CONGRESO

En Senado no quieren pupitrear la tributaria

El presidente de esta corporación, Mauricio Lizcano, le dijo al Ministro de Hacienda que necesitan por lo menos 10 días para aprobar el paquete de impuestos.

2 de diciembre de 2016
| Foto: Daniel Reina

La reforma tributaria tiene que aprobarse en menos de 20 días en comisiones económicas y plenarias de Cámara y Senado si el gobierno quiere que comience a regir a partir del primero de enero del año entrante. Pero tal como están las cosas en el Congreso el tiempo se ha convertido en factor en contra, que está siendo utilizado por los congresistas para hacer valer sus derechos.

Así lo hizo saber el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, quien en una carta enviada al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, le dijo que esta corporación legislativa necesita por lo menos 10 días para el estudio de la reforma tributaria, inclusive en sesiones extraordinarias. “En ningún caso pretendemos soslayar la labor legislativa aprobando disposiciones a pupitrazo”, dijo el congresista.

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El mensaje no puede ser más claro: el Senado se va a tomar su tiempo para discutir y aprobar esta voluminosa iniciativa, que contiene más de 300 artículos, la mayoría de gran calado para los colombianos como es el caso del aumento del impuesto a las ventas (IVA) del 16 al 19 por ciento.

Pero si es así el proyecto correría grave riesgo y podría hundirse porque los tiempos no dan. Solo hasta la semana entrante se hará el debate en las comisiones económicas conjuntas de Cámara y Senado, donde se presentarán no una sino tres ponencias. El gobierno espera que la iniciativa se apruebe esa semana en comisiones conjuntas y que pase a plenarias donde se requiere también de una rápida discusión y aprobación ya que las sesiones ordinarias terminan el 16 de diciembre próximo.

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Si no se alcanza a evacuar en las sesiones ordinarias se aprobaría en tiempo récord en sesiones extraordinarias que irían hasta el viernes 23 de diciembre. Es muy improbable que se prolonguen hasta el 30 de diciembre porque los congresistas están pensando más en las vacaciones que en quedarse a trabajar en Bogotá.

Por eso es que la petición de Lizcano significa un palo en la rueda en las intenciones de Cárdenas que espera que el Congreso le meta el acelerador al proyecto en las próximas dos semanas. Aunque el gobierno no lo reconozca esto significaría que muchas de las más de 300 propuestas se tendrían que pupitrear, sin mayor discusión para evitar que los debates sean eternos, lo que no deja de ser grave teniendo en cuenta el impacto que tendrán los nuevos impuestos para muchos sectores económicos.

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Así lo reconoce Lizcano quien en la carta al ministro le dice que “el proyecto en cuestión contiene numerosas disposiciones de alto nivel técnico con efectos económicos sustanciales que no solo repercuten en las finanzas públicas nacionales, sino que impactan de manera directa a todos los ciudadanos, por lo que la labor legislativa deberá ejercerse con mayor responsabilidad y cuidado”.

Lo cierto es que al gobierno lo cogió la noche con este tema ya que presentó la reforma sobre al Congreso sobre el límite de tiempo. La radicó el pasado 19 de octubre después de los resultados del plebiscito porque no quería que los nuevos impuestos indispusieran a los votantes. El plebiscito se perdió y ahora corre el riesgo de que pase lo mismo con la tributaria.

Para el gobierno la reforma tributaria es vital porque le permite obtener ingresos que le ayuden a disminuir el faltante en las finanzas públicas. Para el año entrante espera recaudar con los nuevos impuestos por lo menos 7 billones de pesos. Además, tiene la presión de las calificadoras de riesgo internacionales que siguen de cerca la evolución de las finanzas públicas y de la tributaria. De no aprobarse el proyecto, Colombia podría perder su grado de inversión lo que implica que le saldría más costoso endeudarse en los mercados internacionales.