OPINIÓN
Compañías de base digital, el petróleo de la cuarta revolución industrial
En el caso del mundo financiero, también es influenciado por el desarrollo tecnológico. Hoy en el sector del crédito no dependemos del mundo físico.
Durante años hemos escuchado el símil entre un sector novedoso y el petróleo, en un intento por decir que es muy rentable y ante todo estratégico para la economía. Así, podemos afirmar que las compañías de base digital, que cada vez son más exitosas, son el nuevo petróleo en el mundo de los negocios, pero sobre todo para la sociedad.
La razón: su impacto positivo va más allá del retorno de la inversión. También son valiosas frente a temas sensibles en la actualidad como el consumo de recursos no renovables y la protección del medioambiente, la inclusión de la población vulnerable socioeconómicamente y el fomento del conocimiento para la cuarta revolución industrial.
La tecnología ha permeado la sociedad de manera transversal. Está en el consumo, en las relaciones sociales, en el acceso a la información y en los modelos educativos. Hoy en día todas las personas pueden hacer uso de estas herramientas, sobre todo quienes no han tenido acceso en el mundo análogo a distintos tipos de soluciones, pueden hacerlo a través del desarrollo digital y así tener nuevas oportunidades.
En el caso del mundo financiero, este también es influenciado por el desarrollo tecnológico. Hoy en el sector del crédito no dependemos del mundo físico.
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Llegamos a más personas que tradicionalmente no han tenido acceso al mundo financiero; lo hacemos sin necesidad de documentos, ni de firmas, ni de traslados a oficinas.
Algunas fintech de lending han otorgado cerca de un millón de créditos de esta manera, sin depender de una hoja de papel, con una baja huella de carbono. Esta es una de las grandes ventajas de la industria digital, sobre todo ahora con el cambio climático en ciernes.
Las industrias de base tecnológica son también un excelente ecosistema para el fomento del conocimiento como núcleo de un negocio y la innovación como su valor agregado diferencial.
Para poner este conocimiento en acción en nuestro país, a pesar de tener un alto uso de celular per cápita -contamos con 65 millones de líneas de celular- y de los esfuerzos para que toda la población tenga acceso a internet, con programas estatales como Hogares Conectados, Zonas Digitales y Centros Digitales , el desafío es mayor, pues hay que conjugar software livianos pero funcionales con dispositivos móviles de gama baja y media, por ejemplo. Un reto a las habilidades de los desarrolladores de aplicaciones.
Sin embargo, muchas compañías lo han logrado y así han democratizado productos y servicios para los colombianos. Un ejemplo son las empresas fintech.
En el último Informe sectorial Fintank 2020 se menciona que las compañías de lending representan cerca del 30% del sector.
El rápido crecimiento de este segmento fintech se explica por el propósito de hacer que cada vez sean más las personas que tengan acceso a alternativas para contar con una vida crediticia o contar con un apoyo financiero.
Esto es un aporte de alto valor a la sociedad, ya que enfoca esfuerzos de innovación y conocimiento TIC en la base de la pirámide, en quienes están en busca de oportunidades para educarse, trabajar o invertir en emprendimientos.
Una Fintech de lending, por ejemplo, ofrece créditos a personas de estratos bajos que han sido excluidas de soluciones financieras tradicionales, llenando un vacío presente durante años.
En Colombia, con frecuencia, vemos compañías digitales que se van posicionando y consolidando en el mercado, incluso una de ellas es considerada como un unicornio por su valor en capital sin cotizar en bolsa. Todo esto nos habla de la capacidad de esta industria para innovar, tan apreciada por los mercados, y tan atractiva para inversionistas por sus rendimientos.
Cada vez más empresas migran a lo digital, más a menudo vemos iniciativas apoyadas en herramientas online. En tanto, las compañías de base digital y las fintech para inversión son protagonistas hoy porque tienen la capacidad de impulsar a la equidad, al acceso a oportunidades y al desarrollo sostenible que todos buscamos como sociedad.