CONFECCIONES
‘Arancel a importación de textiles, expedido por decreto de Mincomercio, es un saludo a la bandera’: gremio
La Cámara Colombiana de la Confección quedó inconforme con la medida que pedían para proteger a la industria nacional.
Tras una larga espera, con una gran expectativa por la expedición del decreto que habían pedido a gritos, para que las importaciones de textiles tuvieran un arancel que protegiera a la industria nacional de la competencia desigual con los productos que vienen de fuera, el presidente de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines, Camilo Rodríguez, dijo que la medida adoptada finalmente es insuficiente. Por lo tanto, el efecto que tendrá sobre la difícil situación que enfrenta este sector, será poco menos que “un saludo a la bandera”.
El decreto estableció que habrá un arancel del 40% ad valorem a las importaciones de cualquier origen de nación, cuando el precio declarado sea inferior o igual a diez (10) dólares por kilogramo bruto.
También se establece un arancel del 15 % ad valorem, más 1,5 dólares por kilogramo bruto, cuando el precio de la mercancía sea superior a 10 dólares.
De acuerdo con lo incluido en el decreto, el gravamen arancelario se revisará cada 6 meses. Además, el documento establece que la norma entrará en vigencia después de 15 días de ser publicada.
Lo mismo que antes
Para Rodríguez, la decisión tomada por el Ministerio -con el decreto-, alrededor de la petición que habían realizado desde tiempo atrás, contiene las mismas disposiciones que estaban en el borrador que el Gobierno presentó antes de la pandemia y que, aún sin la crisis generada por la covid, a los textileros les parecía insuficiente.
El dirigente gremial señala que el panorama que pinta para la producción nacional es preocupante y el decreto, en nada ayuda a la meta de la reactivación del sector. Agregó además que las medidas son similares a las que están vigentes en la actualidad y que, en el caso de la imposición del arancel del 40%, solo toca al 2 % de las importaciones; mientras que el 98% restante de las compras externas de Colombia, ingresa con un gravamen del 15 %. “Lo único nuevo es que le imponen 1,5 dólares por kilogramo”, dijo Rodríguez.
Un cambio integral
Para el vocero de la Cámara de la Confección, se requiere un cambio integral, que le apunte a una solución de fondo a los diversos problemas que los afectan, como lo son, el contrabando y las ventajas arancelarias que tienen los productos extranjeros para ingresar al mercado nacional.
Rodríguez advirtió que la condición inocua del decreto se verá en unos 5 o 6 meses, pues vienen de un año en el cual, mantuvieron las cifras en rojo. Es así como, entre enero y diciembre de 2020, la producción cayó en 21,3 %, y las ventas se redujeron en 18,6 %. De paso, el empleo se contrajo en un 24,3 %, mientras que las exportaciones solo fueron de 574 millones de dólares. En contraste, las importaciones sumaron 1.993 millones de dólares, generando así un desbalance comercial de 1.419 millones de dólares. En ese contexto, “el decreto es como darle un acetaminofén a un paciente con cáncer”.
¿Qué pretenden?
El presidente de la Cámara Colombiana de la Confección indicó que, desde su perspectiva, lo suficiente sería lo que estaba establecido en dos artículos del Plan de Desarrollo, y que luego de aplicarse durante 95 días, fueron tumbados por la Corte Constitucional, por considerar que la política arancelaria no está en manos del Legislativo sino del Ejecutivo. “En el Plan de Desarrollo se impuso que, por importaciones entre 0 y 20 dólares, el arancel era del 37,9 %, y desde 20 dólares en adelante, el gravamen aplicable debías ser de 10 % ad valorem, más 3 dólares por kilo.
Por ello, Rodríguez insiste en que el tibio decreto de ahora dejó la situación igual para el sector, pues “es más barato producir en Asia que en Colombia”.
El presidente de la Cámara fue enfático en señalar que los asociados a este gremio no apoyan el decreto, por considerar que no resulta benéfico para la producción nacional en una coyuntura como la de la crisis sanitaria, y, “menos aún, ante la proximidad de una reforma tributaria que va contra el consumo”, expresó.
Finalizó recordando que la afectación al sector textil también proviene -en gran medida- del contrabando, lo que, en conjunto, genera un fuerte impacto en el empleo, puesto que, el sector confecciones jalona el 70 % de toda la cadena. En consecuencia, concluye Rodríquez, “quedamos igual que antes, pendiendo de un hilo”.