Caficultura
¿Viene una cuarta crisis por el precio del café?; las razones por las que se calienta el ambiente en el sector
Agosto llegaría con una cosecha de decisiones para el café. Contraloría auditará al Fondo Nacional del grano, administrado por la Federación. El precio cae día tras día y la producción, mermada.
Los números alrededor del café no suenan bien y las preocupaciones rondan. Los productores han visto la caída en picada del precio interno del grano, el cual llegó a 2.445.000 pesos por carga el 5 de octubre de 2022 y ahora está en 1.295.000 pesos.
En la Bolsa de Nueva York, hace un año se vendía a 2,18 dólares por libra y ahora se cotiza en 1,61 dólares. La producción de café se ha reducido 13 por ciento en los últimos 12 meses. A junio registró 10,7 millones de sacos frente a 12,3 millones de un año atrás.
El riesgo para las 460.000 familias productoras salta a la vista y el Gobierno toma cartas en el asunto, pues la Federación de Cafeteros, gremio del sector, tiene a su cargo el contrato de administración del Fondo Nacional del Café (que se renueva cada 10 años y el actual va hasta 2026), justamente, para que busque maximizar el ingreso de los agricultores, que en un 95 por ciento son pequeños, y, además, haga más competitiva la caficultura nacional, que casi en su totalidad es para exportación. Es decir, es mucho lo que está en juego.
El exministro Juan Camilo Restrepo, conocedor del tema, afirmó que “la situación de la caficultura es delicada. El precio internacional tiende a desmejorar y algunos programas claves, como la renovación de cultivos, están atrasados. Pero, además, es inminente una grave crisis institucional por el desconocimiento del Gobierno de la dirigencia cafetera y de la parafiscalidad”. Se refiere a la dificultad que implica la falta de interlocución entre el presidente Gustavo Petro y el gerente elegido por el Comité Nacional cafetero, Germán Bahamón.
Lo más leído
El mandatario había pedido suspender la elección en la que fue escogido Bahamón, pero los productores hicieron uso de su autonomía como gremio privado. Al respecto, el exministro Rudolf Hommes, pese a que es uno de los críticos del presidente cuando toca, sostuvo que el directivo de la Federación “cometió el error de prestarse para que le metieran un gol a Petro”. Y eso “a ningún presidente le gusta, y menos a este”.
Productor importando
Las tensiones crecen a medida que salen a relucir circunstancias como la ocurrida en Almacafé, empresa de la Federación, de la que sacaron al gerente y a los directivos del gremio en Caldas y Huila luego de que se presentara al rechazo por parte de un comprador de un lote de café que debía ser de tipo exportación, pero contenía grano importado, una calidad diferente a la del producto nacional y que es por la que los clientes internacionales pagan una prima.
Voceros del gremio aseguraron que los involucrados en el escándalo se habían dejado meter un gol, pero el columnista Aurelio Suárez señala que “esa maniobra incurre en detrimento, y el gerente Bahamón debe ir a denunciar a la Fiscalía y a la Contraloría… Es delito, no error”.
Otras voces, entre tanto, sacaron a relucir el hecho de que la importación no es mala. Por el contrario, es necesaria, pues el caficultor obtiene mayor rentabilidad al exportar, y en el mercado interno no pagan por la calidad del café suave.
En consecuencia, de 11 millones de sacos producidos, un 6 %, que es lo que llaman pasilla (el grano partido) se queda en el país, lo que corresponde a unos 700.000 sacos, mientras que el consumo local asciende a 2′300.000 sacos. Es decir, se tiene que comprar afuera.
Complejidades
La institucionalidad de la caficultura tiene un engranaje casi tan complejo como el de un Estado. Existe un comité nacional, en el que tienen asiento cuatro ministerios, por la existencia del Fondo Nacional del Café, que es el músculo financiero para el desarrollo de esta rama agrícola.
También hay comités departamentales y municipales, y 33 cooperativas, que son las que ofrecen la garantía de compra a un precio referente a través de contratos a futuro, los cuales ahora serán puestos de nuevo en la lupa de la Contraloría General a partir del primero de agosto, cuando se iniciará una auditoría al Fondo Nacional del Café. Este Fondo es el que puede vigilar el organismo de control por ser recaudador de recursos parafiscales, es decir, los que aporta un privado, pero para un fin público: la rentabilidad para los productores y el desarrollo del sector.
El papel de los contratos a futuro de compra del café hubiera sido determinante para enfrentar la situación actual, pues el precio del grano estuvo en niveles históricos mientras Brasil –principal productor mundial– tenía problemas climáticos que bajaron su producción, lo que le dejaba espacio a Colombia para vender. Encima de todo, el dólar, la moneda con la cual se negocia el producto, cotizaba al alza, pero en la actualidad registra una caída de cerca del 20 por ciento desde enero.
En una anterior revisión al Fondo Nacional del Café sobre la vigencia 2021, la Contraloría identificó riesgos de incumplimiento de los contratos a futuro, lo que luego le empezó a pasar factura a los productores por haberles quedado mal a los compradores externos. Dentro de la estructura de la Federación de Cafeteros hay otras empresas.
Además de Almacafé, encargada de recibir el grano, almacenarlo y gestionar la logística para su exportación, también está Juan Valdez, propiedad de la entidad gremial y de 25.000 productores dueños de sus acciones. Pero la joya de la corona es Buencafé, una fábrica que produce y exporta café liofilizado colombiano a todos los continentes.
Y no se puede dejar de mencionar a Cenicafé, el centro de investigación de la Federación, sin el cual Colombia no tendría estrategias para enfrentar las plagas en los cultivos, la innovación, con variedades de café más rentables, y no se estaría avanzando en estrategias de recolección, uno de los eslabones de la producción que produce altos costos para el sector.
En circunstancias como las actuales, con precios a la baja, los caficultores disponen del Fondo de Estabilización de Precios, creado por ley en 2019, precisamente, para enfrentar crisis de precios. En dicho fondo, no hay más de 300.000 millones de pesos y se necesitarían al menos 2 billones para que el productor lograra cubrir las pérdidas que supone invertir 1.550.000 pesos por carga producida y solo obtener 1.300.000 pesos al comercializarla.
En el rompecabezas de la caficultura, hay otra piedra en el zapato: la obligación de pagarles a los pensionados de la Flota Mercante Grancolombiana, que en el pasado remoto usó el país para llevar y traer mercancías del comercio exterior.
La flota de buques inicialmente era propiedad de tres países (Colombia, Ecuador y Venezuela), pero con el auge de los medios de transporte llegó a la quiebra y la pelota quedó en la cancha de los cafeteros. “Con una suma que oscila entre 20 y 25 millones de dólares al año para pagar pensionados, 50 de los cuales son ecuatorianos, habría recursos para renovar los cafetales y hacerlos más productivos”, afirmó Eugenio Vélez, representante de Caldas en el comité directivo nacional.
El otro nubarrón está en la percepción que hay en el país sobre la unidad de los caficultores. Además de la Federación, que, según Vélez, es el órgano legítimo que los representa desde hace 96 años, también está Dignidad Cafetera. A ellos se suman otros subgrupos que hablan en nombre de los productores. Tanto es así que habrá una serie de actividades con un común denominador, pero en unas no estarán unos y en otras faltarán otros. El primero de agosto, por ejemplo, se realizará el Foro Cafetero Nacional en Pereira, al cual asistirá la viceministra de Agricultura, Aura María Duarte, quien dijo que escucharán “a las comunidades de base y sus necesidades. Con esos insumos, se revisarán las fórmulas y las alternativas en el Fondo de Precios del Café”.
Entre tanto, para el 17 de agosto fue convocada una movilización que aboga por “estrategias para que los pequeños productores tengan un precio interno rentable; para recuperar las cooperativas cafeteras, detener las importaciones masivas de café y rechazar el millonario sueldo –de 120 millones de pesos– del gerente de la Federación”, dice la invitación.
Bahamón, por su parte, confirmó que el 2 de agosto tienen cita con los ministros de Hacienda y de Agricultura “en el seno del comité técnico del Fondo de Estabilización de Precios del Café. Esperamos presentar al Gobierno iniciativas para brindar herramientas al caficultor durante el segundo semestre”, dijo.
Así las cosas, viene una semana activa para el café en medio de ese ambiente enrarecido que rodea al sector. La preocupación por el precio es más válida que nunca. Podría ser el detonante, según Aurelio Suárez, de “la cuarta crisis del café y la más dura de las vividas en los últimos 30 años por más de medio millón de familias cosechadoras”.