EMPRESAS
Colombia, invadida de micronegocios por cuenta propia, ¿qué tan bueno es?
El Dane reveló los resultados de la encuesta que le tomó el pulso al tema.

Un negocio en Colombia que tenga como máximo 9 personas ocupadas dedicadas a una actividad productiva de bienes o servicios es considerado un micronegocio, una alternativa laboral en un mercado laboral complejo y reacio a formalizar.
El Dane reveló los resultados de la encuesta que le toma el pulso a los micronegocios, y halló que en el cuarto trimestre de 2024, crecieron en un 2,1 % en cantidad, mientras que, por el contrario, redujeron en personal ocupado.
En cifras concretas, en el país hay 2,4 millones de este tipo de negocios y la mayoría (2,2 millones) son por cuenta propia.
Esa realidad no es tan positiva, pues, incrementa el riesgo económico y la sostenibilidad de las unidades productivas que, en general, están en manos de trabajadores independientes y cuenta propia.
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Aunque entre las políticas públicas de la actual administración del país está el impulso a la llamada economía popular, la apuesta está más por el lado de la asociactividad; mientras que el micronegocio es más susceptible de naufragar o de mantenerse por temporadas.
De hecho, en el último trimestre del año pasado, se evidenciaron varias realidades en las que se hace necesario poner el foco. Por un lado, llama la atención la fuerte caída que tuvieron los negocios pequeños dedicados al alojamiento y los servicios de comida. No en vano, se ve con frecuencia el aviso de cierre, en negocios de ese segmento que intentaban despegar, pero que no sobreviven a la competencia de otros grandes, similares, que ya están posicionados en el mercado.
Es así como, los micronegocios del segmento que produce corrientazos, redujo su crecimiento en -3,7 %.

También en el cuarto trimestre de 2024 los micronegocios del sector construcción tuvieron una estrepitosa caída (-5,7 %). Implica que ferreterías pequeñas, almacenes de pintura y similares, que expenden insumo para hacer reparaciones en los inmuebles, probablemente no aguantaron el voltaje que dejó la persistente caída de esa rama de la economía. Por supuesto, esa situación restó un 13,9 % en personal ocupado en el universo de los micronegocios.
Eso sí, vendieron a granel
El hecho de que el trimestre que midió el Dane en los resultados presentados esta semana incluyeran el mes de diciembre, probablemente tuvo que ver con el significativo incremento en las ventas. Los ingresos nominales de los micronegocios se incrementaron en 13,2 %, impulsados por la industria manufacturera, en la que se incluyen actividades productivas como servicios de café internet, desarrollo de páginas web y software, fotocopiadoras y similares.

¿La gente se peinó menos o más?
Para un colombiano, un micronegocio es un arranque y para la economía del país, es un potencial empresario. Muchos empiezan con un emprendimiento pequeño y logran construir toda una cadena, aunque sea en una sola ciudad, como es el caso de muchas peluquerías, lavanderías, arreglos de ropa, costuras, reparación de electrodomésticos, masajistas, actividades culturales y de entretenimiento. Todas esas actividades se ubican en la variable ‘otros servicios’, el cual tuvo un crecimiento de 3,4 % en cantidad de negocios; mientras que se registra una contracción de -1,4 % en el personal ocupado. Pero también generaron un incremento en ventas que es significativamente notorio, de 11,4 %.
En las estadísticas del Dane, otro dato que vale la pena analizar es el que indica que son los hombres los que más deciden apostarle a un micronegocio: 62,5 % de la cantidad de micronegocios que hay se le deben a los hombre y el restante porcentaje, a las mujeres. No en vano, ellas son las más dedicadas al trabajo del cuidado sin remuneración, lo que les resta posibilidades de ocuparse de un negocio con expectativa de lograr que sea productivo.
