?

El director de Estudios Económicos de Asofondos, Jorge Llano, explica cómo el comportamiento de la economía tiene efectos en el empleo y por qué los trabajadores deben guardar su ahorro para épocas de cesación laboral.

31 de enero de 2018

Dos fechas importantes en materia económica tendrá este mes de febrero. El 14 vence el plazo para el pago anual de cesantías que tienen que hacer los empleadores a los trabajadores formales, beneficio que se consignará en sus fondos de cesantías, donde cada afiliado tiene su cuenta individual. A renglón seguido, el 15 de febrero el Dane revelará la cifra de crecimiento económico para 2017, dato que tiene en vilo a todo el mercado.

A simple vista pareciera que no existe relación alguna entre ambas fechas. Sin embargo, sí la hay pues a mayor crecimiento de la economía es menor el desempleo, o visto desde otra perspectiva: si hay una desaceleración económica es muy posible que esto se traduzca en más gente sin trabajo.

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Precisamente esto es lo que ha venido ocurriendo en los últimos meses, cuando hemos evidenciado un crecimiento relativamente bajo y una tasa de desempleo al alza y es en estas coyunturas en las que adquieren mayor relevancia las cesantías, pues se convertirán en el mejor seguro de desempleo para los afiliados que pierdan su trabajo.

En 2017 el retiro de cesantías por terminación de contrato, en muchos casos ligado a pérdida de trabajo, llegó a 1,69 billones de pesos, equivalentes a una tercera parte del total de retiros del año pasado, los cuales se ubicaron en 5 billones de pesos. Por su parte, más de la mitad de los retiros se focalizó en gastos asociados a vivienda, bien fuera compra (cabe destacar que este rubro aumentó cerca del 30 por ciento con respecto al año anterior), mejoramiento de vivienda, o liberación de deuda. El 9,7 por ciento restante se utilizó en educación.

Aunque el retiro por concepto de terminación de contrato o desvinculación laboral fue 3,7 por ciento superior al monto retirado en 2016, es importante trabajar en un compromiso claro como sociedad que resalte la importancia de este mecanismo y que garantice el uso de estos recursos como seguro de desempleo.

Para lograr lo anterior se requiere un esfuerzo conjunto entre Gobierno, empresas, administradoras de cesantías y, por supuesto, de los mismos trabajadores. Es importante que los empleadores cumplan con su responsabilidad de velar porque sus trabajadores den un uso eficiente de ese importante seguro.

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Por su parte, las administradoras de cesantías deben no solo hacer buena gestión de los recursos para tener rentabilidades positivas para el afiliado, sino también asegurar que el proceso para retiro de cesantías sea el adecuado. También está el deber del afiliado, de tomar mayor conciencia sobre la importancia de conservar sus cesantías para tener tranquilidad en caso de quedar sin empleo y durante el tiempo que dure su búsqueda de un nuevo trabajo.

Finalmente, el Gobierno debe estudiar a profundidad si los usos hoy permitidos para el retiro de cesantías están cumpliendo con los objetivos planteados y, en caso de no ser así, promover los cambios legales para asegurar una verdadera protección al cesante.

Todo lo anterior es particularmente relevante en una coyuntura en la que las estimaciones de crecimiento para 2018 no parecen ser muy optimistas, y según varios analistas, incluido el Banco de la República y el mismo Gobierno, se podría esperar un dato cercano al 2,5 por ciento en la variación del producto interno bruto.

Estas cifras indican que el mercado laboral continuará enfrentando unos retos importantes, al menos hasta 2019, por lo que reiteramos que las cesantías serán un respaldo esencial para las personas que enfrenten una situación laboral desfavorable dada la dinámica de la economía.

Pero, si el trabajador ha sido juicioso y acumula una importante cantidad de recursos en su fondo de cesantías, puede destinar un porcentaje de ellas a vivienda o educación sin comprometer la mayor parte de su ahorro, el cual seguirá siendo su colchón ante una eventual pérdida de empleo.