FINANZAS
Tendencias en finanzas sostenibles para acompañar en 2021 - Parte 1
El año 2020 fue el año de las finanzas sostenibles. Pero 2021 no debe quedarse atrás. Al contrario, se espera la continuación de este crecimiento y una consolidación más fuerte del tema. En este sentido, algunas tendencias se verifican en LAC.
El año 2020 fue el año de las finanzas sostenibles. El tema no solamente ganó más diseminación y se convirtió en una de las expresiones más comentadas en el mercado financiero, sino que también alcanzó cifras expresivas.
Este crecimiento no debería ser una gran sorpresa. Con la llegada de la pandemia, aumentó la presión –y la conciencia– de la necesidad de una economía más justa socialmente, inclusiva, además de ambientalmente sostenible.
Asimismo, surgieron más evidencias sobre la importancia de la incorporación de los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en las decisiones de inversión. Si bien ya era esperado que estos temas tuvieran impacto económico positivo, especialmente en los mercados en desarrollo, quedó explícito que las inversiones que consideran factores ASG superan a las inversiones “tradicionales”.
Con todo eso, se espera que 2021 sea otro año donde aumente la importancia de las finanzas sostenibles y la jornada hacia su consolidación como un tema mainstream. Por eso, es importante explorar algunas de las expectativas y tendencias del tema para Latinoamérica y el Caribe (LAC).
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Este primer artículo presentará dos tendencias en instrumentos financieros. El próximo se enfocará en prácticas.
Bonos verdes, sociales, sostenibles, de desempeño
En los últimos años hemos visto un crecimiento significativo del mercado de bonos sostenibles en el mundo. Aunque la participación de emisores LAC sea relativamente pequeña frente a las emisiones totales (~3 %), estas vienen ganando tracción en la región, donde se puede considerar que existen tres mercados relativamente maduros, en diferentes medidas: Brasil, Chile y México. Asimismo, hay mercados prometedores, en vías de consolidación, especialmente en Colombia.
En estos mercados, lo que se espera es una participación cada vez más diversa de actores: no solamente empresas, como también instituciones financieras. Además, se deberá verificar un mejor balance entre instituciones emisoras públicas y privadas.
Más allá del aumento y diversificación de emisores, también se espera una mayor diversidad en los tipos de emisiones. En el mercado existen los bonos verdes (enfocados en el impacto ambiental positivo), los bonos sociales, los bonos sostenibles (impactos ambientales y sociales) e incluso bonos más específicos, como los bonos de género y los bonos naranja (impacto cultural).
La similitud entre todos estos bonos es que el impacto se da a través del uso de sus recursos en el financiamiento de proyectos/operaciones específicas. Por otro lado, hay una tendencia de que los bonos de desempeño se tornen cada vez más comunes. Estos últimos amplían las alternativas de emisores y pueden tener un impacto más amplio en el desarrollo sostenible.
Esto porque, estos bonos, en vez de enfocarse en el uso de los recursos para proyectos/operaciones específicas, busca definir metas –claras, alcanzables y medibles– para sus emisores. De este modo, se busca un cambio institucional para el emisor, y no una actuación en iniciativas y/o proyectos puntuales.
Fondos ASG
Los fondos ASG son aquellos que incorporan las variables ambientales, sociales y/o de gobierno corporativo en el proceso de selección de sus inversiones, a través de una metodología propia de la gestora de activos.
Estos fondos pueden ser de diferente naturaleza: fondos de gestión de renta variable de gestión activa; exchange-traded funds (ETF), fondos de renta variable transaccionados en la Bolsa de Valores y que acompañan índices de sostenibilidad; fondos de crédito privado; fondos de private equity y venture capital; fondos de inversión en infraestructura, entre otros.
Como se mencionó al inicio de este artículo, estos fondos vienen creciendo en activos y también superando el desempeño de los fondos tradicionales, aunque aún es difícil establecer el volumen de activos bajo estrategias ASG en fondos en LAC.
Por ejemplo, Brasil, el país en la región con más opciones de fondos ASG, no ofrece cifras claras. Asimismo, algunas estimaciones apuntan a que más de 30 fondos (entre gestión activa y pasiva de renta variable, temáticos, crédito y multimercado) cuentan con un patrimonio superior a BRL 6.8 billones (~US$1,2 billones) a diciembre de 2020.
En México, otro mercado donde los fondos ASG tienen alguna representatividad, las opciones son más escasas. Asimismo, hay instituciones relevantes en este mercado: BlackRock, Santander, Citibanamex y Banorte, por ejemplo. Algunos de ellos ya superan los US$450 millones en activos.
Aunque no esté del todo claro el valor de los assets under management (AUM) de estos fondos, es visible su tendencia de crecimiento, tanto en términos de número de fondos, como de AUM de fondos existentes. En Brasil, más de la mitad (56 %) de los BRL 2,5 billones (~US$438.5 millones) captados por estos fondos en 2020 provino de fondos creados en los últimos 12 meses.
* Jefe de Operaciones LAC de SITAWI Finanzas para el Bien