Sistema Financiero
Bancos del futuro ya llegaron a Colombia: ¿cómo funcionan y qué tienen de nuevo?
La autorización de Lulo Bank como el primer neobanco en Colombia promete revolucionar el mercado y abrir una gama de posibilidades para los colombianos. Así queda el panorama.
La autorización que recibió la semana pasada Lulo Bank, el primer banco digital que podrá operar en el país, promete revolucionar el mercado financiero en Colombia y abrirle paso a un nuevo modelo de negocio.
La Superintendencia Financiera aprobó la operación de este neobanco luego de certificar sus procesos operativos y el cumplimiento normativo. La decisión llega en momentos en que los colombianos se reactivan en materia crediticia y las entidades del sector buscan seguir apalancando los proyectos de personas y empresas.
También cuando la economía mantiene su tendencia de recuperación y tanto los ciudadanos como las compañías requieren una oferta bancaria novedosa y amplia. No hay que olvidar que a mayor cantidad de oferentes, la competencia mejora y los costos se reducen considerablemente.
De ahí que los neobancos sean claves para la nueva realidad pospandemia y que la decisión de la Superfinanciera haya sido celebrada por el sector. Se trata de instituciones 100 % digitales y que operan de manera independiente. Algunos colombianos ya están familiarizados con estos nuevos bancos.
Tendencias
Entidades como Nequi, Daviplata y RappiPay hacen parte del abanico de opciones a la hora de hacer transacciones digitales. La cuestión es que estas se articulan con bancos como Bancolombia y Davivienda, así como con plataformas como Rappi a la hora de hacer compras por internet.
El caso de Lulo Bank es diferente y promete cambiar la manera en que funciona el sistema en el país. Por haber sido aprobado como el primer neobanco en Colombia, podrá captar dinero, otorgar créditos y prestar el servicio de cuentas corrientes.
A diferencia de las billeteras y otras opciones digitales, el aval de la Superfinanciera le abre una gama de posibilidades en materia de productos y servicios. Y va en línea con la estrategia que se tiene desde el Grupo Gilinski, creador del proyecto, que busca que Lulo Bank compita de tú a tú con los bancos tradicionales.
Tendrá un capital inicial de $ 105.000 millones y buscará resolver dos de los principales problemas a los que se enfrentan los colombianos a diario: la complejidad y las tarifas asociadas a servicios financieros. “Queremos resolver los principales dolores y los costos que hoy afectan a millones de colombianos. Creando experiencias únicas y diferentes, con productos que sorprendan y emocionen en cada clic”, dice Santiago Covelli, CEO de Lulo Bank.
El banco ofrecerá inicialmente un crédito de libre destinación, una cuenta de ahorros y una tarjeta con el respaldo de Mastercard. Eso sin contar con que los usuarios podrán usar la red de cajeros de Servibanca en todo el país con y sin tarjeta. Y que la compañía seguirá lanzando productos y servicios a medida que avance su operación.
Como esta será plenamente digital, se podrá gestionar dinero, ahorrar, solicitar créditos y hasta obtener certificaciones desde la palma de la mano, sin trámites ni complicaciones.
Cambio extremo
Sin duda se trata de un cambio de paradigma. Históricamente, los cobros de comisiones han sido fundamentales en las entidades financieras tradicionales. Pero ahora el componente tecnológico les permite a los neobancos darle un giro de 180 grados al negocio y ofrecer menores costos.
“Este tipo de banca se caracteriza por su facilidad en el acceso a servicios financieros y los bajos costos de los productos financieros en comparación con otros bancos, como el cobro de comisiones”, dice Asobancaria.
Pero no es la única ventaja. También les dan a sus clientes otras facilidades como la rapidez para realizar trámites y una experiencia de usuarios que envidiaría cualquier empresa de otro sector.
Ofrecen también un servicio al cliente instantáneo, en caso de que alguna operación o dinero presente un bache en el momento de su realización. El hecho de no contar con oficinas físicas, tan comunes en el mercado local, también se vuelve un plus.
Las interminables y largas filas, los trámites en horarios normal o continuo y las fotocopias al 150 % dejarán de ser un dolor de cabeza con los neobancos. Al mismo tiempo, les darán mayores opciones a los colombianos, tanto a quienes tienen experiencia en el mercado financiero como a los primíparos. Como Lulo Bank les competirá a los bancos tradicionales, se prevé que habrá una pelea feroz por los clientes colombianos. Y el sector lo sabe.
No es gratuito que gigantes como Bancolombia, Davivienda y el Grupo Aval hayan invertido billones de pesos en los últimos años en transformación digital. Mediante sus plataformas Nequi, Daviplata y Dale, estos poderosos grupos han aumentado su participación de mercado en segmentos que antes se creían imposibles.
Nadie puede desconocer que la percepción que tiene un sector de la población frente a los bancos es negativa. Sin embargo, la llegada de nuevos actores digitales promete pasar la página de esta dura relación entre jóvenes y entidades. Al margen de la edad de los usuarios, lo que se busca es aumentar la transparencia y hacerles la vida más fácil a los colombianos.
Atrás quedaron esos contratos con letra pequeña que pocos leían. Así mismo, las decenas de condiciones y requisitos para acceder a productos de bajos montos. Y ni qué decir de los cobros por servicios que rara vez los usuarios tomaban en productos como tarjetas de crédito, que se veían reflejados en las elevadas comisiones.
Si algo desean hoy las personas es tener productos sencillos de manejar y que no traigan consigo condiciones que les implique pagar de más por acceder al sistema financiero. Para muchos, una cuota de manejo o una comisión de $ 20.000 o $ 30.000 hace la diferencia entre pagar una factura o comprar mercado. Y ahí es donde la oferta digital llega a suplir una necesidad.
De acuerdo con Asobancaria, mientras la banca tradicional y los neobancos pueden ofrecer un gran portafolio de opciones, los modelos digitales centran sus operaciones en un número limitado. Algunos se especializan en servicios para industrias o empresas determinadas.
Otras lo hacen por nichos o poblaciones, como los millennials. Generalmente, estas empresas comienzan su operación con un producto básico para transacciones y pagos simples. Una vez avanzan, amplían su portafolio y mejoran su producto con nuevas funciones y herramientas.
“En general, su objetivo se centra en una experiencia personalizada para su nicho de clientes”, explica el gremio de los banqueros. Y así lo han logrado las compañías, a tal punto que muchos anticipan que se viene una competencia enorme por un grupo de personas que han sido relegadas por los modelos financieros tradicionales.
No hay que dejar de lado que Nubank viene tocando la puerta de la Superfinanciera desde hace varios meses y está próximo a recibir su aval para operar en el país. Este unicornio, creado por el colombiano David Vélez, tiene una base gigante de operaciones en Brasil y pretende replicar el modelo en el plano local, donde ha generado expectativa.
Miles de personas se han inscrito en su página para recibir la tarjeta de crédito de la firma, que no tendrá cuota de manejo y será controlada mediante una aplicación.
Algo similar están preparando Rappi y Davivienda. Estas compañías, que vienen trabajando desde hace varios años para prestar servicios bancarios en la aplicación de domicilios, buscan ahora dar el siguiente paso. Ambas presentaron una solicitud para conformar un nuevo banco que les permita llegar a cerca de un millón de usuarios.
Como se ve, la pandemia no afectó los movimientos en el sector y ahora más que nunca los colombianos tendrán de dónde escoger. Incluso más allá del subsector bancario. El año pasado, la Superfinanciera les dio luz verde a los negocios entre Mibanco y Edyficar, y Skandia y Global Securities.
Y también a la creación de dos Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos (Sedpe), así como a la conformación de otras entidades como Inverti, Keralty, Crédito Fácil Codensa y Mercado Pago.
Jorge Castaño, superintendente financiero, dijo en su momento que esta nueva gama de jugadores envía un mensaje contundente: el sistema colombiano es tan atractivo como el de cualquier otro país, y seguirá creciendo.
Eso sí, el abanico de opciones trae nuevos retos. No hay que olvidar que en cada una de los millones de operaciones hay dinero involucrado. Y con esto, una responsabilidad gigante de los privados. ¿Llegó la hora de tener una regulación exclusiva para los nuevos bancos y actores del sector?
Para algunos no es necesario. Otros consideran que es más que válido revisarlo. El tiempo y la masificación de estos servicios lo dirán.