PRIVATIZACIÓN
Así ofertarán la ETB a los privados
La venta del 86 por ciento de las acciones de la empresa de telecomunicaciones del Distrito no tiene marcha atrás. Más de 2 billones de pesos espera recibir la capital por una de sus últimas joyas.
La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), una compañía con más de 130 años de historia, comenzó su proceso de privatización. El objetivo es ofrecer a los particulares el 86,35 por ciento de las acciones del Distrito. Hace 14 años, el primer gobierno de Enrique Peñalosa había vendido el primer paquete correspondiente al 13,65 por ciento de los títulos de la compañía.
La primera etapa de venta, que comienza este 9 de mayo, se prolongará por dos meses y en ella podrán participar trabajadores y extrabajadores de la compañía, pensionados, sindicatos, fondos de pensiones y entidades cooperativas. En la segunda fase participarán los demás inversionistas nacionales y extranjeros. El mecanismo de venta aún está en estudio.
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Para ello se fijó un precio mínimo por acción de 671 pesos, resultado de la valoración realizada por la banca de inversión J.P. Morgan y de un concepto de BTG Pactual. Dicho trabajo arrojó como precio base de la compañía 2,38 billones de pesos, es decir, 1,19 veces su valor en libros. A este valor se llegó con la metodología de flujo de caja descontado en la que tuvieron en cuenta los ingresos, costos de operación, niveles de endeudamiento y posibilidades de expansión, entre otros factores. Pero un análisis de la firma Casa de Bolsa no descarta que el precio de venta suba entre 10 y 20 por ciento frente al precio base, porque prevé que habrá más de un interesado en esta puja.
Según la secretaria de Hacienda de Bogotá, Beatriz Arbeláez, la intención de la administración distrital es vender la totalidad de acciones que tiene en la ETB porque no está interesada en quedarse con participación alguna, pues busca invertir dicho recursos en colegios, hospitales y jardines infantiles. El nuevo inversionista mayoritario tendrá que lanzar una oferta pública de adquisición (opa) para quedarse con las acciones en manos de los minoritarios.
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De esta manera, la ETB pasaría en su totalidad a manos de inversionistas privados. Estos tendrían el músculo para inyectarle los recursos que demanda un sector cada vez más competido por grandes operadores, como la mexicana Claro, del millonario Carlos Slim, la sueca Millicom (Tigo-UNE) y la española Telefónica Movistar. Estas y otras firmas están evaluando participar en esta negociación del Distrito.
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Quien compre a la ETB adquiriría una compañía con activos por 4,3 billones de pesos (y pasivos por 2,3 billones), entre los que se encuentra una moderna red de fibra óptica en la que la administración de Gustavo Petro invirtió más de 2 billones de pesos. A ello se sumó un plan de expansión en telefonía móvil, televisión por cable y mejoramiento de redes, que no ha dado los resultados esperados por falta de un mayor impulso en la comercialización de estos nuevos servicios.
Pese a estas inversiones, la ETB ha perdido participación en telefonía fija e internet de banda ancha. Cabe recordar que hasta hace menos de dos décadas la empresa era un monopolio local que manejaba casi todo el mercado de telefonía fija, que en ese momento era muy rentable, pero fue perdiendo terreno con la llegada de la telefonía móvil.
El año pasado la ETB registró ingresos por cerca de 1,5 millones de pesos, cifra inferior a los registrados hace una década cuando llegaban a 1,6 billones. Además, las pérdidas ascendieron a 254.000 millones de pesos. La actual administración de la empresa se ha dedicado a tratar de aumentar la base de clientes y reducir los gastos. Por ejemplo, los costos laborales son el doble frente a otras compañías del sector debido a los elevados beneficios convencionales. Lo cierto es que le llegó la hora a esta empresa que otrora fue insignia de la capital y que hoy afronta grandes desafíos, en un sector en el que alguien que se duerme se lo lleva la corriente.