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Decameron: Esta es su estrategia para satisfacer el constante apetito por vacaciones
La pandemia impactó de tal manera al turismo que esta cadena hotelera cerró toda su operación en 2020. En 2021 empezaron a reabrir las puertas con ocupaciones bajas y solo hasta 2022 volvieron a la normalidad, así que se convirtió en el año de la transición.
Una vez la incertidumbre de la covid-19 quedó atrás, Decameron retomó el camino del crecimiento. Sin embargo, 2022 no fue un año de inversiones, sino de recuperación. Reabrieron, sin mayores ingresos, sus 31 hoteles en Colombia y en nueve países de América Latina y el Caribe, para un total de 7.300 habitaciones.
Así lo describe Fabio Villegas Ramírez, presidente de esta cadena de hoteles que se ha destacado por su modelo de todo incluido. Retomar las operaciones conllevó un proceso lento “pensando siempre, insisto, en la prioridad de la salud de la gente y en entender cuál era el comportamiento del mercado. Aprendimos bastante y aprendimos que, efectivamente, existía demanda por el turismo, por el turismo vacacional y por nuestros productos”.
Aunque lo califica como el año de la recuperación, también considera que 2022 fue exitoso, pues sirvió de antesala para que en 2023 se retomaran las metas de 2019. Esperan volver a la estabilidad y aprovechar las tendencias pospandemia, en las que se incrementó el “apetito por las vacaciones”.
Además, se reinventaron con una mayor demanda de comunicación y digitalización tanto en Colombia, donde poseen más de la mitad de la operación, como en Panamá, Ecuador, Perú, Jamaica, Salvador, México, Costa Rica y Haití. La pandemia trajo cambios en los destinos, ya que el turista ahora muestra más interés por un mayor contacto con la naturaleza.
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“Colombia puede, realmente, sobresalir por el turismo de naturaleza, por el turismo ambiental, tiene atractivos innumerables de calidad internacional. En ese frente es donde, desde luego, todos en la industria debemos aportar para atender de manera eficiente y razonable”, destaca Villegas, quien lleva seis años a la cabeza de Decameron.
Este año están retomando proyectos como la construcción de la segunda etapa del hotel en Barú, con 306 habitaciones. Asimismo, miran alternativas de expansión en otros países, como República Dominicana, el epicentro más importante de turismo vacacional en la región.
“Creemos que tenemos las condiciones de distribución y acceso al mercado para estar allí de manera exitosa y estamos haciendo inversiones importantes en toda la transformación de nuestras plataformas digitales para tener una comunicación más moderna con los clientes. Al final, el objetivo sigue siendo el mismo: nosotros somos líderes en el turismo vacacional en Latinoamérica, queremos seguir siéndolo y para eso nuestro compromiso es seguir prestando un servicio de la mayor calidad a precios razonables”, agrega Villegas.
Para los próximos años, el objetivo es alcanzar un crecimiento rentable, sustentado en su estrategia de turismo vacacional todo incluido, “una propuesta, a nuestro juicio, que tiene aceptación en los mercados en Colombia, Latinoamérica y a nivel internacional”.
Cree que lo que están haciendo va por el camino correcto y sigue la vocación de éxito lograda desde sus inicios. “Decameron creció con 20 hoteles en 2010 a 31 hoteles en 2020. Ese año paramos un poco la carrera de crecimiento a raíz de la pandemia y es algo que estamos tomando nuevamente”.
El actual Gobierno propone cambiar las divisas de los hidrocarburos por las del sector turístico nacional. El presidente Gustavo Petro ha manifestado en el pacto por un turismo en armonía con la vida que, “como potencia mundial de la vida, Colombia permitirá el disfrute respetuoso de sus vastísimos paisajes, cultura y riqueza natural a toda la humanidad, enseñando al resto del mundo las prácticas de relacionamiento armónico con el medio que nos rodea. El turismo de naturaleza, comunitario, cultural, de salud, científico, entre otros, será protagonista en la transición económica como uno de los mayores generadores de bienestar económico y social local”.
Al respecto, el presidente de Decameron considera que el Gobierno “acierta” al darle la preponderancia, el valor y el potencial al turismo en Colombia. No solo con el turismo tradicional en el país, que tiene gran demanda, sino con el turismo ambiental, basado en el cuidado y la atención de la naturaleza.
“Yo creo que es viable generar toda una estrategia mucho más puntualizada, clara y concreta entre el sector y el Gobierno. Creo que están dadas las condiciones para que nos pongamos de acuerdo en metas, en propósitos y en objetivos precisos”, dice Villegas.
Sin pretender entrar en la discusión de la conveniencia o no, también considera que hay que hablar con el Gobierno sobre otras propuestas como la reforma laboral, que se volverá a presentar en el Congreso de la República luego de su hundimiento en la pasada legislatura. Señala que tanto el Gobierno como el Congreso deben contemplar que este sector, y en particular el turismo vacacional o de recreación, se mueve de manera estacional “y en días específicos de la semana y del año. Por lo tanto, requiere cierta flexibilidad en su capacidad de contratación o en su manejo de los recursos laborales. Creo que eso es algo que se ha venido discutiendo y esperamos que, efectivamente, esas connotaciones particulares sean tenidas en cuenta”.
Tras una pandemia que les dejó muchos aprendizajes, una situación dramática para el sector, hoy esta cadena de hoteles deja atrás ese momento difícil en el que la preocupación era tener la caja suficiente para superar la crisis y entra a una nueva etapa a fin de tomar las sendas del crecimiento a las que han estado acostumbrados.
Su modelo de servicio es reconocido internacionalmente por diferentes actores del sector turístico. El más reciente se dio en la decimoprimera entrega de los Traveller Review Awards de Booking.com, una de las agencias de viajes en línea más grandes del mundo, que reconoció a seis de sus hoteles por la “excelente hospitalidad”: en Colombia, Decameron Maryland (San Andrés), Galeón (Santa Marta), Las Heliconias (Quindío), Panaca (Quindío) y Decalodge Ticuna (Amazonas); y en México, La Marina.