ECONOMÍA NARANJA
El auge del ‘coworking’
Colombia no ha sido ajena a una tendencia mundial que cambia la forma y los espacios para trabajar. Las grandes multinacionales de este sector ya están llegando al país.
El negocio de alquilar espacios temporales para trabajar toma un renovado impulso en el país con la llegada de multinacionales dedicadas a esta actividad, conocida como coworking. Este sistema no se limita a ofrecer espacios de trabajo compartidos, con lugares innovadores y de gran diseño. También le apunta a crear comunidades de economía colaborativa.
Por eso, las multinacionales que están en este negocio ofrecen edificios con espacios abiertos con todo tipo de salones y servicios. Incluso, organizan actividades lúdicas y eventos para fomentar el networking, al estilo de los campus de Google o las grandes start-ups de tecnología a nivel global.
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WeWork, pionera de este modelo y una de las mayores firmas de coworking del mundo, lleva cerca de un año en el país. Ya tiene tres edificios nuevos en Bogotá (calle 93, Usaquén y calle 100) y uno en Medellín. Con esto, tiene cerca de 4.000 afiliados y espera cerrar el año con 7.000 o 7.500, gracias a la próxima apertura de dos nuevos edificios en la calle 81 y en la calle 26 en Bogotá. Karen Scarpetta, su directora para Colombia, asegura que las personas tienen acceso también a una comunidad global para hacer negocios, en la que se ayudan, intercambian consejos y experiencias e incluso hacen negocios entre sí (el 60 por ciento de los miembros a nivel mundial ya lo han hecho). Tienen la meta de tener 19 edificios a finales de 2019 y entrar en mercados como Barranquilla y Cali.
También acaba de ingresar al país la holandesa Spaces con un edificio en Bogotá en la zona de El Nogal. Juan Carlos Delgado, su country manager, dice que solo en dos semanas alcanzaron el 30 por ciento de ocupación y ya están en negociaciones con grandes clientes para terminar el año con más del 70 por ciento. El objetivo es tener entre tres y cuatro ‘Spaces’ más en Bogotá y entrar a ciudades como Cali y Medellín antes de tres años. Esta firma forma parte de International WorkPlace Group (IWG), holding especializado y líder a nivel mundial en proveer espacios de trabajo. Tiene otras marcas como Regus, No 18, Basepoint, OpenOffice y Signature.
Para Luis Alberto del Castillo, emprendedor y creador de Superlikers, estos espacios tienen ventajas frente a la oficina tradicional como el ambiente, la flexibilidad y la comunidad, pues allí se respira innovación y hay gente y empresas interesantes en un ambiente colaborativo, abierto y de intercambio de conocimiento.
En WeWork, por ejemplo, operan empresas como Ubereats, Spotify, la aceleradora RockStar, Torre –compañía de Álex Torrenegra, uno de los emprendedores colombianos más reconocidos–, así como Colsubsidio o Kellogg’s. Compañías como Avianca también han trasladado sus equipos de innovación a estos lugares.
Tanto WeWork -liderada en Colombia por Karen Scarpetta- como su nueva competencia Spaces -cuyo ‘country manager‘ es Juan Carlos Delgado- hablaron de sus planes de seguir expandiendo su presencia en Bogotá y Medellín, así como llevar este nuevo modelo a ciudades como Barranquilla y Cali.
Para una persona que comienza con empresa, nada más fatal que encerrarse en cuatro paredes, lo cual mata la creatividad y lo aísla del mundo. Lo dice René Rojas, cofundador de HubBog, un campus de mentoría y aceleración para start-ups, uno de los primeros espacios de coworking en el país, en el que nacieron empresas como Tappsi. En el ámbito local hay varias marcas como Work&Go, Urban Station y Atom Houses que también ofrecen servicios de coworking, con dos o más sedes.
Colombia no ha sido indiferente a esta revolución. Sin duda, este negocio muestra los cambios en el medio laboral que trae la economía colaborativa. También representa un desafío para el mercado de oficinas, producto de la movilidad que da la tecnología, y de la necesidad de las empresas por innovar, ser más productivas y atraer y retener el nuevo talento. Un boom en proceso.