Cápsula
El mercado inmobiliario estadounidense enfrenta desafíos
En medio de la incertidumbre económica, el mercado inmobiliario estadounidense enfrenta dos realidades divergentes: el sector residencial muestra resistencia mientras que el comercial se tambalea ante diversos desafíos.
En el ámbito residencial, el aumento de los tipos de interés impuesto por la Reserva Federal ha elevado los costos de adquisición de viviendas, afectando principalmente a los compradores primerizos. Aunque la oferta de propiedades ha disminuido, el mercado se estabiliza gracias a la preferencia por hipotecas a tipo fijo. A pesar de un ajuste en los precios, las ventas de viviendas nuevas experimentan un notable aumento del 31.5% interanual.
En contraste, el sector inmobiliario comercial enfrenta una tormenta perfecta. El auge del trabajo remoto ha golpeado la ocupación de espacios comerciales, llevando las tasas de ocupación en ciudades clave como Nueva York a un preocupante 50%. La renegociación de contratos y la disminución de la demanda han impactado los ingresos y activos de los arrendadores. La refinanciación de deudas a tasas más altas agrava la situación, reduciendo la rentabilidad y exigiendo mayores inversiones de los propietarios.
Las tensiones se intensifican con la estricta postura de los bancos regionales, que, tras quiebras en marzo de 2023, imponen requisitos más rigurosos. Los indicadores financieros, como la caída del índice US REITS y el aumento de activos en problemas, reflejan la vulnerabilidad del sector comercial.
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Aunque el sector residencial encuentra alivio en la escasez de viviendas y estabilidad laboral, el futuro del mercado inmobiliario estadounidense pende de un hilo. Se vislumbra un 2024 desafiante para el sector comercial, con posibles repercusiones sobre bancos regionales y arrendadores.