SALARIO MÍNIMO

Salario mínimo en Colombia 2021: esto dicen los que lo van a negociar

La CUT inició el debate al poner a sonar sus argumentos. La CGT y gremio de los empresarios dicen que es prematuro hablar de cifras para el aumento.

26 de octubre de 2020
Si los trabajadores disponen de ingresos para consumir, el salario mínimo se vuelve un instrumento de reactivación de la economía | Foto: Daniel Reina

Aunque aún está relativamente lejos la negociación del incremento en el salario mínimo para el año 2021, el cual se entrará a debatir donde corresponde, en la mesa tripartita de concertación de la política salarial, salió a relucir una cifra de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), según la cual, el mínimo debería tener un aumento superior al de este año, que fue del 6 por ciento.

Consultados la Confederación General de Trabajadores (CGT) y el premio de empresarios ANDI, que forman parte de la comisión de concertación, ninguno de los dos tiene aún una cifra para llevar a la negociación. Principalmente, previendo que la pandemia continúa, lo que será definitivo para el curso de la puja que siempre se da entre trabajadores, empresarios y el Gobierno como garante del encuentro para llegar a un acuerdo, sin el cual el aumento del salario mínimo se fijaría por decreto.

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No obstante, Julio Roberto Gómez, presidente de la CGT, dice que es partidario de que se unifiquen criterios entre los sindicatos acerca de la cifra que se llevará a la mesa tripartita.

El dirigente sindical enfatiza en que lo que sí está claro es que no se puede utilizar la pandemia como disculpa para no hacer un incremento a los trabajadores, con el argumento de las pérdidas que han tenido las empresas, lo que sería contraproducente para todos.

Tradicionalmente, la negociación de salario mínimo comienza a inicios diciembre, de manera que el primer vencimiento para que las partes lleguen a una conciliación es el 15 de diciembre, pues antes del 30 del último mes del año esta cifra de incremento debe estar establecida, ya sea con la participación tripartita o con la decisión unilateral del Gobierno.

En esta oportunidad, más que nunca se requiere una solución equilibrada para la fijación del aumento en el salario mínimo. El año de la pandemia, sin precedentes en la historia reciente, es un tema infaltable en la negociación, puesto que se requieren dos puntos importantes: que los ciudadanos tengan disponibilidad de ingresos y que las empresas estén de acuerdo en pagar la cifra y así generar empleos. Del lleno de esas dos condiciones depende que se forme la bola de fuego que se necesita en la economía para que se logre el crecimiento necesario.

La CGT dijo que aún no tienen una cifra establecida, pues hay muchas variables todavía que se deben considerar.

La sustentación de la apuesta de la CUT

Para hacer claridad a su propuesta, Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, dijo en SEMANA que, aunque no han hablado de una cifra exacta, traen al debate del incremento en el salario mínimo el hecho sucedido durante el año pasado, cuando hicieron una propuesta de alza del 12 por ciento, cifra que estuvo en las negociaciones hasta quedar en 6 por ciento.

Desde la perspectiva de Orjuela, más que nunca se necesita meter plata en el bolsillo de la gente, de cara a la reactivación de la economía, ya que la gente es la que consume los productos que producen las empresas y, a su vez, las empresas producen y generan empleo si hay consumidores.

En ese contexto, según sostiene Orjuela, se requiere resolver la necesidad de que haya dinero en los hogares, por lo cual el incremento debe ser superior al del año pasado. Esto no tendría que salir de las arcas de las empresas, que también han sido golpeadas en la crisis. La propuesta del dirigente sindical es que el Gobierno se meta la mano al dril para que el aumento en el salario mínimo sea un instrumento para la reactivación económica.

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Este año, más que nunca, la negociación inteligente del salario mínimo será clave. Foto Guillermo Torres Reina / SEMANA | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Lo que había dicho el Emisor

En septiembre, el Banco de la República había revelado ya una encuesta de expectativas económicas que fue aplicada en julio, cuando aún había mucha mayor incertidumbre sobre la pandemia. Ahora, si bien está en el horizonte la llegada de una segunda ola de contagios, por lo menos se tienen estadísticas, precedentes de otros países que ya están en ese trance, y, de alguna manera, un poco más experiencia que al inicio de la crisis sanitaria y económica.

La encuesta del Emisor fue realizada entre directivos de empresas del sector productivo, consultores y miembros de la academia de las principales ciudades del país.

El resultado mostró que, con base en la expectativa de caída de la economía que se tenía en ese momento, el incremento del salario mínimo debería ser de alrededor del 3,48 por ciento, es decir, unos 30.000 más con respecto al salario actual.

En todo caso, no hay que perder de vista que el incremento del salario mínimo es una decisión que obedece a una serie de variables que aún no están ni cerca de conocerse. El punto más difícil de predecir es el que se refiere a la productividad laboral, la contribución de los salarios al ingreso nacional, la inflación del año actual y la proyectada para el año siguiente.