“Para emprender hay que fortalecerse a nivel emocional y mental”: Daniella Moscarella, emprendedora serial colombiana

A la hora de darle vida a una empresa son muchos los retos a los que se enfrentan los empresarios para materializar una idea y hacerla realidad.

Desde la estructura de la empresa, la parte financiera y conseguir el éxito de su naciente compañía, los emprendedores llevan una gran carga encima que los afecta a nivel mental y emocional.

En este sentido, Daniella Moscarella, emprendedora colombiana que ha creado cinco empresas entre las que se encuentran Mama Soaps, la primera jabonería experiencial de Latinoamérica; Boost Colombia, empresa de community management y asesoramiento, y We Love Nails, ahora We Love Beauty, asegura que antes de empezar con una compañía, el emprendedor necesita fortalecerse a nivel emocional y mental.

“Crear una empresa tienen altos y bajos. y esos bajos suelen ser muy fuertes, tanto que dan ganas de tirar la toalla. ¿Qué tengo que pagar? y ¿tengo con qué pagarles a mis empleados? son algunas de las cosas que pueden afectarlo a uno emocionalmente e incluso pueden definir el éxito o el fracaso de tu empresa”, afirma Moscarella.

Por eso, si bien es importante tener un plan de negocios para comenzar, Moscarella asegura que lo más importante es fortalecerse a nivel emocional y mental para poder enfrentarse a esos retos que se vienen, pero no de manera negativa, sino pensando en cómo aprender de ellos y qué soluciones se tienen para los problemas que se presentan en el camino.

En su libro Todo lo puedes, la emprendedora cuenta la historia de sus compañías y en particular cómo ha sido para ella crear empresas sufriendo de ansiedad. “Cuando pasan cosas muy fuertes uno puede quedar muy golpeado y renunciar al sueño de su vida, en mi caso he sufrido de ansiedad desde hace tiempo entonces intento contar mi experiencia, cómo abordar la frustración en este tipo de situaciones”, aseguró.

El fortalecimiento emocional también permite que se tomen las decisiones con cabeza fría. “En mis primeros años como emprendedora no prestaba atención a cosas básicas como los impuestos, por ejemplo, y luego me daba tremendos totazos que me afectaban a nivel emocional, tanto que tuve incluso que vender mi primera empresa porque estaba al borde de la quiebra, pero con fortaleza la vendí en 15 días y empecé de nuevo”, contó.

Luego del fortalecimiento emocional, explica Moscarella, viene la parte metódica. Durante sus años de emprendedora, la empresaria creó un método que ha ido perfeccionando con el paso de los años y que explica en su libro.

En el método, explica que lo primero que debe hacer un empresario es un análisis exhaustivo del terreno al que quiere entrar. “Por muy buena que sea tu idea necesitas saber qué riesgos tiene el mercado en el que estás entrando, cómo está ese terreno, para que reconozcas los riesgos si las cosas se ponen difíciles”, explicó.

Además, en su método sugiere aplicar la técnica del design thinking para validar el mercado y en la cual debe darse un proceso de cocreación con el cliente.

“Te pongo un ejemplo: té quieres vender papas y estás convencido de que tus papas van a ser las mejores y que tu negocio va a ser un éxito, pero resulta que el cliente no quiere papas sino plátanos, así que tu negocio no tendrá los resultados que esperabas y por eso necesitas trabajar de la mano de las necesidades de tu cliente”, afirmó Moscarella.

Una vez se tiene claro el mercado y las necesidades del cliente, el paso siguiente es poner la empresa en el papel, es decir, crear la estructura del negocio, el por qué del mismo, qué problemáticas soluciona, cuál es el propósito y el camino que va a tener.

Finalmente, viene la parte financiera. “Recomiendo un estudio de los KPI de forma conservadora para estar tranquilos y siempre les aconsejo a los emprendedores que asesoro a que no crean en el colchón de los tres meses. Siempre me dicen que tienen un ahorro para los tres meses, pero si en el cuarto mes la empresa no me da ingresos termino cerrándola, así que no crean en eso”, afirmó.

Finalmente, Moscarella recomienda tener claros los mitos que hay alrededor del mercado, ser pacientes porque las utilidades pueden llegar hasta dos años después, analizar si es o no necesario tener una sociedad y llevar una agenda de todo el proceso.