Empresas
¿Cómo controlar los gastos fijos y variables para alcanzar las metas financieras?
En el mundo del emprendimiento es clave tener claros algunos conceptos para organizar mejor las finanzas.
Dar el paso hacia una actividad empresarial requiere una preparación meticulosa para entender cómo opera la dinámica financiera en este nivel. Y es que el manejo de recursos es completamente diferente cuando se es propietario de una pyme.
Como parte de los conocimientos básicos que deben tener aquellas personas que apuntan a ser sus propios jefes y están en proceso de consolidar una empresa destacan dos que se abordarán en este artículo: los costos fijos y los costos variables.
El portal Prestamype define los costos fijos como aquellos gastos que no varían y que son imprescindibles para el funcionamiento básico de una empresa. “Los costos fijos son los que siempre se tienen que asumir o pagar, independientemente del nivel de producción del negocio”, precisa.
Algunos ejemplos de estos costos son citados en el blog de Nubox. En esa línea, vale la pena realizar el ejercicio y enumerar cada elemento que configura este tipo de costo: impuestos inmobiliarios, servicios públicos, arriendo de depósitos, oficinas, locales (según sea la actividad del negocio), seguros, materiales de oficina, servicio de Internet, mano de obra (sueldos), personal de vigilancia (si se necesita), gastos administrativos, tributos como licencias y tasas municipales, publicidad, reparaciones, servicios bancarios (impuestos, comisiones por mantenimiento), servicios profesionales.
“Los costos fijos son muy importantes porque permite calcular las necesidades de financiación de una empresa, sea para iniciar un negocio o cuando esté en pleno funcionamiento”, precisa Prestamype.
Por su parte, los costos variables son aquellos pagos que dependen directamente del nivel de productividad de la empresa o negocio. Estos son directamente proporcionales, es decir: a mayor productividad, mayor costo variable, y a menor productividad, menor costo variable.
Nubox, en su blog, menciona los siguientes ejemplos de costos variables: materia prima, comisiones sobre ventas, envases y embalajes, combustible y recursos energéticos y costos de distribución.
En síntesis, los costos fijos no dependen del volumen de producción; mientras que los costos variables sí. Tener presente cómo se consolidan ambos costos facilitará la organización de un presupuesto que permita distribuir de mejor manera las finanzas internas del negocio.
Ahorro programado, la herramienta financiera que ayuda a la hora de comprar vivienda
Tener una casa propia representa la meta de muchas personas, sobre todo, cuando están iniciando una nueva familia y buscan consolidar el hogar con que siempre soñaron.
Ya sea casa o apartamento, las opciones no solo dependen del gusto de cada persona o familia. Existe un elemento bastante importante que condiciona la elección final: el dinero.
Y es que adquirir vivienda propia no es tarea sencilla. Se trata de una inversión de grandes proporciones que no todos están en condición de solventar. El nivel de ingresos, el flujo de gastos, las deudas existentes, en fin, hay múltiples factores que terminan influenciando la capacidad financiera, impulsando u obstaculizando el sueño de comprar casa o apartamento.
Precisamente, al ser un sueño común, pero exigente, las entidades bancarias ofrecen programas enfocados en el ahorro para compra de vivienda. Uno de los más populares es el ahorro programado.
Según expone Davivienda en su sitio web, la cuenta de ahorro programado está diseñada para ahorrar un porcentaje del valor comercial de una vivienda de interés social y aumentar las posibilidades para acceder al subsidio familiar de vivienda otorgado por las cajas de compensación.
No obstante, esta no es la única aplicación para las cuentas de ahorro programado. En general, permiten que las personas guarden periódicamente montos de dinero específico para cumplir un proyecto o propósito, según anota Banco de Bogotá.
Los requisitos para acceder a este programa pueden variar de acuerdo a la entidad bancaria donde se solicite, aunque los básicos incluyen ser mayor de edad, soltero o casado y no ser propietario de una vivienda.
Con los programas de ahorro programado, las personas pueden elegir el monto que destinarán para tal fin. Igualmente, los montos mínimos también pueden variar en cada entidad bancaria.
Básicamente, a la hora de adquirir una cuenta de ahorro programado, la persona asume una responsabilidad directa con el banco o entidad financiera para suministrar el monto asignado en el periodo estipulado. En términos prácticos, es como si se pagaran las cuotas de una compra, aunque el dinero realmente está siendo depositado en una cuenta propiedad del cliente.
Con las cuentas de ahorro programado, las personas que sueñan con comprar vivienda propia pueden encontrar una ayuda extra para motivarse y exigirse a sí mismas guardar dinero en lugar de gastarlo compulsivamente. En el largo plazo se puede conseguir un capital importante.