Economía
Ricardo Bonilla presenta renuncia “irrevocable” a su cargo como ministro de Hacienda. “Es hora de asumir mi defensa como ciudadano”
Pocas horas después de que el presidente Gustavo Petro le pidiera la renuncia, el jefe de la cartera de las finanzas, envuelto en el escándalo de corrupción de la UNGRD, dimitió a su cargo. Aseguró que las finanzas del país gozan de “buena salud”.
Tras las declaraciones de su exasesora María Alejandra Benavides, en torno al escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), y luego de que el presidente Gustavo Petro le pidiera la renuncia, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, presentó su dimisión.
En su carta dirigida al presidente Gustavo Petro, aseguró que respeta el trabajo de la Fiscalía y que no usaría el cargo en el gabinete para defenderse. “Considero que ha llegado la hora de asumir con mi equipo jurídico mi defensa como ciudadano, desprovisto de mi condición de funcionario público, para concentrarme en el proceso y evitar cualquier daño al devenir del Gobierno en su agenda pública”.
El ministro Bonilla, como el entonces ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y el enlace entre el Gobierno y el Congreso, Jaime Ramírez Cobo, resultaron salpicados con las afirmaciones de Benavides, en torno al trámite de contratos por más de 92.000 millones de pesos para obtener el respaldo de la Comisión de Crédito Público del Congreso.
De hecho, en su misiva, Bonilla aseguró que esta situación deja lecciones. Estos duros episodios dejan lecciones sobre el diseño institucional de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público. Las permanentes dilaciones en el otorgamiento de conceptos, no vinculantes, se prestan a maniobras que dejan al ministro de turno en aprietos”.
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Agregó en la comunicación: “Me retiro con la frente en alto, confiado en convencer a mis investigadores que no compré silencios, ni votos de congresistas, ni cupos indicativos, ni cometí delito alguno en provecho personal”.
Bonilla manifestó que las finanzas del país gozan de buena salud y afirmó que la estabilidad fiscal se mantiene “a pesar de las circunstancias internas y externas que nos correspondió afrontar. Hago votos porque su gobierno del cambio, en la recta final de su mandato, consolide el inicio de una Colombia nueva con más inclusión y menos desigualdad”.
Este es el epílogo de un día muy agitado alrededor del hoy saliente ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. La mañana inició con una noticia que, al parecer, fracturó instancias internas del Gobierno, al conocerse que Bonilla presentó denuncias sobre supuestas injerencias de Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y Nicolás Alcocer Petro, hijo de Verónica Alcocer, en la hidroeléctrica de Urrá.
El ministro Bonilla le confirmó a SEMANA que hizo el denuncio con base en anónimos que fueron entregados a la Fiscalía para averiguación, referidos al caso de Urrá y la contratación. Esos anónimos hablan de distintas personas y hechos.
La denuncia está relacionada con procesos licitatorios que habrían privilegiado a las empresas Positive Energy SAS y Ecoenergética Soluciones de Ingeniería SAS. Se trata del Parque Solar Urrá 19,9, que presenta un retraso de dos años en su construcción y entrada en operación.
La acusación indica que David Cerón habría utilizado su relación cercana con Nicolás Alcocer Petro para presionar a directivos de Urrá, con el objetivo de alcanzar la adjudicación del Parque Solar Inti II. Incluso, advierte amenazas a los directivos actuales de la compañía.
En la denuncia se señala, como expuso Blu Radio, que la empresa Power China, socia de Luxim Ingeniería S.A.S. en el consorcio Lux Power 2022, ha sido favorecida en diversos contratos estatales relacionados con el sector energético. Estas adjudicaciones, según Bonilla, deben ser objeto de revisión debido a los vínculos cercanos entre los principales actores mencionados y su influencia en la administración de Urrá S.A.
Acto seguido, Ricardo Roa se pronunció y negó la vinculación con este acaso, aunque aseguró que el ministro Bonilla está haciendo el ejercicio que corresponde a cualquier funcionario público “ante denuncias de posibles conflictos o actos de corrupción. Él está procediendo de conformidad a la ley y eso hay que hacerlo, y a mí también me corresponde hacerlo, y cuando hay un anónimo al respecto debo darle traslado a las instancias pertinentes para que se investigue”.
Posteriormente, el presidente Gustavo Petro, en su cuenta de X y desde Montevideo, le pidió la renuncia a su ministro de Hacienda. “Espero, por tanto, la renuncia de un gran compañero y profesor honesto, el doctor Ricardo Bonilla, secretario de Hacienda de Bogotá Humana, que la dejó en su mejor momento financiero, y gran ministro de Hacienda, que sacó a Colombia de la recesión por el sobreendeudamiento que dejó Duque”, expresó Petro en su cuenta personal.
Y agregó el jefe de Estado: “Espero su renuncia, no porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de gobierno y quieren derribar inconstitucionalmente este gobierno, porque quiero que sea un economista como Varoufakis y no como Tsipras, porque no voy a permitir que se acorrale al pueblo con extorsiones, y porque usaré la Constitución si el Congreso se deja llevar de quienes extorsionan”.
La carta de renuncia de Bonilla es el epílogo de las denuncias de corrupción en la UNGRD, que tuvieron el pasado fin de semana uno de los más comprometedores episodios: las demoledoras declaraciones, a una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, de Benavides, exasesora del ministro de Hacienda, con relación a ese escándalo de corrupción.
Sobre Bonilla, la exasesora dijo: “Sí, señora, él lo sabía todo, absolutamente todo. [Yo] necesitaba autorización, todo necesitaba que él [lo] supiera. Yo no lo hacía sola”. Y agregó: “El 3 de enero, cuando yo le voy a hablar de la carta, yo le digo: mire, en diciembre pasó esto, yo mandé los contactos el señor Sneyder; luego me dijo: la última semana de diciembre, que no se ha movido, que ya habían hablado con ellos, pero que ya”, afirmó Benavides.
Y fue más allá en su declaración: “Él me usó, él me usó, por el hecho de ser el ministro de Hacienda y a él no le importaba el costo que tenía que pagar; él sólo necesitaba sacar esto”. Advirtió que el ministro Bonilla “sabía que esos contactos los había sacado yo de lo que me habían pasado los congresistas que tenían los cupos indicativos (…). Yo no le puedo decir mentiras a usted. Si él sabía, yo no sé, yo no podía cuestionarlo, pero aquí soy transparente y le digo: estoy segura de que el ministro sabía de esos contactos para ellos y que a cambio le iban a dar esos créditos”. Benavides también destacó que Bonilla no hacía nada sin que Velasco supiera.
En nuevas grabaciones que conoció SEMANA, Benavides le dijo a la Fiscalía General de la Nación que el entonces ministro les ofreció personalmente “cupos indicativos” a los congresistas que presidían las comisiones tercera y cuarta del Senado y Cámara de Representantes.
“El ministro se sienta con los congresistas, que son los presidentes de las comisiones económicas y se acuerdan unos montos de cupos indicativos para (inaudible). Por ejemplo, hablando explícitamente, que se lanzaban los fondos y los presupuestos generales de la nación y las iniciativas (inaudible). Y del sector militar y del sector de (inaudible), cualquier iniciativa que necesita sacar el Estado”, indicó la exasesora del ministro Bonilla.