Costo de vida
Con la subida de abril, ¿será que la inflación ya tocó su máximo en el país?
Los alimentos empezaron a ceder, pero la guerra en Ucrania, las cuarentenas en China y el dólar caro están incrementando el nivel de precios. ¿Qué esperar?
Desde julio del año 2000, Colombia no registraba una inflación tan alta como la del pasado mes de abril, con 9,23 por ciento anual. En ese momento, el país estaba empezando a salir de la dura crisis de 1999, cuando por primera vez tuvo un crecimiento económico negativo. Ahora también está saliendo de la crisis provocada por la covid-19, que ha sido la peor en la historia en términos del avance del PIB, pero la diferencia con hace 21 años es que no se sabe si ya pasó lo peor en materia de inflación.
Luego del pico del año 2000, este indicador empezó a bajar con fluctuaciones y tocó el 2 por ciento en 2009. Después volvió a subir y bajar, sin superar el 9 por ciento, pero en 2022 se ubicó de nuevo en un nivel que prende todas las alarmas, en especial por su impacto en los colombianos más pobres.
La pregunta es qué viene ahora, y entre los expertos (que pronosticaron muy mal el dato de abril) no hay consenso. Algunos creen que la inflación comenzará a ceder desde mayo porque los alimentos ya no suben tanto (su variación mensual de marzo fue de 2,84 por ciento y en abril de 2,75); además, se está disipando el incremento del salario mínimo. No obstante, advierten que los choques globales van a hacer que la desaceleración del costo de vida no sea muy marcada, en especial por el impacto de la guerra en Ucrania en los fertilizantes, así como por los cierres de la economía China, que es la fábrica del mundo, para combatir a la covid-19.
A esto se suma la transmisión de los mayores costos que enfrentan los productores, los cuales aumentaron 32 por ciento anual en abril, a los precios al consumidor final y el encarecimiento del dólar, que sube los precios de los importados.
Tendencias
Laura Peña, economista de BBVA Research para Colombia, considera que abril será el mes pico en inflación debido a que las presiones externas deberían empezar a ajustarse y a reducirse en la segunda mitad del año, al tiempo que internamente pesará el ciclo de la economía, pues los ajustes de tarifas y precios ya se habrán efectuado en el primer trimestre y, por tanto, habrá alivio en dichas presiones. Otros consideran que el pico será hasta mayo, pues si bien los alimentos están subiendo más lento, su desaceleración no ha sido la esperada.
Camilo Durán, de Credicorp, tiene una visión distinta. Para él lo que primará de aquí en adelante será la base de comparación para medir la inflación. Como en mayo del año pasado fue alta (1 por ciento mensual), al ser el mes que absorbió el choque del paro, es probable que en mayo de este año se desacelere un poco, pero el riesgo es que vuelva a subir con fuerza a partir de junio y julio (en los mismos meses de 2021 fue de -0,05 y 0,32 por ciento, respectivamente). “A eso se le sumará la incertidumbre del mercado de los fertilizantes, que lleva dos semanas de estabilidad e incluso algo a la baja, pero aún no se sabe qué va a pasar”, aclara. Su expectativa es que si no se presentan nuevos choques externos, en 2023 empezaría el verdadero descenso de la inflación.
“Al final del día, los choques de oferta, como los actuales, terminan corrigiéndose solos porque el aumento en precios erosiona el ingreso de las familias y los márgenes de las compañías, lo que afecta la demanda y la inflación termina cediendo”, dice Durán.
El problema es que el país no se puede dar el lujo de esperar a que la inflación se corrija sola, en especial porque esta no golpea los bolsillos de la misma manera. Mientras el costo de vida de los pobres subió 11,26 por ciento anual a abril, el de los colombianos de ingresos altos aumentó 7,46 por ciento. Urge encontrar una solución más allá del alza de las tasas de interés.