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Avalancha sacó de operación a hidroeléctrica de EPM en Antioquia
La hidroeléctrica Sonsón I tiene una capacidad instalada de 10,75 megavatios y genera energía que le entrega al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
En la tarde de este martes 26 de abril se presentó un deslizamiento de tierra sobre la pequeña central de generación de energía Sonsón I, que tiene una capacidad instalada de 10,75 megavatios.
Empresas Públicas de Medellín (EPM) aseguró que en el incidente no se registraron heridos entre el personal de la compañía ni de las empresas contratistas, a pesar de que la avalancha se llevó varios vehículos que eran operados por los trabajadores en el momento de la emergencia.
La pequeña central está ubicada en la zona de El Bosque del municipio de Sonsón, en la región del oriente antioqueño, y genera energía que se le entrega al Sistema Interconectado Nacional (SIN) para ser llevada a los hogares colombianos.
Así quedó registrado el momento en el que una avalancha cubrió parte de la Pequeña Central Hidroeléctrica Sonsón I.
— Actualidad Oriente (@Actualidad_O) April 27, 2022
Desde @EPMestamosahi informaron que no hay personas atrapadas. pic.twitter.com/47gqrfk527
A raíz de esta emergencia, EPM anunció que la microcentral se encuentra fuera de servicio, sin embargo, esto no impacta los compromisos de venta de energía de la compañía ni de la prestación del servicio de energía en el municipio de Sonsón y en el oriente antioqueño.
Tendencias
Una comisión de EPM se encuentra en la zona evaluando la situación. La atención del evento ha contado con la colaboración de los bomberos locales y la presencia del Ejército y demás autoridades.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia aseguró que el municipio de Sonsón está declarado en alerta roja por la alta probabilidad de deslizamientos.
Desbordamiento de un río en Vigía del Fuerte afectó a cientos de indígenas
Otra emergencia se reportó en el municipio de Vigía de Fuerte, donde 49 familias del pueblo embera dóbida resultaron afectadas tras la creciente del río Jengadó. De acuerdo con la información de la Organización Indígena de Antioquia (OIA), el agua arrasó con grandes áreas de pancoger, galpones de gallinas, codornices, patos, cerdos y bovinos.
“La creciente del río arrastró a todos los animales que estaban en los galpones de la comunidad, pero también vacas que están perdidas y otras que fallecieron, también cerdos. Además, hubo deslizamientos de tierra en varias fincas de las comunidades indígenas”, comentó Eugenio Bailarín, líder indígena Vigía del Fuerte.
Sin embargo, la amenaza es mayor; los indígenas de la zona se abastecen del agua que corre por el río que hoy está lleno de material producto de los movimientos en masa que han ocurrido en las últimas horas, por lo que es “inconsumible por el alto nivel de arcillas y arenas”, detalló la OIA.
Además, alertaron que el caudal del río ha disminuido a causa de un taponamiento en la parte superior que tiene represadas las aguas. En consecuencia, la movilidad de la población hacia la zona urbana está afectada y advierten, sumadamente, que 33 viviendas están en riesgo por una posible creciente súbita.
Campesinos de Antioquia suman 2.000 millones de pesos de pérdidas por lluvias
De acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Agricultura y Asistencia Rural de Antioquia, 1.257 hectáreas se han perdido, distribuidas en 13 municipios de las nueve subregiones: Cáceres, Cocorná, La Ceja, Montebello, Murindó, Mutatá, Nariño, Puerto Berrío, San Andrés de Cuerquia, San Carlos, San José de la Montaña, Turbo y Vigía del Fuerte.
En pesos, el daño se escala hasta los 2.000 millones de pesos. En su mayoría, los cultivos más afectados han sido los de plátano, yuca, maíz, arroz, fríjol y hortalizas.
Rodolfo Correa, jefe de la cartera de agro en Antioquia, señaló que hay gran preocupación por la manera en que viene azotando el agua al departamento porque las emergencias causadas por las lluvias tienen repercusión en la economía.
“Desafortunadamente, todo esto nos perjudica muchísimo porque estas afectaciones van a terminar teniendo repercusiones en el precio de los alimentos porque también golpea a la oferta”, afirmó el funcionario.
Y de eso dan cuenta los comerciantes. Mientras en enero en las plazas de mercado de Medellín se compraba un kilo de papa a 3.500 pesos, hoy está por encima de los 4.500 pesos. Es decir, un crecimiento del 22 %.