Enseres domésticos
Cuáles son los hogares de clima cálido que más usan calentadores en el país
Este mercado mueve entre 40 y 43 millones de dólares al año, compite directamente con las duchas eléctricas y viene creciendo de la mano de las viviendas nuevas, que ya lo traen instalados.
Bañarse con agua caliente no es solo una ‘debilidad’ de los colombianos que viven en tierra fría o de las habitaciones de los hoteles, sino que cada vez más hogares de ciudades con temperaturas medias y altas optan por adquirir este electrodoméstico.
Con esa idea en mente y el potencial de un negocio que mueve entre 40 y 43 millones de dólares al año, llegó al país la marca estadounidense de calentadores de agua Rheem, la cual tiene origen japonés. Si bien sus productos se vendían en Colombia a través de comercializadores, desde 2018 tienen presencia directa, con la apuesta de ganar mercado en calentadores de agua residenciales, así como para piscinas y jacuzzis.
“Este es el quinto país de América Latina al que llegamos. Es un mercado muy competido, pero con particularidades como que solo hay una marca de una empresa especializada en calentadores, el resto son productores de electrodomésticos y también están los de las duchas eléctricas. Por eso, vemos una tremenda oportunidad porque nosotros también somos especialistas en calentadores, pero no tenemos los precios más caros, como sí los tiene el actual líder del mercado”, explica Eduardo Gidi, Country Manager de Rheem Colombia y dice que esa es una situación atípica, pues acá el líder del mercado es el que tiene los precios más altos. Su meta es robarle ese liderazgo en cuatro años.
Rheem tiene 25 plantas en 10 países, algunos de los cuales tienen acuerdos de libre comercio con Colombia y, por ende, los pueden traer sin aranceles. Gidi también señala que en el país es poca la producción local de calentadores, solo produce Haceb y Challenger ensambla algunos. Como resultado, 90% de la oferta es importada. Lo mismo ocurre con las duchas eléctricas. Esta situación implica un reto adicional para este mercado, que al ser mayoritariamente traído del exterior se ve afectado por la tasa de cambio, hoy bordeando los 5.000 pesos por dólar.
“Nuestra ventaja es que gran parte de los contenedores que trajimos con mercancía entró con TRM de 4.000, pesos, eso nos permite ser competitivos”, precisa el directivo.
Por estratos y ciudades
En el estudio de mercado que hicieron en Rheem para ingresar a Colombia evidenciaron que acá el negocio de calentamiento de agua funciona en una especie de pirámide, en cuya base están las duchas eléctricas, cuyos precios rondan entre 70.000 y 130.000 pesos. El siguiente nivel es el de los calentadores de paso eléctricos y a gas y luego vienen los de acumulación. En estos dos grupos los precios arrancan en 500.000 y van hasta 7 millones de pesos.
En conjunto se venden 1 millón de unidades al año y los productos están segmentados así: duchas eléctricas, en estratos socioeconómicos bajos y en fincas, mientras que en estratos medios en adelante se imponen los calentadores y sobre todos en las edificaciones más nuevas, pues los constructores suelen instalar los calentadores y en muchas ocasiones las empresas del servicio de gas financian al consumidor final. De hecho, eso hace que 90% de las importaciones sean de calentador de paso a gas y 10% de acumulación.
“En Bogotá cada vivienda nueva viene con calentador. El cambio se da si se daña o cuando hay remodelaciones, lo cual fue muy fuerte en pandemia. En general son ciclos de 6 a 10 años, dependiendo de los productos y también porque los llamados bienes durables ya no son tan durables. Por eso, es importante que al comprar las personas se fijen en la garantía”, insiste el gerente de Rheem Colombia.
Sus cuentas indican que 40% del mercado nacional de calentadores está conformado por Bogotá, Medellín, Cali, Pasto, Eje Cafetero y Popayán. Bucaramanga va un poco más lento, pero Gidi destaca el crecimiento de la capital del Atlántico, que en su concepto se ha convertido en una mejor plaza que Cali para la venta de calentadores. Lo atribuye al hecho de que en Barranquilla se han construido muchas segundas viviendas, que son habitadas por personas del interior del país o del extranjero que están acostumbradas al agua caliente. “Además, en todos los apartamentos barranquilleros de estrato 4 para arriba duermen con aire acondicionado, lo que hace que se despierten con frío y se quieran bañar con agua caliente, por el contrario, en Cali no suelen dormir con el aire prendido”, insiste el directivo.
Según la Encuesta de Calidad de Vida del Dane, de los 17 millones de hogares que había en Colombia hasta el cierre del año pasado, 4,2 millones tenían calentador de agua eléctrico o de gas o ducha eléctrica.