BOGOTÁ
Bogotá, la ciudad que más plata aporta para víctimas, no les ofrece vida digna; denunció concejala en sesión del Cabildo
La capital es receptora de una gran masa de personas afectadas por el conflicto, por lo que destina grandes recursos a atenderlos, pero las calles se ven llenas de mamás con niños mendigando.
A diario, los transeúntes y personas que viajan en vehículos, ya sean bicicletas, motos o carros, son testigo. En Bogotá se está incrementando la presencia de personas en los puentes, en las calles, en las puertas de los restaurantes, mendigando y pidiendo ayuda económica o algo para paliar el hambre.
Eso ocurre mientras la capital del país es la ciudad que más presupuesto aporta para atender a las víctimas que llegan, principalmente, espantadas de sus lugares de origen, por el conflicto armado o por la pobreza.
Así lo evidenció la concejala María Clara Name Ramírez, del partido Alianza Verde, al poner de presente la necesidad de que las entidades del Distrito a las que les corresponde, se dediquen a revisar qué tanto de esa incremental mendicidad de los niños está orquestada por mafias que se aprovechan, tanto de los menores, como de la solidaridad de la gente.
A la cabildeante le suena incoherente que, mientras del Presupuesto de la capital, que fue aprobado por el Concejo de Bogotá, por 31,6 billones de pesos, exista un 82,8 % destinado a inversión social, y exista tanto desamparo de las víctimas de esos flagelos (pobreza y conflicto).
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“Es la ciudad que más presupuesto aporta a las víctimas que llegan, pero no logra ofrecerles una vida digna y acorde a sus necesidades”, dijo Name Ramírez en el recinto del Concejo.
La concejala sustentó las cifras del Informe de abril de 2022, realizado por la Alta Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación, que muestran a Bogotá como una de las principales ciudades de acogida de víctimas, con más de 378.676 personas.
Abordar el tema de las víctimas en el Concejo fue prioritario para Name Martínez, toda vez que se trata de colombianos que salieron de sus hábitat huyéndole al conflicto, lo que implica un cambio drástico en sus costumbres. “Se han visto enfrentados en nuestra ciudad a un mundo desconocido e innumerables problemáticas, como, por ejemplo, la dificultad para adaptarse a esta gran ciudad, la falta de recursos, pocas oportunidades de -educación, afectaciones en su salud física y mental en algunos casos-, por la misma carencia de alimentos, problemas psicosociales que los conllevan a la violencia intrafamiliar”, afirmó la concejala.
A su juicio, la situación requiere una lupa más aguda, pues, esas condiciones dificultosas terminan conduciendo a las víctimas a promover la inseguridad (atracan por un pan para sus hijos).
Por esa razón, Name Martínez enfatizó en que “las instituciones están llamadas a velar por los derechos fundamentales de las familias víctimas de conflicto, ofrecerles opciones de empleabilidad, vivienda digna y acceso a la salud; y a los niños se les debe garantizar su derecho a la educación. En el aspecto psicosocial es necesario evitar el maltrato intrafamiliar, entre otras”.
Ojo a la mendicidad
Un punto en el que puso el foco la concejala Name Ramírez fue el de los niños en la mendicidad. Alrededor de esa situación, cuestionó a la administración de la alcaldesa Claudia López, que debería estar más al tanto de las razones por las cuales, abundan los menores de edad pidiendo limosna, y no están escolarizados, como es el deber ser.
“¿Quién hace el control de estos niños?, ¿se ha verificado si realmente son víctimas o son instrumentalizados por personas inescrupulosas para hacer negocio?”, fueron las preguntas que dejó en el ambiente la concejala, que, además, exigió “investigar de manera minuciosa, profunda y responsable, quiénes pueden estar detrás del flagelo de la mendicidad para tomar las medidas a que haya lugar”.