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¿Cómo se han reinventado los hoteles?
Ante la caída de los huéspedes, los hoteles están desarrollando estrategias, como microbodas, aislamientos vip y espacios para teletrabajo.
Terminar 2020 con una reducción de ingresos de 49 por ciento lleva a cualquier negocio a replantear sus estrategias. Y eso es precisamente lo que han hecho los 950 hoteles que operan en el país. La estrepitosa caída de los huéspedes, en especial de los extranjeros, sumada a la cancelación de los eventos presenciales hizo que la llamada industria sin chimeneas tuviera un sacudón y empezara a buscar cómo mantenerse a flote.
De los 110.000 empleos generados por los hoteles en el país, se perdieron inicialmente 43.000; aunque para septiembre ya se habían recuperado 18.000, la tensión volvió en enero. Sin embargo, durante las últimas cuarentenas, los hoteles ya tenían alternativas para aguantar. Una de ellas es el aislamiento vip, ideado para quienes llegan de viaje, planean visitar familiares o no pueden aislarse en su casa. Esto lo aprovechó el Hilton Corferias, que ofrece sus habitaciones, servicios gastronómicos y de descanso para que allí se aíslen quienes lo necesiten. También tiene un programa de home office para los que no pueden o están cansados del teletrabajo en sus casas. La idea es que lo hagan en las instalaciones del hotel.
“Nuestro hotel es una gran opción para mantenerse seguro, desde donde se puede seguir trabajando y donde atendemos a las personas con los más altos estándares de hospitalidad. Por eso contamos con múltiples espacios que permiten disfrutar de conexión a internet confiable, comodidad y el respaldo de Hilton CleanStay, nuestro programa de bioseguridad que garantiza la seguridad y tranquilidad de nuestros huéspedes”, asegura Jhon Freudenthaler, gerente general de Hilton Bogotá Corferias.
Miguel Eugene, gerente del Hilton Bogotá, comenta que en su caso han sentido con mayor rigor los efectos de la pandemia, pues al estar en la zona financiera su público es el turista de negocios, el cual aún no se ha recuperado. Su expectativa es que esos huéspedes regresen en la segunda mitad del año. Mientras tanto, han creado paquetes para atraer turistas nacionales y a los bogotanos que puedan usar sus servicios de restaurantes, gimnasio o spa. También proporcionan comida a domicilio y clases de cocina para niños.
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Otra de sus apuestas son las microbodas, con un aforo máximo de 50 personas, en las que se disfruta de una buena comida y de charla, pero en donde no se puede bailar; también lo ofrecen para fiestas de 15 años y diferentes eventos. En diciembre les funcionó bien, en enero pararon, pero para mediados de febrero y marzo ya tienen varias reservas. Igualmente, brindan eventos virtuales, cuya sede son los salones del hotel, y llevan la comida a domicilio a los participantes.
En el Hyatt Place Bogotá, inaugurado el 27 de febrero del año pasado, Natalia Zora, su gerente, explica que están desarrollando eventos híbridos: combinan una parte presencial y otra virtual; a la par, aprovechan sus terrazas y espacios al aire libre. Admite que por la coyuntura debieron ajustar sus tarifas, y para atender el temor de los huéspedes de dormir en una cama recién usada por desconocidos, una vez que la persona hace el check out, dejan la habitación cerrada por 48 horas. No entran ni las camareras. Pasado ese tiempo, ellas ingresan con equipos de protección personal, la asean, desinfectan y la vuelven a sellar hasta que llegue el siguiente huésped.
Según Gustavo Toro, presidente de Cotelco, las nuevas ofertas de servicios de los hoteles, si bien ayudan un poco, no compensan la caída de la ocupación, que pasó de 50 a 32 por ciento entre febrero y diciembre de 2020. “Mantener la operación de un hotel es muy costoso. La mayoría ha podido aguantar la crisis –solo 2 por ciento cerró sus puertas definitivamente–. Están esperando a ver cómo se da la reactivación, y, a diferencia de los restaurantes, su ventaja es que sus locales no son arrendados, sino propios”, explica el dirigente gremial. Agrega que la mayoría de hoteles del país son empresas familiares, y los que más se han recuperado son los rurales, lo cual explica las buenas cifras del Eje Cafetero.
Toro tiene expectativas positivas para 2021, pero advierte que el coronavirus parece ser una enfermedad antiturismo, dado que se teme que la Semana Santa, temporada en la que muchos empresarios tienen puestas sus esperanzas, sea motor de un nuevo pico de contagio de covid. Ojalá y no lo sea.