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Salario mínimo en EE. UU.: propuesta de Biden de subirlo destruiría 1,4 millones de empleos
De acuerdo con un reporte del Congreso de ese país, un aumento a US$ 15 por hora impactaría el mercado laboral. Pero sacaría a 900.000 personas de la pobreza.
Cuando del mercado laboral se trata, pocas veces las cosas se pueden ven en blanco o negro y, en su lugar, se deben buscar matices.
Estados Unidos no es la excepción. Por estos días, en el país norteamericano toma fuerza la idea de Amazon y el presidente Joe Biden de aumentar gradualmente el salario mínimo a US$ 15 de aquí al 2025 (hoy está en US$ 7,25), con el fin de darles mayor capacidad adquisitiva a los ciudadanos.
Esta política les permitiría mitigar la dura crisis económica y social que trajo la pandemia, al tiempo que aumentarían el consumo y esto se traduciría en mayores beneficios para empresarios. No obstante, los efectos de esta medida van más allá y no todos son positivos.
Según un reporte de la Oficina Presupuestal del Congreso de EE. UU. (que no incluye a miembros de partidos), elevar el ingreso mínimo federal en dicha proporción llevaría a que 27 millones de trabajadores reciban mayores recursos. Del total, unos 900.000 superarían la línea de pobreza.
No obstante, a la par que esto sucede, 1,4 millones de puestos de trabajo se destruirían en los próximos cuatro años. Esta conclusión llevaría a un grupo de republicanos a rechazar la medida en el Capitolio.
De hecho, desde este partido, en conjunto con economistas y empresarios, han alertado por el efecto contrario que traería consigo una política de este tipo. Más cuando el mercado laboral en ese país y el mundo sigue sin dar tregua, por cuenta de la pandemia.
Además, el aumento propuesto es mucho mayor que los aprobados en el pasado reciente, pero los partidarios argumentan que está justificado porque ha pasado más de una década desde que se elevó el salario y el mínimo actual es demasiado pequeño para el costo de vida en Estados Unidos.
Según el proyecto de ley introducido por los demócratas en la Cámara de Representantes y el Senado, el salario mínimo aumentaría a 9,50 la hora tres meses después de la promulgación de la ley, y luego llegaría a 15 en cuatro intervalos durante un período de cinco años.
“Ha habido un debate durante años”, asegura Gregory Daco, economista jefe de Oxford Economics en Estados Unidos, explicando que algunos estudios han demostrado que puede causar la pérdida de puestos de trabajo, mientras que otros no.
Sobre esto último, la ciudad de Seattle ha sido objeto de estudio por años, ya que fue la primera ciudad en instaurar el mínimo de 15 dólares por hora (en el 2014). En este caso, algunos estidios señalan que ha generado una mayor presión sobre los empleadores, llevando a que reduzcan sus nóminas.
De hecho, un reporte de la Universidad de Washington asegura que esa política redujo la nómina total en trabajos de bajos ingresos, con salarios que aumentaron un 3 por ciento, pero que las horas laborales disminuyeron entre un 6 y un 7 por ciento.
De otro lado, un estudio realizado en 2017 por la Universidad de California, en Berkeley, encontró que la política hizo subir los salarios en la industria de servicios alimentarios sin pérdida de empleo. Por ende, hubo un círculo virtuoso entre ingresos, consumo y crecimiento económico.
Howard Wright, director ejecutivo del Seattle Hospitality Group y coautor de la iniciativa, sostuvo que descarta en gran medida las evaluaciones contradictorias de la política de Seattle.
Por lo pronto, el proyecto mantendrá su curso en el Congreso, pero su futuro no está del todo asegurado. El sector privado estará atento, sobre todo porque aún no se han recuperado del golpe del coronavirus.
Con información de AFP