Reactivación
Cerrejón tiene los ojos puestos en Asia para ampliar sus negocios de exportación
Pese a que el Cerrejón atravesó uno de los años más complicados, están convencidos de que pueden seguir aportándole al desarrollo económico y social del país en medio de las dificultades.
Aunque para muchas compañías 2020 fue uno de los años más desafiantes de la historia reciente, para Cerrejón lo fue aún más. Sin embargo, esto no significó que dejaran de creer en Colombia y ven el futuro con optimismo.
Cuando llegó la pandemia a principios del año pasado, para proteger su capital humano, suspendieron las operaciones por 42 días con el fin de poner a punto todos los protocolos de bioseguridad; pero uno de los golpes más fuertes llegaría semanas después, pues Sintracarbón inició uno de los paros más largos y paralizó completamente las operaciones 92 días adicionales.
Así, una de las minas de cielo abierto más grandes del mundo y la más grande de América Latina, dejó de producir durante 134 días, es decir, casi una tercera parte del año. Las consecuencias fueron contundentes: de los 26 millones de toneladas de producción proyectadas, solo lograron 12,4 millones de toneladas, esto es menos de la mitad.
Además, se suma el impacto de la baja en los precios del carbón, que en 2019 disminuyeron más de 40 por ciento como consecuencia de las regulaciones en varios países, que han provocado una caída significativa en la demanda, sobre todo, en Europa.
Pese a las adversidades, desde Cerrejón están convencidos de que no hay otra salida más que seguir creyendo en el país, ajustar sus procesos para ser más competitivos y llegar a nuevos mercados.
Hoy 41 por ciento de sus exportaciones se van para el Mediterráneo; 28 por ciento, para las Américas; 15 por ciento, para Asia, y 15 por ciento, para Europa. En medio del proceso de reacomodo, el objetivo principal será llegar con más fuerza a Asia, un mercado en el que la demanda aún es representativa; para esto, se encuentran trabajando a fin de bajar sus costos de producción y poder competirles a mineras de otras latitudes, como Oceanía.
Claudia Bejarano, presidenta de Cerrejón, asegura que están dispuestos a seguir invirtiendo en el país pese a los percances, ya que el éxito del Cerrejón seguirá ofreciendo bienestar y progreso en el ámbito nacional y, particularmente, en La Guajira.
El compromiso con Colombia es total. Tanto es así que, no obstante la estrepitosa caída en la producción, Cerrejón no escatimó en inversión social. Tan solo en 2020 destinaron 14.600 millones de pesos a ese rubro. Dentro de estas inversiones se destacó la construcción del único laboratorio de pruebas en La Guajira, en el que hoy se analizan la totalidad de las pruebas de covid-19 del departamento.
No se puede olvidar que la compañía representa cerca de 40 por ciento del PIB de La Guajira, y, cada día que Cerrejón opera, las economías del país y esta región reciben 4.000 millones de pesos por concepto de regalías, impuestos locales y nacionales, o pagos de parafiscales, entre otros.
En Cerrejón son optimistas, teniendo en cuenta que hace pocos días protagonizaron uno de los negocios más importantes del año: la multinacional Glencore adquirió la totalidad de la mina.
“Glencore ha estado involucrado con Cerrejón por más de 20 años. Conocemos bien el activo y creemos que somos el administrador más responsable de Cerrejón en esta etapa de su ciclo de vida. Deshacerse de los activos de combustibles fósiles y convertirlos en un problema de otra persona no es la solución y no reducirá las emisiones absolutas”, indicó la compañía en su momento.
Para la presidenta de Cerrejón esta es la prueba de que el sector sigue creyendo en el país y aseguró que trabajarán para garantizar la sostenibilidad del negocio, con beneficios para las comunidades, y, especialmente, porque, tal y como asegura Bejarano, “habrá carbón para rato”.