| Foto: Supersociedades

ECONOMIA

Advertencia a ciudadanos para que no hagan negocios con otra pirámide

La Superintendencia de Sociedades intervino el negocio de captación de dinero de Óscar Andrés Vargas Hoya. Los inversionistas se arriesgan a perder su dinero.

15 de julio de 2020

Una advertencia expresa a los ciudadanos hizo este miércoles la Superintendencia de Sociedades, para que se abstengan de hacer negocios alrededor de las actividades de captación de dineros que adelanta Óscar Andrés Vargas Hoya, las cuales fueron desautorizadas desde el 6 de junio del 2019 sin que se hubiera detenido su accionar.

La entidad de control subrayó en que el alto riesgo de perder el dinero, que implica realizar operaciones financieras con la captadora de Vargas Hoya.

La Supersociedades recordó que la Superintencencia Financiera ya había dado la orden de suspensión de las actividades a la sociedad Ping Nine S.A.S., de la cual el señor Vargas Hoya era representante legal.

Dicha sociedad venía realizando actividades habituales y masivas de capatación, mediante la modalidad de recaudo de dinero en negociaciones de bóvedas virtuales o software de infraestructura de almacenamiento de información.

El llamado del ente de control es que los colombianos estén alerta ante los avivatos que cada vez emplean mecanismos más sofisticados para engañar a la gente. En ese sentido, la ciudadanía debe sospechar cuando le ofrezcan rendimientos altos a corto plazo, sin explicación financiera razonable.

El superintendente de Sociedades, Juan Pablo Liévano, recordó que la captación de dineros del público requiere autorización estatal y que, en muchos casos, acudiendo a medios virtuales sin contar con las autorizaciones pertinentes, las personas terminan siendo estafadas, en especial, durante una pandemia, que limita un poco la confirmación de la información.

En Colombia se recuerda el escandaloso caso de DMG, alrededor del cual, las personas que invirtieron en la pirámide, cuando perdieron su dinero, fueron a reclamar al Estado por la falta de información sobre esos esquemas de negocios, lo que, en la actualidad ya no aplica, pues comete delito tanto el que ofrece, como el que acepta el ofrecimiento y participa en estas operaciones cuando no están autorizadas.