politica social

"Se necesita humildad"

Diego Palacio, ministro de Protección Social, habla de su papel en la nueva cartera y explica cómo reglamentará las reformas laboral y pensional.

30 de marzo de 2003

Desde cuando asumio el 'superministerio' de Protección Social Diego Palacio ha hablado poco en público y le ha trabajado mucho a la reglamentación de las reformas laboral y pensional. En sus manos tiene 42 borradores de decretos que le darán su razón de ser al nuevo Ministerio y traerán grandes cambios en la política social del gobierno. En entrevista con SEMANA explicó sus tareas.

SEMANA: Ha tenido que reemplazar a su amigo Juan Luis Londoño, el superministro que se inventó esta cartera, una personalidad desbordante? ¿En qué se diferencia la visión de Diego Palacio a la que tuvo su antecesor?

Diego Palacio: Yo no creo -y el país no puede aceptar- que cada que llegue un nuevo funcionario cambie la política. Vamos a dar estabilidad a la política impulsada por Juan Luis y construida por un equipo comprometido y totalmente convencido de que esa es una alternativa válida que responde a la necesidad del país. La política planteada por Juan Luis es la misma del gobierno. Mi aporte es estar comprometido con ella.

SEMANA: ¿Pero entonces cuál es su sello personal?

D.P.: Sería más fácil salir a darle sellos personales a una gestión, pero se necesita mucha más humildad. Yo voy a seguir haciendo lo que entre todos habíamos planeado. Es mucho mejor para el país. Lo que había quedado hecho fue un plan de vuelo que no se puede hacer por instrumentos; uno no puede volar ciego. El aporte mío y del equipo es hacer las modificaciones a medida que vamos avanzando en el plan original para llegar donde queríamos.

SEMANA: En Colombia las crisis surgen casi todos los días. ¿Con estos 'chicharrones' cotidianos le quedará tiempo para desarrollar las reformas de fondo?

D.P.: Todos los funcionarios sienten la urgencia del día a día y los angustia. Sin embargo la pregunta es cómo generar mecanismos que permitan que no nos quedemos resolviendo el chicharrón del día. Entonces, para elaborar los 42 decretos que reglamentan las reformas y que deben salir en los próximos cuatro meses, hay equipos trabajando, dedicados sólo a esa labor fundamental. Además creamos el viceministerio técnico, que lo va a ocupar Jairo Núñez, un experto en el tema técnico social. Aspiramos a que ese viceministro esté pensando sólo en el largo plazo. Si dejamos el Ministerio viviendo sólo en la cotidianidad estamos muertos.

SEMANA: La situación laboral que se avecina es muy compleja: amenaza de paro en Ecopetrol, negociaciones de pliegos en el sector bancario y Avianca? Uno se pregunta si fue buena idea juntar todo esto con el Ministerio de Salud.

D.P.: Es que el Ministerio se estaba metiendo en muchos conflictos en los que legalmente no tenía que mediar. Lo que pasaba es que para cualquier ministro de Trabajo la mejor noticia que podía haber era un conflicto porque era el momento en que podía figurar. Mientras más conflicto había, así al país le fuera mal, a los ministros de Trabajo les iba bien. Yo creo, en cambio, que si hay dos partes peleando las dos tienen que buscar una aproximación y nosotros sólo intervenimos cuando la ley lo exija. ¿A qué tenemos que dedicar realmente los esfuerzos del Ministerio? Primero a generar empleo, esa es la piedra angular del sistema de protección. La persona que está empleada es persona que está dentro del sistema, aporta a pensiones, aporta a salud, a riesgos, a las cajas de compensación. Y lo segundo que debe hacer el Ministerio es hacer cumplir las leyes.

SEMANA: ¿Cómo así a hacer cumplir la ley?

D.P.: Eso quiere decir una justicia laboral efectiva y pronta. Por ejemplo, los trabajadores de Jeans and Jackets nos trajeron la denuncia y a los tres o cuatro días estaba la resolución sancionando a la empresa porque, en efecto, había un incumplimiento de la ley. Hace unos días entraron en huelga unas fincas bananeras en Urabá y muy rápido salió la declaración de ilegalidad de ese paro. Es que todos sepan que hay reglas claras que se cumplen y rápido: sea sancionando al empleador o al trabajador.

SEMANA: Volviendo a las reformas, un tema espinoso que aún no se ha decidido es cómo van a quedar finalmente algunos sectores que están por fuera de la Ley 100 en pensiones, como los militares, maestros?

D.P.: Sabemos que las Fuerzas Militares y la Policía deben tener un tratamiento preferencial frente al resto del país. Lo que nos preocupa es que hay unos beneficios que están favoreciendo a pocos y que la gran mayoría de soldados están sin cobertura. La discusión es cómo logramos que ese trato preferencial llegue a la mayor cantidad de gente posible. En el caso de los maestros creemos que deben incrementar la cotización que actualmente hacen para pensiones.

SEMANA: ¿En salud hay ajustes de fondo?

D.P.: Más que grandes transformaciones se están buscando mecanismos para consolidar el sistema. Queremos simplificar. En salud encuentra uno muchos trámites, poca información y mucha corrupción. Estamos haciendo cambios simultáneos tendientes a mejorar la eficiencia y la calidad.

SEMANA: ¿Ejemplos?

D.P.: Hay cambios en el funcionamiento del régimen subsidiado. Por ejemplo, queremos crear jurisdicciones de atención por regiones y no por departamentos; es decir, si a la gente de Cartago le queda más fácil ser atendida en Pereira que en Cali que sea atendido allí. Además hemos agilizado el pago de recursos a las IPS (hospitales y clínicas), de 370 días en promedio a entre 40 y 60 días. Vamos a impedir la evasión en el sistema. Hoy, de todos los afiliados a salud, sólo hay alrededor de 60 por ciento aportando a pensiones y como 40 por ciento aportando a riesgos profesionales. Si uno logra tener funcionando un sistema único de recaudo para la seguridad social el 31 de diciembre, como estamos comprometidos a hacerlo, la persona no podrá evadir ningún pago.

SEMANA: ¿Y la cobertura del servicio de salud?

D.P.: Encontramos 500.000 personas con multiafiliación. Al eliminar estas duplicidades podremos afiliar ese número de personas al régimen subsidiado sin incrementar presupuesto. Esto es adicional de los 307.000 nuevos cupos que estamos comprometidos a entregar este año. En los cuatro años queremos llegar a subir de 11.444.000 afiliados al régimen subsidiado de hoy a 16 millones.

SEMANA: La meritocracia en el Sena, el Icbf, el Seguro Social, ¿qué fue lo que no funcionó?

D.P.: Fue un proceso de aprendizaje y ya sabemos que hay cosas que nunca volveremos a hacer, como, por ejemplo, el proceso simultáneo en todo el país para las cuatro entidades. Es preferible hacerlo en forma escalonada, con más calma; darles más tiempo a las empresas privadas para seleccionar la gente y fortalecer el mecanismo de auditoría frente a éstas.

SEMANA: ¿Y qué pasó con las quejas de que había nombrados con más padrinazgo político que hoja de vida?

D.P.: Lo único que no hemos querido es cambiar las reglas de juego sobre el camino. Preferimos más bien asumir el riesgo y decir bueno, si esta persona fue escogida dentro de los parámetros establecidos, nombrémosla y generemos un mecanismo de control social muy ágil que nos permita evaluar su gestión en el corto plazo.

SEMANA: En conclusión, entonces, ¿no se necesita un superministro para manejar los dos ministerios fusionados?

D.P.: Nunca creo que el funcionamiento de una entidad dependa de una superpersona. Más bien creo que depende de la existencia de un buen equipo, y ojalá esté la superpersona. La fusión de los ministerios no se dio por ahorrar costos y no se busca que mantengan exactamente las mismas funciones. Fue un cambio de estrategia porque ahora, más que pensar en trabajo o en salud tenemos que pensar en protección social, y ese es el reto a cuatro años: que más personas estén más y mejor protegidas.