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SpaceX lanzará en 2022 dos satélites para Colombia
Se trata de los dos primeros satélites no experimentales con los que contará Colombia. La inversión prevista es de 8 millones de dólares. Exclusivo Dinero.
El próximo año Colombia logrará mejorar su soberanía y capacidad operativa en el espacio exterior. La Agencia Espacial de Colombia (AEC), una entidad privada sin fines de lucro, anunció que contratará en los próximos días con un operador privado el lanzamiento de dos satélites el próximo año para diferentes aplicaciones civiles en el país. Este operador europeo utilizará a la firma estadounidense SpaceX como plataforma de lanzamiento, por ser la más competitiva y fiable.
La contratación de la fabricación de los satélites y el lanzamiento es la mayor apuesta del sector privado en la historia del país en este tipo de ‘expediciones espaciales’.
En 2018, la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) lanzó un satélite experimental desde una plataforma en la India para asuntos de vigilancia y prevención de minería ilegal. La inversión fue de 1,1 millones de dólares. Sin embargo, los planes de la AEC van mucho más allá, pues en el programa de inversión está prevista la construcción de un centro de operaciones y el lanzamiento de más satélites en el mediano plazo.
“En pocos días daremos a conocer el nombre de compañía que fabricará estos equipos”, dijo a Dinero la directora ejecutiva y fundadora de la AEC, Pilar Zamora.
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SpaceX fue fundada en 2002 por Elon Musk, hoy la persona más rica del mundo, también propietaria de la fábrica de carros eléctricos Tesla y de otras compañías con un enfoque tecnológico y futurista.
Hace unos días, SpaceX realizó un despegue de un cohete con 143 satélites pequeños, la mayor cantidad de satélites en ser lanzados al espacio de una sola vez.
Zamora explica que la AEC está diseñando toda una estrategia que incluye la formación de personal técnico y académico que permita ir generando el know how que se requiere en la ciencia espacial. La idea de la agencia es vincular en el futuro a grupos de investigación de universidades como la Nacional, Sergio Arboleda y Libertadores, las cuales cuentan con algunos avances académicos y experimentales en este frente.
Sin embargo, el gran detonador de esta industria en el país -hoy incipiente- podría ser esta inversión en entrenamiento, sala de control, satélites y operación.
La AEC trabaja en la alianza con esas universidades de Colombia, al tiempo que anunció una mentoría con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Además, la directora ejecutiva de la AEC indicó que sostiene conversaciones con entidades públicas como Invías y las corporaciones autónomas de medio ambiente, entre otros, para que operen como aliados estratégicos en este plan espacial privado.
De hecho, el asunto más complejo no es lanzar el satélite al espacio, sino generar un ecosistema completo que incluya la articulación entre sector privado, gobierno nacional y local y academia.
“La pandemia actual aceleró el uso de este tipo de tecnologías. Las comunicaciones pueden fluir mucho mejor si el país cuenta con un servicio satelital propio”, explicó la ejecutiva.
Según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en el año 2018 Colombia compró servicios satelitales por un valor de 282 millones de dólares, (cerca de un billón de pesos) donde, los servicios de comunicaciones representaron el 55 por ciento del mercado (155 millones de dólares), navegación el 44 por ciento (125 millones de dólares) e imágenes satelitales el 1 por ciento (1,68 millones de dólares).
Entre las entidades que contratan servicios satelitales de observación de la Tierra se encuentran el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el Servicio Geológico Colombiano (SGC), la Dirección General Marítima (Dimar), la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), las cuales acumulan el 87 por ciento (1,46 millones de dólares) del gasto en este mercado.
En cuanto al mercado de comunicaciones satelitales, el DNP indica que existen varias entidades del Gobierno nacional, como el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para el programa Kioscos Vive Digital, el Ministerio de Educación Nacional para la conectividad de centros educativos, la Aeronáutica Civil, la Policía Nacional, la FAC y el Ejército Nacional, que utilizan los servicios satelitales y gastan anualmente en este mercado, cerca de 98 millones de dólares correspondientes al 63 por ciento del gasto total en este mercado.
Por otro lado, los operadores privados de televisión, Internet y telefonía demandan capacidades satelitales cercanas a los 57 millones de dólares, equivalentes al 37 por ciento restante de las compras de dicho mercado.
Aún así la inversión pública y privada sigue siendo muy baja en este tipo de desarrollos. Otros países en América Latina presentan más avances.
Otro asunto clave tiene que ver con ejercer la soberanía de la órbita geoestacionaria. La ubicación de Colombia en el planeta facilita la operación de este tipo de equipos al gravitar muy cerca de la línea ecuatorial. Con los dos nuevos satélites se busca consolidar esa soberanía espacial.
¿Qué empresas están detrás de ese proyecto espacial? La AEC fue creada el 4 de octubre de 2017 por un grupo de empresarios y aliados internacionales.
La junta directiva está conformada por personajes con experiencia en varios sectores de la economía. Está por ejemplo, Rafael Mejía, expresidente de la SAC y de la Bolsa Mercantil de Colombia, el general (r) Flavio Ulloa, excomandante de la FAC y exgerente de la Ciac y el reconocido científico Germán Puerta, como divulgador científico.
La AEC acaba de incorporar a su junta directiva a un personaje de lujo: Allyson Renau, miembro de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Nasa y reconocida promotora de asuntos espaciales en Estados Unidos. En mayo de 2016 Allyson se graduó de Harvard con una maestría en Política Espacial y su tesis fue galardonada. Esta activista influyó en el regreso de la Nasa a la Luna.
Como aliados estratégicos están las firmas francesas Eutelsat, especializada en lanzamiento y operación de satélites y el Grupo Thales, gigante de la electrónica dedicada al desarrollo de sistemas de información y servicios para los mercados aeroespacial, de defensa y seguridad. Esta última firma está muy vinculada con algunos planes del gobierno colombiano para renovar las fragatas que están a punto de cumplir su vida útil.
¿Para qué sirven estos satélites?
Los satélites que enviará la AEC al espacio, cada uno del tamaño de una impresora casera y con valor en el mercado de un millón de dólares, le permitirá al país contar con lo último en tecnología de toma de fotos de este tipo.
Según Zamora, un acuerdo anterior suscrito con la firma Maxar permitirá este año el acceso a fotos con una resolución impresionante; cerca de 29 centímetros por pixel. Para tener una idea de esta evolución, las fotos que utiliza el Catastro son de 8 metros por pixel. La tecnología civil satelital permite ver con claridad un carro desde el espacio. La vigilancia militar ya es de otro nivel.
Los bancos son otros usuarios o clientes potenciales de esta tecnología. Un crédito a un campesino ubicado en una zona rural apartada podría tardar solo horas pues se podría verificar casi en tiempo real las características de un cultivo o una finca. “Vuelve visibles a los campesinos y mejora la penetración de la banca en sitios apartados”, dijo Zamora
Con imágenes satelitales también es posible verificar qué zonas son aptas para el cultivo, qué tipo de áreas están siendo afectadas por un incendio o la deforestación. En el caso de los recursos hídricos, se podría evidenciar con impecable resolución y detalle la preservación de las fuentes y potenciales riesgos como quemas ilegales.
La vigilancia de la red de autopistas y vías secundarias y terciarias, de los oleoductos y de la infraestructura eléctrica podría optimizarse, incluso en horas de la noche o cuando está nublado.
Varias entidades públicas del país acceden a información del sistema europeo Galileo, pero su calidad y disponibilidad resultan insuficientes ante las necesidades del país.
¿Y el gobierno qué dice?
Dinero habló con la Ministra de Ciencia y Tecnología, Mabel Torres sobre los planes del sector privado para llegar al espacio en 2022.
La funcionaria destacó que sostiene conversaciones con la AEC para articular una estrategia integral, pero también anunció que la Fuerza Aérea Colombiana está en el proceso de diseñar un programa en temas aeroespaciales.
“Iniciamos con la FAC el proyecto FAC- SAT 2 que consiste en el diseño y análisis de una misión espacial. Estamos en el proceso de crear un cronograma para producir satélites de menor escala que se llaman nano satélites y que tienen varias aplicaciones”, anticipó.
Torres dijo que el país no cuenta con la infraestructura y capacidad empresarial para fabricar partes o componentes de satélite y que ese es uno de sus principales objetivos.
La Ministra también habló de la necesidad de aumentar el número de doctores en temas aeroespaciales y que para eso se forjarán alianzas con las universidades en el corto y mediano plazo. De los 3.600 doctores que el Gobierno quiere impulsar y sacar adelante en los próximos 4 años, un porcentaje representativo (aún no definido) estaría relacionado con asuntos aeroespaciales.
Los satélites FAC - SAT 2 están apenas en la fase de diseño y por tanto estarían en el espacio en unos 3 años, en el mejor de los casos. Además es necesario definir la conveniencia económica, teniendo en cuenta la enorme cantidad de empresas europeas y estadounidenses que operan este negocio.
Lo que sí está claro es que el país no ha sabido aprovechar su ventaja competitiva en materia de órbita geoestacionaria y mucho menos ha logrado sacar adelante una política aeroespacial para mejorar las comunicaciones y observación del campo y ciudades.
En la actualidad hay más Conpes de política satelital aprobados que equipos ‘criollos’ orbitando la Tierra.
Desde mediados del año 1969 se han aprobado cuatro de estos documentos Conpes sin avances a la fecha.
En enero de 2020, el gobierno del presidente Iván Duque aprobó el Conpes 3983 en el que se define una hoja de ruta y política en ese sentido.
Los esfuerzos del sector privado no deben ser vistos como competencia por parte del MinCiencias, sino como una oportunidad para sacar adelante esta trascendental y estratégica política satelital. Es la hora de aterrizar una política efectiva y articulada que permita aprovechar este tipo de tecnologías. Estamos a años luz, incluso de algunos vecinos.