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Qué locura: comer carne en Colombia se volvió casi que un lujo; Juan Diego Alvira le cuenta todos los sorprendentes precios que encontró

La especulación, los intermediarios y hasta el precio del dólar pueden influir en el altísimo precio de la carne, que actualmente es el tercer alimento que más se ha encarecido en los últimos años.

22 de noviembre de 2022
Juan Diego Alvira carnicerías
Juan Diego Alvira carnicerías | Foto: Semana

El presidente Gustavo Petro habló de un ‘oligopolio’, que está dominando el mercado y que es el que genera los exagerados aumentos de la carne, cuyo precio se ha duplicado en algunas regiones del país.

¿Qué hay detrás del aumento del precio de la carne? Juan Diego Alvira visitó un frigorífico, varias carnicerías y supermercados, comparó precios en las ciudades, y se dio cuenta de que muchas veces el altísimo precio de la carne no tiene explicación, más allá de la especulación del día.

Juan Diego Alvira descubrió por qué está tan cara la carne.

En una misma ciudad, el precio puede variar dependiendo de la carnicería que la persona visite. En una distribuidora que quede cerca de un frigorífico, una libra de carne para asar, de brazo o pierna (que es quizá la más económica), puede costar unos 13 mil pesos en Bogotá. A medida que la persona se aleja del lugar, el precio puede aumentar hasta 2 mil pesos.

El comportamiento es parecido en ciudades como Bucaramanga, donde en “La Fazenda”, la libra se puede conseguir a 10 mil pesos, mientras que en una carnicería de barrio puede costar aproximadamente 14 mil 500 pesos.

Fedegán, que es el gremio de los ganaderos, expidió un comunicado en el que señala directamente a “intermediarios ociosos” de estar generando el aumento en el precio de la carne.

“Mientras que en Colombia 56 centavos del peso que un consumidor paga por la carne van para el ganadero, en Brasil esa proporción es de 81 centavos. ¿Esto qué quiere decir? Que alguien se queda con la diferencia que son 25 centavos del peso, sin haber agregado ningún valor a la cadena productiva”, dijo José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán.

La teoría del presidente Gustavo Petro es diferente. Según él, el aumento de los precios de la carne obedece a que los frigoríficos se apoderaron del mercado de producción de carne y para muchos municipios que hoy en día no tienen la posibilidad de matar el ganado en su territorio es muy costoso llevarse al animal hasta algún matadero autorizado, para después devolverlo hecho carne.

Por eso pidió al Invima, que actualmente vigila 348 plantas de beneficio animal, que se evalúe la posibilidad de habilitar a los municipios para que tengan sus propios mataderos y así puedan realizar los sacrificios necesarios para alimentar a su población y de esa manera bajaría el precio.

Sin embargo, la teoría de la Asociación Colombiana de Frigoríficos es completamente distinta. Para ellos la especulación ha disparado los precios, pues muchos de ellos están optando por venderles sus animales en pie a exportadores que se los llevan a Oriente Medio, aun sin cumplir con el peso de consumo, para terminar de engordarlos y exportar su carne.

“El precio que están pagando o con el que están especulando los exportadores de ganado en pie es mucho más alto que el que pueden pagar comercializadores en Colombia, y eso los obligó a ofrecer más dinero por cada cabeza de ganado. Ese aumento en el precio se le traduce después al consumidor final”, dijo Álvaro Urrea, presidente de la Asociación Colombiana de Frigoríficos.

Juan Diego Alvira visitó el frigorífico BLE, que es uno de los más grandes que tiene el país en materia de producción de carne, y que básicamente genera el abastecimiento de Bogotá y sus alrededores, que es quizá es el mercado más amplio de Colombia. En esa visita supo que mientras a un ganadero le ofrecen en el mercado local 10 mil pesos por cabeza de ganado, en ocasiones, los exportadores le pueden ofrecer $1.000 o hasta $2.000 pesos más.

También ocurre que el propietario del ganado especula con el precio, dice que los exportadores de ganado en pie están ofreciendo más dinero y de esa manera se terminan inflando los valores, al punto que en cuestión de uno o dos años los precios de la carne se han más que duplicado.

De hecho, las cifras que tiene la Asociación es que hace dos años en Colombia una persona consumía en promedio 21 kilos de carne al mes y hoy en día el promedio bajó a 17,5 kilos al mes. A pesar de que en el país, y en el mundo, la gente ha intentado reducir el consumo de carne roja, por salud, en los frigoríficos consideran que la disminución obedece principalmente a que la carne se ha vuelto demasiado costosa y las familias han tenido que reemplazarla por otra proteína.

Los frigoríficos no están de acuerdo ni con la teoría del presidente Petro ni con la de Fedegán. “No podemos decir que la carne subió por los intermediarios. Hoy se vive una época en la que el ganado se paga al doble de lo que se pagaba hace dos años y siempre hemos tenido los intermediarios”, dijo Álvaro Urrea, quien además aclaró que los frigoríficos no son los dueños del ganado, sino que prestan un servicio que es el de sacrificarlo y porcionarlo.

Para ellos, la solución es que se construyan plantas de producción de carne ubicadas estratégicamente en algunas regiones del país, donde el transporte del ganado y la carne tienen un peso representativo en materia de costos, para definir el precio de la carne, pero para frenar los aumentos en su valor, a nivel general, es necesario que se regule la exportación de ganado en pie (de ganado vivo) para evitar la especulación de precios que muchas veces se maneja como un mercado persa.