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Rappi: una idea millonaria que vino de los usuarios

Empezaron siendo tres millennials y ahora son el primer start-up nacional que alcanza una valoración de 1.000 millones de dólares en los mercados internacionales. El secreto de su éxito será revelado este sábado en el Festival Ideas al Barrio.

18 de septiembre de 2018
Simón Borrero estudió Administración y tiene 34 años; Sebastián Mejía estudió negocios y tiene 33; y Felipe Villamarín, economía y tiene 30.

Sin duda Rappi es una de las empresas más exitosas de América Latina en la actualidad. Tienen más de 13 millones de usuarios y en solo tres años ya trabajan en 27 ciudades del subcontinente. Además, obtuvieron el apoyo de  Sequoia Capital, el fondo de capital de Silicon Valley que ha invertido en empresas visionarias y destacadas como Apple, Google, Yahoo, YouTube y Airbnb.

La empresa, fundada por tres millennials -dos caleños y uno bogotano (Villamarín)- que no pasan de los 35 años, nació como una aplicación que ofrecía a domicilio productos de una tienda de barrio. Según cuenta Simón Borrero, uno de los fundadores, tuvieron la suerte de dejar un campo abierto donde la gente podía escribir sugerencias. De pronto empezaron a ver que la gente pedía cosas como hamburguesas, crepes, medicinas y mercado. Pero también se dieron cuenta de que la gente pedía favores. “Lo valioso de Rappi no fue idea de nosotros, fue idea de los usuarios”, confiesa Borrero.

Los creadores de Rappi empezaron a responder a esas necesidades a través de asistentes o rappitenderos que a cambio de dinero van a comprar y a hacer cosas que otros les da pereza hacer. Ahora no solo llevan cualquier producto en 30 minutos, sino que ofrecen servicios las 24 horas de días, los siete días de la semana.

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Hoy un Rappitendero hace cosas como prestar dinero, hacer una fila para comprar las boletas de un concierto, pagar recibos, sacar a pasear el perro, hacer el manicure o llevar a un familiar al médico. “Es como un primo o una tía que siempre está disponible para hacerte favores”, dice Borrero. Uno de los casos más curiosos fue cuando un grupo de amigos le pidió a un rappitendero que fuera a jugar un partido de FIFA de PlayStation porque le hacía falta un jugador. “Rappi te compra y te ofrece todos los servicios que sean legales”, agregan los fundadores.

Antes de crear Rappi Simón Borrero, de 34 años, estuvo en otros emprendimientos. Cuando apenas comenzaba su carrera de Administración de Empresas fundó una agencia de modelos online con la que logró reunir a 5.500 personas. El problema fue que no le consiguió trabajo a ninguna. Pero estaba decidido a tener su propio negocio. Más adelante creó Imaginamos, una empresa que desarrolla software con la que aprendió a hacer páginas web. Contrató a uno de sus profesores y la empresa creció hasta tener 300 empleados.

Pero esto no era suficiente para Borrero. Entonces fundó Grability, un software que presenta los productos de forma lineal y permite tirarlos a la canasta. Aunque es muy sencilla, no existía. Lo patentó junto a sus socios en Estados Unidos y empezaron a trabajar con las empresas más grandes del mundo. Su primer socio en esta empresa fue Sebastián Mejía, de 33 años, y el primer empleado fue Felipe Villamarín, de 30 años. Hoy Grability e Imaginamos siguen funcionando pero los tres están de lleno con Rappi, una empresa que hace un puente entre un grupo de personas que tienen todo en la vida menos tiempo libre y otro grupo de personas que tienen tiempo pero necesitan ingresos adicionales.

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Rappi además se convirtió en un intermediario entre grandes empresas y el comprador. Ya se puede pedir productos que no venden en Colombia de Estados Unidos, y hoy entre sus aliados están compañías como Procter and Gamble, grupo Éxito, Carulla, El corral, Crepes & waffles y Coca- cola, pero también tienen en su lista de aliados a otras empresas más pequeñas. “Algunos no creían en el potencial de Rappi entonces lo que hacíamos era demostrarles que a través de nosotros podían vender mucho más y nos volvimos importantes para ellos”, explica Borrero.

Nuevamente, gracias a estar atentos a los comentarios a los comentarios de sus clientes, se dieron cuenta de que la gente no confiaba en algunos rappitenderos para hacer mercado, por ejemplo. Fue así como empezaron a contratar personas que fueran expertas en algunas cosas. Ahora hay asistentes que pueden escoger mejor que nadie un pedido de verduras, de carnes, y es un servicio que se ha convertido en la pieza clave para definir una compra con almacenes de cadena o una microempresa.

También se dieron cuenta de que los clientes querían tener una cercanía con el rappitendero. Por eso, estos asistentes antes de hacer una compra hablan con los clientes, chatean  envían fotos y videos para que las personas estén satisfechas con el servicio.

La semana pasada ocurrió algo impresionante: el jueves se cerró oficialmente la ronda de inversión liderada por el fondo de capitales TDS, que inyectó 220 millones de dólares a Rappi y convirtió este negocio, originado en Bogotá, en una empresa que vale 1 billón de dólares. Este fondo es el mismo que puso plata para crear lo que son hoy Google y WhatsApp, entre otros grandes nombres.

La noticia es relevante porque el emprendimiento digital colombiano no tiene más de una década y porque, después de miles de ideas de negocios y proyectos surgidos en la ola reciente, por fin una de ellas entra a las grandes ligas. Se trata de un logro relativamente común en los emprendimientos tecnológicos de Silicon Valley, pero escaso en América Latina. En el subcontinente solo nueve emprendimientos han logrado acceder a esta categoría. Cuatro de ellos corresponden a Argentina, dos a Brasil, dos más a México y uno a Chile. El décimo está ahora en Colombia.

Borrero reconoce que nada grande viene sin trabajo duro y que el éxito ha sido trabajar con personas que admira sinceramente, que lo complementan y que considera más inteligentes que él. Está seguro de que Rappi hasta ahora está empezando.  

Este sábado, en medio del festival Ideas al barrio (que se llevará a cabo entre el 22 y el 23 de septiembre en Bogotá) Sebastián Ruales, el director comercial y de ingresos de esta compañía contará cómo Rappi logró entender el rumbo que están tomando los negocios -especialmente los emprendimientos- en la era digital y conversará al respecto con Eric Basset, CEO de Jumbo, Jaime Ramírez, gerente de Mercado Libre; Cristian Dieb, CEO de IPG Media Brands; y Juan David Castaño, vicepresidente de fortalecimiento empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá. Modera el periodista y exdiplomático Mauricio Rodríguez Múnera.

Día: sábado 22 de septiembre

Hora: 11:00 a.m.

Nombre de la charla: ‘Los negocios del click‘

Lugar: Revista Semana (carrera 11 no. 77a-65)

Entrada libre hasta completar aforo

*El festival Ideas al barrio se llevará a cabo entre el 22 y el 23 de septiembre en el Colegio Gimnasio Moderno, la sede Chapinero de la Cámara de Comercio de Bogotá y el edificio de Publicaciones Semana. A través de charlas, debates, entrevistas y experiencias, diferentes miembros de  la academia, la cultura y el entretenimiento estarán abordando temas de actualidad. La entrada es gratuita.

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