EMPRESARIOS
Comerciantes de San Victorino, en negociaciones para adquirir vacunas contra el coronavirus
El proceso costaría cerca de US$ 14 millones solo para la compra de los biológicos. Se espera que el proceso de vacunación empiece en junio.
El trámite privado de adquisición de vacunas más grande que haya en Colombia ya está en marcha.
Tal como se anunció la semana pasada, los comerciantes de San Victorino y San Andresito en Bogotá quieren comprar 500.000 vacunas para inmunizar a sus trabajadores y ofrecer una experiencia más segura a sus clientes.
De acuerdo con Yansen Estupiñán, presidente de Asosanvictorino y gerente del Gran San, uno de los más grandes centros comerciales de la zona, el proceso de negociación con dos grandes laboratorios ya empezó, así como las negociación para adquirir los servicios de logística para la aplicación masiva.
Los recursos para pagar no solo las vacunas, sino toda la logística para aplicarlas, provendrán de una “vaca” que se realizará entre los cerca de 50.000 comerciantes que se encuentran ubicados en estas zonas comerciales.
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El proyecto es una salida a la crítica situación que vienen enfrentando los dueños de estas tiendas. Primero, desde que llegó la pandemia no han podido vender al 100 %, porque las restricciones a la movilidad y ahora las protestas hacen que el flujo de clientes baje considerablemente.
“Aquí están diciendo que las UCI están al 100 % y hay marchas en medio de la pandemia. Ahora nos dicen que somos los comerciantes los que debemos tener cuidado, pero no se dice nada de las manifestaciones”, comentó Estupiñán.
Para el dirigente gremial, están en un punto muy complejo y muchos empresarios no tienen cómo sostener su negocio ni siquiera para pagar los servicios públicos. Aún así van a hacer un esfuerzo, porque creen que de esa forma podría darse una reactivación más rápida y profunda. Algunos comerciantes incluso se endeudarán para poner parte de su cuota en este proceso privado de vacunación.
“Nosotros ya nos estábamos reactivando con protocolos de bioseguridad y cumpliendo todos los requerimientos tanto nacionales como del gobierno distrital. Bogotá ha sido la ciudad que más restricciones le ha impuesto al comercio”, comentó al hacer énfasis en que tienen que buscar salidas alternativas.
El objetivo es vacunar a los comerciantes, a los empleados y a la población flotante como proveedores y transportadores.
“Hemos hecho acercamientos con el Gobierno para mirar todo el tema normativo y con las compañías que nos pueden suministrar las vacunas y toda la logística”, dijo.
Según las cuentas, solo las vacunas se pueden comprar en un promedio de US$ 28 la unidad. A esto hay que agregarle los costos asociados a la logística y la cadena de frío.
“Ya estamos contactando a empresas que puedan hacerlo. Para empezar de una vez por todas lo más pronto posible”, dijo Estupiñán, que considera que en junio se deberían aplicar las primeras vacunas, si todo sale según lo presupuestado.
El dirigente del comercio explicó que el operativo de vacunación se justifica porque la mayor parte de sus trabajadores son jóvenes. Así que o no les han aplicado la vacuna o probablemente ni siquiera serán vacunados; cabe recordar que el gran plan de vacunación nacional aspira a llegar al 70 % de la población; es decir, que 30 % de los colombianos no serán vacunados.
“Uno de los desafíos es derrumbar ese muro que colocaron las farmacéuticas de no venderle a los particulares. Pero ya estamos avanzando en esas negociaciones”, insistió Estupiñán.
El panorama operativo del comercio es muy crítico. Según el dirigente gremial, este año no han podido trabajar ningún mes completo. Primero, cuando abren tienen las restricciones de horario, solo se puede de 10 a 10 de la noche, lo que afecta eventos promocionales como el Madrugón.
Además llegó el tercer pico y eso significó que en enero abrieran apenas 16 días, y sin Madrugón. En febrero y marzo hubo cierta normalidad en medio de las restricciones, pero en abril apenas operaron 12 días. En mayo, las movilizaciones han afectado más, porque o no pueden abrir, o los clientes no llegan por miedo a quedar en medio de las protestas.
“La gente tiene temor de venir al centro, porque se cierran las vías y les da miedo porque las protestas llegan a la plaza de Bolívar que es aquí muy cerca de nuestros negocios”, comentó. “En ningún momento hemos podidos trabajar al 100 %. Llevamos cuatro meses trabajando a mitad del tiempo”, finalizó.
Esta iniciativa incluye a 4.500 pequeños establecimientos de comercio, 55 centros comerciales y 25 bodegas del Madrugón que tienen su zona de influencia en el centro de Bogotá.