crecimiento
¿Sin reconstituyente? La propuesta del presidente Petro podría darle un golpe de mano a la inversión cuando más se necesita para el crecimiento
La economía creció en enero más de lo que preveían los analistas, pero el anuncio del presidente Petro de convocar una constituyente le mete ruido a la esperada recuperación de la inversión, clave para el PIB.
Contrario a las expectativas del mercado y cuando se esperaba, incluso, un crecimiento negativo para enero de este año, las cifras de la economía, reportadas por el Dane, generaron sorpresa.
La actividad económica creció 1,6 % en el primer mes de 2024 al compararse con un año atrás, así como 2,2 % frente a diciembre de 2023, siendo el tercer mes consecutivo de variaciones positivas: en noviembre creció 1,1 % y en diciembre 0,24 %, mes a mes.
El crecimiento de enero estuvo impulsado por las actividades primarias –agricultura y minas–, que crecieron 10,26 % ese mes frente a enero de 2023. Sin embargo, la mala noticia corrió por cuenta de las actividades secundarias –industrias manufactureras y construcción–, que cayeron 4,99 % frente al mismo mes de 2023, extendiendo la racha de contracciones a 11 meses.
Para enero de 2024, el índice de las actividades terciarias –suministro de servicios, comercio, transporte y sector financiero, entre otros– registró un crecimiento de 1,03 %. “Pareciera que la economía tocó piso y se está comenzando a reactivar de manera gradual”, aseguró Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
La agricultura, por los resultados, va mejor de lo previsto. “A pesar del fenómeno de El niño, no ha habido incrementos importantes de precios, básicamente porque la oferta ha sido amplia. Se ha venido mejorando el ciclo agrícola después del efecto negativo de la crisis social de 2021 y los elevados costos de los insumos cuando empezó la guerra Rusia-Ucrania”, señaló Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital.
José Ignacio López, presidente de Anif, agregó que “el agro es un sector que este año podría estar en una senda de crecimiento mayor que el resto de la economía”.
Sin embargo, otros sectores preocupan y no levantan cabeza. “El gran lunar es lo que está pasando con industria, construcción e incluso con comercio. Y es que son actividades que han sido muy golpeadas y todavía no se ve la luz al final del túnel. Eso genera inquietud. La construcción es un gran generador de empleo y la industria es donde se aspira a tener mayor valor agregado y ganancias de productividad”, aseguró López, de Anif.
Velandia, de Credicorp, destaca dos frentes. El primero, que el sector financiero crece levemente de manera positiva. Considera que poco a poco habrá una mejora en los resultados de los bancos, principalmente después del fuerte impacto derivado de las altas tasas y de la desaceleración económica durante 2023. Y el segundo es el gasto público, que desde el punto de actividad tuvo un crecimiento del 3 %, situación esperable, en su concepto, porque el presupuesto de la nación este año es históricamente alto como porcentaje del PIB, solo comparado con el año de pandemia. “Pero sabemos que la contrapartida de esto es que hay unos riesgos fiscales evidentes, con un alto déficit para este año”, advirtió.
En medio del tsunami
La noticia del comportamiento de la economía en enero se conoció en medio del tsunami político que provocó la declaración del presidente Gustavo Petro para convocar a una asamblea constituyente. Aunque los mercados, en materia de dólar o deuda, no han mostrado movimientos que reflejen sobresaltos frente al anuncio, sí genera un ambiente poco propicio para la inversión, uno de los factores que más ha preocupado en el comportamiento de la economía el año pasado.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, recuerda que la caída de la inversión en 2023 fue de 25 %, la tasa de inversión más baja en los últimos 18 años.
“Cuando arrancamos este año se esperaban mensajes de tranquilidad que permitieran que la inversión privada haga su tarea, que los empresarios realicen sus planes de expansión y que pueda acelerarse el crecimiento. Pero en el contexto de esta recuperación de enero, vienen estos mensajes de una asamblea nacional constituyente, que es básicamente rebarajar las condiciones no solo económicas, políticas y sociales, sino también para la inversión”, afirmó.
En la misma línea, López, de Anif, considera que “son impactos que van a generar más incertidumbre y una parálisis adicional de la inversión”. Reconoció que los mercados financieros, después del anuncio, no han tenido una reacción muy fuerte, quizás “porque estamos muy distantes de que se concrete ese anuncio”. Sin embargo, alertó que, si esta idea gana tracción, “probablemente vamos a empezar a ver unos mercados más nerviosos”.
Para César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, es importante fijarse en el caso de Chile y su constituyente. “Viendo sus indicadores de riesgo, en mayo de 2021 fueron elegidos los constituyentes y en los meses subsiguientes la tasa de cambio de Chile se depreció en cerca del 25 %, tendencia que incluso hoy no se ha corregido. Y en Colombia, en un marco donde la inversión se ha visto afectada principalmente por la incertidumbre, agregar este factor adicional va a seguir impactándola en el largo plazo”, explicó.
Frente al futuro de las otras iniciativas (pensional, laboral y salud, entre otras) que han generado incertidumbre, los analistas coinciden en que la discusión de la asamblea constituyente puede terminar hundiendo las reformas.
Como señala Mejía, de Fedesarrollo, no es un buen mensaje. “Creo que en este momento lo que se requiere es tranquilidad, certeza sobre las reglas de juego y una agenda de reactivación”.
¿La discusión política superará las tareas económicas?
Tasas: siguen hacia abajo
La expectativa de los mercados se centraba este viernes en la decisión de la junta directiva del Banco de la República sobre el futuro de las tasas de interés. Si bien, desde hace unos meses hay consenso sobre su reducción, la diferencia entre los codirectores ha estado en el tamaño de esa decisión.
Y la reunión de ayer no fue la excepción. Con una votación dividida, cinco directores estuvieron a favor de una reducción de 50 puntos básicos, que fue la que prevaleció, y ubicó las tasas en 12,25 %. Otro codirector votó por una baja de 75 puntos básicos y uno más estuvo a favor de una disminución de 100 puntos básicos.
La inflación de febrero, que llegó al 7,7 %, impulsó la decisión de la junta, pues acumula ya 1,5 puntos porcentuales de reducción en los dos primeros meses del año.
Aunque persisten las diferencias en el interior de la junta, lo cierto es que la determinación de este viernes se aceleró frente a las decisiones anteriores que habían sido de 25 puntos básicos.
Sin embargo, empresarios y el mismo Gobierno coinciden en que esta reducción pudo haber sido más alta, de 100 puntos básicos, para dinamizar el crecimiento y porque la transmisión toma varios meses en llegar al mercado.