Cinco emprendedoras que dan ejemplo al empresariado colombiano

Durante el cuarto trimestre de 2020, en Colombia se crearon 65.363 empresas según datos de Confecámaras. La misma agremiación calcula que, después de dos trimestres de decrecimiento en esta actividad por cuenta de la pandemia, en el tercer cuarto del año el registro de nuevas empresas logró crecer 2,9 % frente al mismo periodo de 2019 y en 22,9c% en el último periodo.

Además de las dificultades que presentó el atípico 2020 tanto para los nuevos emprendimientos como para las empresas que ya existían, una coincidencia constante entre quienes se aventuran a iniciar su propia empresa es la queja ante los múltiples obstáculos que implica la creación de una persona jurídica en el país.

Sin embargo, DINERO presenta cinco ejemplos de mujeres que asumieron el reto, cometieron errores y los corrigieron, recibieron y buscaron guía, además de otros tipos de ayuda, y hoy demuestran que sí hay campo para las emprendedoras, incluso en industrias masculinizadas.

1. Alejandra Paredes, creadora de Muii

Esta empresa de alimentos es la responsable de las trufas de brownie que se venden en paquetes de cuatro unidades dulces que se encuentran en todos los D1 del país y llaman la atención desde lejos por su envoltorio rojo con rosado. Después de probarlos, el reto es no volver por más.

Alejandra Paredes y su socio iniciaron el camino cuando estaban cerca de los 25 años y ahora, con 35 años, tienen entre sus clientes a Alpina, Nutresa y Koba (matriz de D1). La empresa que empezó con un empleado ahora tiene a 80 personas de las cuales el 70 % son mujeres cabeza de hogar.

“Tener mujeres como la mayoría de nuestro personal fue una decisión que tomamos de dar la mano, sobre todo cuando yo vi que tenía que manejar la empresa y para eso necesitaba el 100 % de mi tiempo, pero a la vez tenía una familia. Entonces, es un reto también para estas mujeres que tienen su familia, pero tienen que trabajar”, señala Paredes.

Así, Muii creó tres turnos de trabajo y creó un sistema de bienestar de sus empleados de modo que hombres y mujeres puedan tener días compensatorios por su trabajo y acceso a permisos especiales si tienen algún evento que atender en sus hogares.

En la pandemia, la empresa no ha presentado brotes masivos, aunque algunos de sus trabajadores han sufrido la enfermedad, pues cuentan con un sistema de reporte, aislamiento y equilibrio de operación en la planta para que ningún área quede descubierta y quienes lo necesiten, permanezcan en casa.

Además de sus proyectos de exportación y de nuevos productos, Muii trabaja en la creación de un jardín infantil dentro de la planta para que las mujeres puedan atender a sus hijos en edad no escolar mientras asisten a sus turnos.

2. Diana García, creadora de Avio

Diana García empezó su empresa de alimentos haciendo todas las tareas: desde buscar clientes hasta llevarles el producto. Señala que al principio podía no ser muy bien recibida en algunos lugares por estar haciendo “tareas de hombres” como cargar y descargar la mercancía de su camión.

García, que tuvo que entender con la experiencia las diferencias entre los pagos y los impuestos que debe asumir una empresa naciente al hacer un acuerdo con otra más grande, destaca que finalmente esto le dio un impulso a Avio para reducir a futuro sus pérdidas y entender cómo opera el negocio.

Durante los primeros meses de la pandemia, “para muchas veces en otras empresas, independiente de la situación económica, siempre había una negativa, una queja a hacer algo y finalmente el cambio se tenía que dar. Esto se aprende como emprendedores, el adaptarse y aceptar sencillamente cómo se están poniendo las cosas para empezar a hacer ajustes y cambios a la situación que se está viviendo; eso es lo que hace que de alguna manera no sea tan malo”, agrega García.

Para 2021, uno de los planes de la empresa es fortalecer su red de domicilios para generar un sistema más eficiente y una mayor fidelización de sus clientes, ya que “esta es una situación que este año no va a cambiar a pesar de que lleguen vacunas” y son los clientes más fieles los que logran mantener a flote a Avio.

3. Laura Romero, creadora de Chaló Chaló

Esta marca que ofrece productos como libretas, billeteras y artesanías con diseños inspirados en Colombia, logró abrir un punto de venta en el aeropuerto justo antes de la pandemia. Pero la enfermedad que obligó a todo el mundo a cerrar por semanas no fue un obstáculo para Chaló Chaló.

“Tuvimos que reforzar toda la parte digital, ajustarlo todo, hacer ese cambio de intentar entrar a otros canales y logramos aumentar mucho la visibilidad a nivel digital; pusimos a nuestro equipo de ventas en puntos físicos a ser parte del equipo de ventas digitales. Entonces reforzamos mucho el comercio electrónico y eso fue lo que nos impulsó e incluso logramos metas que no teníamos previstas para 2020”, destaca Laura Romero.

Y ahora, 2021 estará lleno de nuevos diseños y de más fuerza en el e-Commerce, que logró el mismo nivel de ventas que un punto físico.

4. Paula Lozano, cofundadora de Maway Campervans

Paula Lozano y Andrea Rojas iniciaron la operación de su empresa, que ofrece casas rodantes para viajar por todo el país, cerca de seis meses antes de la llegada de la pandemia. Su camioneta tuvo que parar, pero el inicio de la reapertura en Colombia les demostró que tienen un mercado que las necesita.

Durante esos dos meses lograron compensar los gastos fijos como parqueadero y seguros de su vehículo gracias a los viajes que los colombianos empezaron a hacer en el vehículo que se desinfecta antes y después de cada viaje.

“Nuestros planes son continuar adquiriendo nuevos vehículos, ahora contamos solo con dos, y no solamente para atender a más clientes, sino también para abrir operaciones en otras ciudades. Para eso estamos haciendo alianzas con otras empresas que se encuentran en Medellín y en Cali, que van a ser inicialmente nuestras principales sedes. Entonces, para este año la idea es abrir Medellín y adquirir otras dos campervans, otras dos casas rodantes”, agrega Lozano.

5. Liliana Parra, creadora de Nascrew

La industria petrolera ha sido tradicionalmente una de esas masculinizadas. Y aunque ahora hay más ingenieras, en los campos son muy pocas y suelen recibir salarios inferiores a los de sus pares hombres.

De hecho, Liliana Parra cuenta que era la única mujer en el campo donde operaba la empresa en la que trabajaba. Su salario era tres veces menor al de su par masculino y luego, cuando decidió ser mamá, la despidieron tras tomar la licencia a la que por ley tiene derecho.

Estos hechos y la ausencia de mujeres en la industria petrolera en general la impulsaron a crear una empresa, a abrirle el camino a las que vendrán.

Nascrew es una empresa de tecnología 4.0 para este sector que representa la mayor fuente de ingresos para Colombia y, de hecho, logró crecer durante el confinamiento por la pandemia dado que ofrece servicios como programas de capacitación en línea con realidad virtual para los trabajadores de diferentes empresas, big data y robots para operación en campo.

“Este es un tema a nivel mundial, pero en Colombia y en Latinoamérica todavía es muy marcado el sesgo. Aún se cree que las mujeres están para cargos administrativos, cargo secretariales o asistenciales, pero nunca se le valora por su experiencia y su conocimiento”, señala Parra.