OPINIÓN
De emprendimiento y otras adicciones
Colombia dio un giro de 180 grados en materia de emprendimiento y emprender se ha vuelto una adicción basada en la necesidad de supervivencia. ¿Puede esta adicción convertirse en nuestra mayor fuente de ingresos?
Un nuevo mundo, un nuevo estilo de vida y un nuevo panorama frente a los negocios son sin duda la incógnita más común entre los colombianos este 2021. La incertidumbre de cómo sobrevivir es uno de los principales interrogantes de nuestra sociedad y el factor que más incentiva a la hora de emprender.
Según el informe de Confecámaras ‘Dinámica de creación de empresas’, en el 2020 se crearon alrededor de 280.000 empresas en todo el territorio nacional. Esto nos indica que el país ha crecido como un líder de emprendimiento y nos motiva a seguir produciendo hasta llegar a la cima. Colombia ocupa el 5 lugar en América Latina con el 42,2 % de intencionalidad empresarial, según un estudio hecho por Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Así las cosas, el 90 % de los encuestados en el país ven esta actividad como una opción de vida deseable y de largo plazo.
Sin embargo, la dinámica ‘after covid’ sigue siendo incierta y aparece un sin fin de cuestionamientos que pueden nublar nuestra visión para la creación de nuevos proyectos. ¿Por qué no arriesgarse? Muy claro lo dice uno de nuestros ejemplos más conocidos en el mundo, Mark Zuckerberg: “El mayor riesgo es no tomar ningún riesgo. En un mundo que cambia realmente rápido, la única regla que tiene garantizado fracasar es no tomar riesgos”.
Entonces, ¿cuál es el miedo? Se puede emprender, si tenemos las ganas suficientes. Desde un joven universitario hasta una persona mayor de 60 años y en todos los campos posibles. Es acá donde Colombia toma protagonismo brindándonos alternativas de todo tipo para la creación de empresa.
El país se ha diversificado y ha construido diferentes opciones para las mentes creativas y, sea cual sea la necesidad, siempre existirá una luz de esperanza y alianzas estratégicas que nos impulsan a continuar. Cada emprendedor tiene la opción de aplicar a diferentes convocatorias, emitidas por instituciones como las cámaras de comercio, Innpulsa, Inexmoda, Pro-Colombia entre otras.
Así como también cuentan con aceleradoras, fondos de inversión, servicios en las entidades bancarias, inversionistas independientes, ángeles para microempresas, programas como Shark Tank Colombia o agencias dedicadas netamente a la expansión, promoción y crecimiento de las pymes. Por consiguiente, la facilidad a la hora de hacer empresa es excepcional comparado con otros países de América Latina.
Otro de los factores que se debe tener presente a la hora de emprender es que debemos digitalizarnos y más ahora que el mundo físico se vuelve lejano. El retail tradicional ha ido evolucionando y todo ha migrado de manera inmediata al e-commerce. Todos los canales de distribución han cambiado: los locales físicos y transacciones en efectivo se trasladaron completamente a un market place digital.
Lo principal es verificar si las pasarelas de pago funcionan, si hay buen contenido y si el producto es diferente e interesante para que todo salga de manera efectiva. Incluso, canales como Youtube, Instagram y Facebook tienen formas gratuitas o de poca inversión para promocionar y visibilizar sus negocios al alcance de todos. De esta manera, su inversión digital saldrá más barata, más sencilla y con una alta probabilidad de obtener más clientes de los que entrarían a un negocio físico actual.
De igual forma, debemos tener en cuenta la formación de equipo si queremos que prospere nuestro negocio. Todo se basa en el trabajo en conjunto, en la organización y distribución de roles , sea de 3, de 10 o de 100 trabajadores, pero todos deben tener claro su papel a la hora de coordinar las operaciones correspondientes.
Al tener esto de manera estable, la curva de aprendizaje se verá menos afectada y más alineada al momento de llevar la empresa a otro nivel para su internacionalización y despegue. Acá es dónde sabrán valorar su motivación, su capacidad de liderar equipos, su paciencia frente a la adversidad y su disposición para controlar su temperamento en tiempos difíciles. Aprenderán a celebrar cada mínima victoria, así como la satisfacción de ver crecer algo que es realmente suyo y saber que trabajan en lo que aman, ese sentimiento no se cambia por nada en el mundo.
No obstante, existe cierta cantidad de variables de las que dependerán 100 % el éxito de su emprendimiento. Si una persona promedio tiene un trabajo fijo hace años, recibe un sueldo y se siente cómodo, solo le dedicará una parte de su tiempo al negocio, a diferencia de una persona que estará 24/7 dedicada al tema si su supervivencia depende solo de ese proyecto. Esto, como ciertas adicciones, no es para todo el mundo. Tiene que tener ese chip motivador que le apasione realmente. Se trata de aquello por lo que está dispuesto a emprender, salir de su zona de confort y cambiar su estilo de vida para cumplir sus sueños.
En Colombia hay mucha gente que tiene buenas ideas, vitalidad y un talento extremo y eso es lo que necesita el país: gente que se crea el cuento, que con sus emprendimientos genere nuevos empleos, nuevas oportunidades, nuevas visiones y llevé a Colombia a ser una potencia creativa a nivel global.
Consejo final: ¡Hay que arriesgarse! Siempre habrá competencia y siempre habrá gente que no los quiera ver progresar, pero siempre habrá oportunidades y buenos momentos. No van a saber si les va a salir bien o mal si no se arriesgan.