DEBATE

Ecoturismo en los parques nacionales: ¿Sí o No?

Si bien 1.5 millones de turistas visitaron 26 de los 59 parques nacionales del país, la infraestructura que hay en esos santuarios es precaria. Se necesitan mejoras si Colombia quiere ser un referente mundial en la materia.

11 de marzo de 2017
| Foto: Giovany Pulido

Una propuesta del gobierno para promover el ecoturismo en parques naturales generó una gran polémica en los sectores que consideran que estas zonas de reserva deben tener la mínima intervención si se quiere preservar el medioambiente. Los ambientalistas dicen que esta propuesta puede afectar los ecosistemas por la llegada masiva de turistas. Además crearía una segregación al facilitar el turismo de lujo, al que no tienen acceso muchos colombianos.

Sin embargo, la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, asegura que en realidad se trata de desarrollar una infraestructura amigable con el medioambiente, como sucede en todos los países donde el turismo es un rubro importante para sus economías.

El objetivo es hacer senderos organizados, puentes, pasamanos, muelles, una adecuada señalización, sitios de avistamiento, baños, zonas para basuras y alojamientos al estilo ‘ecohabs’, con sistemas biodegradables que usen energías limpias. Además, que participe la comunidad para que se beneficie económicamente. Mientras un turista tradicional gasta alrededor de 80 dólares al día, uno de naturaleza invierte cerca de 400 dólares.

“Si queremos impulsar a Colombia como destino turístico una de las apuestas más importantes es el ecoturismo”, dice la ministra, quien señala que en este tema no están inventando la rueda, ya que muchos países aprovechan desde hace tiempo el ecoturismo. En América Latina hay muchos ejemplos. Argentina ofrece los parques Nahuel Huapi y Los Glaciares, que tienen áreas de camping. También Chile, Perú, Ecuador, México y Costa Rica cuentan con decenas de áreas protegidas y con importantes desarrollos turísticos. Para no hablar de los casos de Canadá, Australia, Estados Unidos, España o Japón, que llevan años trabajando en este tema.

Ante la polémica desatada, hay dos caminos por seguir: restringir los visitantes o trabajar con las normas sostenibles a nivel mundial. El gobierno quiere optar por esta última alternativa, que implica mejorar lo que hay actualmente si se tiene en cuenta que, de los 59 parques naturales del país, 26 reciben turistas y en 16 de ellos hay algún tipo de alojamiento.

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El año pasado llegaron cerca de 1,5 millones de turistas a estos parques, el doble de hace seis años. Entre los más visitados están Corales del Rosario, el Parque Tayrona y la Sierra Nevada de Santa Marta, la Isla de la Corota (Nariño) y el Parque Chingaza.

La Isla de la Corota (Nariño)

Se busca aprovechar este gran potencial del país, en especial ahora, tras el acuerdo de paz con las Farc. Hay que señalar que hasta 2015 por el 63 por ciento de las áreas protegidas transitaban los grupos armados, mientras que el 60 por ciento de los parques nacionales servían para usos diferentes a los que fueron creados.

Caño Cristales, ‘el río de los cinco colores’, en La Macarena, Meta, es un ejemplo de lo que se puede hacer ya que se está convirtiendo en una fuente de generación de ingresos para los habitantes del área. En 2009 había 35 familias dedicadas al turismo y el año pasado eran 520. Durante la instalación de la asamblea de Anato, el presidente Juan Manuel Santos señaló que Caño Cristales pasó de ser un “club de descanso del Mono Jojoy” a ser un sitio muy visitado por turistas nacionales y extranjeros –el año pasado llegaron 15.000 personas, 10 veces más que en 2010–. Para potencializarlo se requiere una mejor infraestructura y un replanteamiento de lo que podría ser un ecoturismo dentro del parque o en las zonas aledañas.

Lo que no puede seguir pasando es lo que ocurre en algunos sitios a los que están llegando turistas sin ningún control. Es el caso de Playa Blanca, en Barú, a 40 kilómetros de Cartagena. Este paraíso se ha visto gravemente afectado por la llegada masiva de gente en carros, camiones, buses y lanchas que arriban con carpas y ollas de comida. O lo que sucedió en Villavicencio, cuando colapsó un puente colgante en una zona considerada de reserva forestal administrada por unos particulares, donde perdieron la vida ocho personas.

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Dos visiones

En todo caso, el debate está abierto. En el otro extremo, Julia Miranda, directora de Parques Nacionales, sostiene que en ningún momento ha planteado cerrar los parques o que no se haga ecoturismo. Dice que, por el contrario, hay siete contratos de ecoturismo comunitario que funcionan muy bien, como el Santuario Otún Quimbaya, el Parque Nacional Utría, el Santuario Iguaque, el Parque Chingaza, la Cueva de los Guácharos, San Bernardo y Corales del Rosario. Además, tienen en concesión el Tayrona y el Parque Gorgona. Señala que con Planeación Nacional están trabajando en asociaciones público-privadas (APP) para administrar otros 10 parques.

La directora de Parques Nacionales, Julia Miranda, destaca la labor que ha hecho la entidad en la defensa y promoción de estas zonas de reserva, con alojamientos amigables con el medioambiente.

“No se puede hablar de que hay un desorden total en los parques nacionales”, dice Miranda, quien asegura que la entidad tiene normas, planes de manejo ambiental y trabaja de la mano con Procolombia en divulgar las características de los parques, en reparar los senderos, y en instalar buena señalización y guías. La funcionaria afirma que es partidaria de mejorar la infraestructura existente, pero no está de acuerdo en que se instale infraestructura nueva. “Sí al ecoturismo, pero no en cualquier lado y solo con el mínimo impacto posible”, señala.

No obstante, el sector privado mira con mucha expectativa el tema por las buenas perspectivas que ofrece. El presidente del Grupo Aviatur, Jean-Claude Bessudo, considera que se pueden definir unas zonas de amortiguación aledañas a los parques para traer turistas con un mayor poder adquisitivo. Por su parte, la presidenta de Anato, Paula Cortés, afirma que el turismo de parques naturales es un producto muy solicitado por las agencias de viajes que apoyan iniciativas responsables que permitan el trabajo de comunidades nativas y las alianzas con los operadores, guías y proveedores de alimentos  locales. La ministra Lacouture insiste en que los problemas de los parques naturales no provienen de los turistas, sino de la minería ilegal, la ganadería y los cultivos ilícitos. Y que es el momento de aprovechar la buena imagen del país en el exterior y su gran potencial en biodiversidad.

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Con tanta riqueza que tiene Colombia, es necesario encontrar el camino para que, sin atropellar el medioambiente y trabajando con altos estándares, como otros países del mundo, se pueda aprovechar el ecoturismo, que tanto le serviría al país.