Empleo
El 47% de los colombianos tienen un empleo formal
Después de la pandemia hubo un incremento en los empleos formales; sin embargo, esto aún no se puede celebrar
En los últimos años, Colombia ha experimentado un fenómeno notable en su mercado laboral: el aumento de la formalidad. La transición de empleos informales a formales ha sido un tema clave en las políticas laborales y económicas del país.
Según un análisis presentado por BBVA en compañía de la economista María Claudia Llanes, en los últimos cuatro años, Colombia ha demostrado avances notables en su lucha por incrementar la formalidad laboral. Antes de la pandemia, en 2019, el 44 % de los trabajadores colombianos estaban bajo empleo formal. Hoy, ese número se ha elevado al 47 %. Aunque pueda parecer un cambio marginal, es una transformación de gran relevancia, ya que la formalidad laboral tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas, la productividad y la capacidad del país para enfrentar desafíos adversos.
El aumento de la formalidad laboral es un hecho destacable debido a sus implicaciones positivas. Los trabajadores formales tienden a invertir en su formación y capacitación, lo que los hace más productivos y con mejores remuneraciones. Esto no solo beneficia a los trabajadores individualmente, sino que también mejora la productividad general de la economía.
SEMANA habló con Oliver Velázquez CEO de Autorrepuestos y Campanas S. A. S. quien dio una perspectiva sobre el aumento del empleo formal. “El incremento de empleo formal ha sido un cambio positivo para nosotros como empleadores. Tenemos una fuerza laboral más estable, lo que ha mejorado la calidad del servicio que ofrecemos”.
Tendencias
La formalización laboral ha llevado a un aumento en la creación de empleos formales en el país. Esto ha brindado a los trabajadores una mayor seguridad laboral, acceso a beneficios sociales y mejores salarios, lo que a su vez ha mejorado la calidad de vida de muchos colombianos.
Por otro lado, dentro del informe se menciona que el contraste entre sectores formales e informales es evidente en las diferencias salariales. Sectores como las actividades financieras, de información y comunicaciones, y el sector público, pagan aproximadamente tres veces el salario mínimo, mientras que los sectores más informales, como la agricultura y alojamiento, remuneran por debajo del salario mínimo. Esta disparidad subraya la importancia de la formalidad laboral en el acceso a mejores condiciones económicas.
El aumento en la formalidad laboral ha tenido un impacto positivo en la economía colombiana. Ha contribuido a un aumento en la recaudación de impuestos y a una mayor inversión en capacitación y desarrollo de la fuerza laboral, lo que a su vez mejora la productividad.
Las ganancias en formalidad laboral de los últimos años han hecho que tanto los hogares como la economía sean más resilientes ante eventos adversos. Sin embargo, se anticipa que, con la desaceleración económica, pueda haber un ligero deterioro en la formalidad laboral. La buena noticia es que Colombia parte de un mercado laboral más formal en comparación con episodios anteriores de desaceleración económica.
Karolina Olaya, gerente de Tutuy una empresa del sector textil, mencionó a SEMANA: “La formalización laboral ha tenido un impacto significativo en la productividad de nuestra empresa. Los empleados formales muestran un compromiso y dedicación superiores, lo que se traduce en proyectos de mayor calidad y plazos cumplidos”.
A pesar de los avances, aún existen desafíos en el proceso de formalización laboral, como la persistencia de la informalidad en algunos sectores y regiones. La informalidad sigue siendo un obstáculo a superar.
El aumento en la formalidad laboral en Colombia es un logro significativo con impactos positivos en la calidad de vida de los trabajadores, la productividad y la capacidad de enfrentar desafíos económicos. A pesar de los desafíos que puedan surgir en el futuro, el país se encuentra en una posición más sólida en términos de formalidad laboral, lo que augura un futuro más prometedor en el ámbito económico y social.