Economía

Una firma de abogados que son guardianes de las instituciones y ponen orden a las ramas del poder

Así describe María Claudia Martínez Beltrán la misión de la firma Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa, que lleva 30 años en el país y también tiene sede en Madrid, España.

Redacción Semana
20 de diciembre de 2024
María Claudia Martínez Beltrán, socia de Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa
María Claudia Martínez Beltrán, socia de Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa. | Foto: Semana

“Mi empresa contribuye en la economía y el desarrollo del país precisamente buscando ser los guardianes de las instituciones”, comenta la socia de Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa, quien resalta que esa actividad se ha acentuado en la coyuntura que vive el país, la cual “hace que sea primordial que nosotros los abogados, específicamente mi firma, se dedique a que haya legalidad, que las instituciones hagan lo que pueden hacer, no se excedan sus facultades”.

Además, la socia de la compañía enfatiza en que se trata de ”ponerle orden precisamente a esa esos tres poderes que caracterizan al Estado colombiano, el Judicial, el Ejecutivo y el Legislativo”.

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El poder legislativo en Colombia, en uno de los que trabaja Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa. | Foto: Prensa Senado

Pese a que el momento que experimenta el país mantiene en incertidumbre a muchos sectores, Martínez Beltrán señala que las etapas de recesión financiera se tienen que enfrentar con innovación: “Hay que pensar fuera de la caja”, dice. “Una empresa está acostumbrada a llevar a cabo una actividad económica y, en el momento en que le cambien las reglas de juego, en este caso por los temas de recesión, lo que venía siendo una fórmula que estaba funcionando bien, puede que ya no le siga funcionando. Tiene que innovar”.

La firma fue fundada por su padre, a quien la empresaria destaca como uno de sus mentores más importantes, a quien aprendió a imitar con su ejemplo de honestidad y transparencia. Igualmente su abuelo, que también era abogado, pero “se dedicó al humor y a través del humor le enseñó a la sociedad y a la misma clase política del momento a ver y decir las cosas de manera distinta”. De él sacó su forma de ser espontánea y auténtica, pero sobre todo una forma de pensar que le permite ver las cosas de manera distinta.

Equidad de género: un juicio pospuesto

Al hablar de equidad de género, María Claudia Martínez Beltrán se aparta un poco del optimismo de otras líderes empresariales. “Creo que todavía hay mucho por avanzar. Es más, creo que no ha avanzado mucho el país en temas de equidad de género”, lamenta, y dice que todavía “hay muchas cosas que el Estado puede hacer para incentivar a que las empresas implementen políticas de equidad de género y diversidad”.

“Lo que vemos es que hablan mucho y hacen poco”, reitera, pero apunta a que es algo que “depende mucho de la sociedad y no solo del Estado”. Para ello, propone, entre otras cosas, “estudiar la mejor forma de transmitir esas ideas, que no generen reacciones adversas por parte de las personas que todavía no conocen los temas y que más bien lo vendan como oportunidades para las compañías”.

La firma de abogados que pone en orden a las ramas del poder en Colombia

Martínez comenta que este fenómeno tiene un tinte histórico —si de abogados se trata– y viene desde que “fue una de las últimas carreras en las que se empezaron a aceptar mujeres para estudiar derecho”. Asimismo, atribuye a esto el hecho de que “la sociedad haya interiorizado la figura de abogado como un hombre y no en una figura de mujer”.

En Colombia, sin embargo, asegura que actualmente habría más mujeres abogadas que hombres abogados, pero esto no se está viendo reflejado en cargos directivos, donde dice que la proporción es de 80 a 20 por ciento. También señala que muchas mujeres se ven obligadas a dejar la profesión por la maternidad o para mantener un hogar. “Esas no pueden ser las razones por las que las abogadas deserten de su carrera profesional. Si lo quieren hacer porque les parece más atractivo hacer otra cosa, perfecto, pero no porque tienen otras obligaciones que cumplir, que quieren y la misma sociedad les impone cumplir”.

Una lucha pendiente de abogados y abogadas

La empresaria lo vivió en carne propia. Sintió que no la consideraban en el mismo nivel que sus compañeros abogados y veía su camino profesional mucho más escarpado que el de los demás. Por eso subraya la necesidad de que sean los mismos abogados quienes se percaten de esto. En la firma se busca hacerlo patente y que los mismos clientes así lo interioricen.

Su deseo es justamente “ser recordada como una abogada que le abrió camino a otras abogadas”, e invita a otras abogadas que están en niveles directivos a apoyar también a otras mujeres: “A veces el camino, como no ha sido tan fácil para nosotras, nos da lo que es el síndrome de la abeja reina, y es que no queremos que a ninguna otra mujer le toque así de fácil”.

abogados estudiando
En el país habría más abogadas que abogados, pero esto no se refleja en cargos directivos. | Foto: Getty Images

Finalmente concluye contando una anécdota que retrata lo que denuncia y lo resume en un término: mansplaining. “Yo estaba liderando un proyecto a una empresa que llevaba tres meses asesorando. Todo iba muy bien, ellos estaban muy contentos con la asesoría y llegó el momento de mostrarle a la junta directiva el trabajo final. Y un día antes de esa reunión me llama el cliente, que era el abogado de la empresa y me dice ‘María Claudia, estamos felices, ¿pero no crees que para la reunión de la Junta Directiva es mejor que lo presente un hombre?’”.

Aunque ella quedó en shock y por eso accedió, pero dice que hoy habría reaccionado distinto, pero fue su compañero, al que designaron para presentarlo en vez de ella, quien al final le hizo justicia y le dio la palabra en la parte más importante. “Incluso actualmente sufro mucho de mansplaining, que es eso que uno da la idea, explica y después un hombre da la idea y repite lo mismo que uno dijo. Eso nos pasa mucho, sobre todo en las profesiones liberales, pero eso es lo que hay que seguir. No importa: seguir, seguir y seguir aunque pasen esas cosas. Continuar haciendo todo el esfuerzo.

* Contenido en colaboración con Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa.