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BARES

Restaurantes estiman pérdidas de $ 60.000 millones por nuevos toques de queda

Al igual que los bares, estos negocios vuelven a estar contra las cuerdas, pues sus ventas se activan durante los fines de semana. Estas son las cuentas.

21 de enero de 2021

Cuando apenas empezaban a levantar cabeza, los restauranteros tuvieron que volver a bloquear la entrada a sus sitios de negocio.

El toque de queda llegó de nuevo, durante los fines de semana, y esos son los días en los que las ventas de estos sitios se mueven más.

En general, su actividad depende de la demanda de las familias que salen en sábado y domingo a disfrutar una comida en grupo, y de los trabajadores que, en días laborales, requieren alimentarse fuera del hogar. Ambos grupos poblacionales están sometidos a las medidas restrictivas aplicadas para detener la velocidad de contagio en medio de la crudeza de la pandemia de covid-19.

Las cuarentenas en algunas ciudades del país, justamente las que más utilizan el servicio de restaurantes, llevó de nuevo a que la gente tenga que guardarse en sus casas y, los que pueden hacerlo, seguir en teletrabajo. Los demás salen, pero al rebusque.

Sin familias, sin trabajadores, el gremio de restaurantes Acodres dice que ahora “se perdió todo lo que se había avanzado en la corta reactivación que tuvieron durante el último tramo del 2020.

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Guillermo Gómez, vocero del gremio, expuso las cuentas que los trasnochan. Llevaban pérdidas acumuladas por 155 mil millones de pesos y ahora, con los toques de queda que vienen “proyectamos 60 mil millones de pesos más”.

La ola de pérdidas ‘contagia’ de inmediato al empleo y a muchos otros sectores de la economía. Desde la perspectiva del gremio de restaurantes, como están en riesgo 8 mil establecimientos, se reducirían 45 mil empleos. En términos de ramas productivas, la industria gastronómica colombiana está soportada por una gran cadena de servicios, entre proveedores y operarios, que van desde el cultivador en el campo, los que comercializan productos, los que hacen el pan, o mueven la logística para que los alimentos lleguen a su destino.

Según expresa Guillermo Gómez, los restaurantes están vendiendo la mitad de la mitad de un enero normal, es decir, “nos devolvieron al nivel de ventas con los que arrancamos en la reapertura de septiembre”.

Recientemente, el centro de pensamiento económico Fedesarrollo, divulgó un informe en el que aporta cifras sobre el costo de las medidas de aislamiento. La cifra expuesta, solo contando con lo que está sucediendo en Bogotá y Medellín, sumaría un costo para el país que lo ubican en un rango de entre 8,3 billones y 12,5 billones, esto es más o menos lo que han representado en recaudo las últimas reformas tributarias que ha hecho el país.

Fedesarrollo confirma que el costo más alto, lo pondrán sectores como el comercio, dentro del cual están los restaurantes.

La encuesta de Pulso empresarial, divulgada por el Dane, también muestra que el panorama no es para nada alentador. Un 91 % de los empresarios había vuelto a un estado de operación normal en diciembre. El 9% restante mantiene cerradas sus puertas. Ahora, con las nuevas medidas, la confianza por volver a apostar a la reactivación y traer de vuelta a los empleados, volvió a caer.

Tenían esperanza de un mejor 2021

El sector gastronómico en Colombia es de gran tamaño. Las estadísticas de Acodres dan cuenta de 17.000 negocios formales y alrededor de 73.000 informales. En un año como el 2018 movieron recursos cercanos a los 10 billones de pesos.

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Cuando llegó el coronavirus al país y se implementaron las cuarentenas totales, el servicio a domicilio se activó, pero no era el fuerte de una industria que, en aras de competir, estaba ofreciendo experiencias gastronómicas a los comensales.

Por esa razón enviaron señales de humo y mostraron que, “las nuevas operaciones de domicilios y cocinas ocultas no superan servicio a la mesa y autoservicio”.

Aun así, con los números que llevaban entre septiembre y diciembre, luego de la reactivación de su actividad, mantenían la esperanza de un 2021 mejor que el total del 2020.

Su mayor clamor era que se ejerciera el control sobre la pandemia, de manera que no fuera necesario volver al aislamiento preventivo obligatorio. “Una nueva cuarentena devolvería al sector al peor momento de este año, liquidando al 50 por ciento de los establecimientos que lograron mantener su operación”. Esa es la preocupación por un enero que ven casi perdido.