Comercio
Comerciantes en Colombia van de mal en peor: ya completan ocho meses con pérdidas
Este gremio hace un llamado al Gobierno Petro para que tome medidas cuanto antes.
El comercio organizado en Colombia enfrenta una realidad preocupante que se ha prolongado durante ocho meses consecutivos, caracterizados por un persistente declive en sus ventas. Según los resultados de una encuesta de opinión, el mes de agosto no trajo alivio, sino más bien una profundización de la tendencia negativa.
El 36 % de los empresarios consultados reportó una disminución en las cantidades físicas vendidas en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que sólo el 18 % señaló un aumento. Esto marca un desequilibrio evidente, con el doble de reportes negativos que positivos. En términos generales, el balance de respuestas, que refleja la diferencia entre las opiniones favorables y desfavorables, alcanzó un alarmante -18, la peor cifra registrada en lo que va del año 2023.
Luces y sombras
Entre las pocas luces positivas en este sombrío panorama entregado por la Federación Nacional de Comerciantes, se encuentra la atenuación de la caída en las ventas del sector de la moda, que incluye confecciones, textiles, calzado, morrales y cuero. Este fenómeno se explica en parte por el regreso a clases en colegios y universidades después de las vacaciones de mitad de año.
Además, las bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas, experimentaron una demanda sólida, impulsada por las vacaciones de “mitaca” y las altas temperaturas que afectaron a muchas ciudades del país. Sin embargo, los hogares colombianos continúan mostrando cautela en sus gastos, especialmente en la adquisición de bienes de consumo duradero, como dispositivos electrónicos, debido al elevado costo del crédito.
Un llamado urgente
Jaime Alberto Cabal, Presidente de Fenalco, destacó la importancia de que el Gobierno nacional considere modificar la fórmula de cálculo de la tasa de usura, de modo que comience a descender de manera más rápida. Resalta que esto podría incentivar el uso del crédito de consumo y, por ende, impulsar la recuperación del sector comercial y la economía en general. Cabal subrayó que, a pesar de algunas mejoras, el comportamiento cauteloso de los hogares en agosto contribuyó a un ambiente de dificultades sostenidas en el comercio.
El análisis también revela que los distribuidores mayoristas de víveres y abarrotes tuvieron un mes de agosto ligeramente más positivo en comparación con los tres meses previos, lo que indica un comportamiento razonable en sectores como restaurantes, hotelería y tiendas de barrio.
“Sin embargo, las expectativas de los comerciantes en cuanto a la marcha de sus negocios en los próximos seis meses (septiembre-febrero) experimentaron mejoría en relación a junio y julio, pero siguen estando muy por debajo de los niveles registrados en agosto del año anterior. Esta disminución de las expectativas sugiere la necesidad de una acción coordinada entre el Gobierno y el sector privado para impulsar la reactivación económica”, explicó Cabal.
Fenalco resaltó que el sector comercial colombiano se enfrenta a un desafío significativo, ya que los meses de caídas sostenidas en las ventas han planteado interrogantes sobre la estabilidad de este sector crucial para la economía del país y resaltó que la urgencia de encontrar soluciones efectivas es evidente, ya que un comercio fuerte y saludable es fundamental para el bienestar económico de Colombia y de sus ciudadanos.
Un panorama poco favorable
Este martes, Fenalco presentó su más reciente edición de la ‘Bitácora Económica’, en la cual resalta que”para 2030, el ‘límite de velocidad’ de la economía mundial, es decir la tasa máxima a largo plazo a la que puede crecer sin provocar inflación, caerá al nivel más bajo de los últimos 30 años. Según un informe de este año del Banco Mundial, se necesita impulsar políticas para aumentar la productividad, la inversión, el empleo y el comercio”.
Este gremio sostuvo que el documento Caída de las perspectivas de crecimiento a largo plazo: Tendencias, expectativas y políticas advierte que casi todas las fuerzas económicas que impulsaron el progreso y la prosperidad en las últimas tres décadas se están disipando.
“Entre 2022 y 2030 el crecimiento potencial promedio del PIB mundial disminuirá un tercio respecto de la tasa observada en la primera década de este siglo y se ubicará en sólo 2,2 % anual. Estas caídas serían mucho más marcadas en caso de producirse una crisis financiera mundial o una recesión. “Dentro de poco podríamos estar ante una década perdida para la economía mundial”, concluyeron.
Los comerciantes cerraron este análisis recordando que la actual caída del crecimiento potencial puede tener grandes repercusiones en la capacidad del mundo para abordar la creciente variedad de desafíos específicos de nuestro tiempo: la pobreza persistente, los ingresos divergentes y el cambio climático.