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El dólar tiene contra las cuerdas a una gran y muy querida empresa de golosinas: “Tristemente, vamos a tener que finalizar la temporada con unos precios muy altos”
Advierten que cada vez tienen que pagar más por los insumos para fabricar sus productos.
El precio del dólar en Colombia se puede decir que es el tema del momento en la agenda informativa nacional, no solo porque la divisa estadounidense está llegando a niveles nunca antes vistos, sino porque está apretando la economía de muchas empresas, principalmente de aquellas que trabajan con materiales importados, ya que cada vez están teniendo que pagar más, llegando incluso al punto de trabajar a pérdidas para mantener su clientela.
Para nadie es un secreto que el valor de esta moneda extranjera está directamente relacionado con ítems claves para la economía como la inflación, de tal manera que si uno se dispara, el otro inmediatamente le sigue y entre los dos obligan a que los hogares y empresarios tengan que apretar su bolsillo para hacer frente a los tiempos de ‘vacas flacas’. En países como Estados Unidos la inflación ha llegado a tal punto que ya muchos hablan de recesión y crisis para 2023.
Actualmente el precio del dólar en el mercado nacional llega a máximos de 4.999 pesos, nivel que alcanzó el pasado lunes, mientras los analistas, inversionistas y expertos, esperan que supere la barrera de los 5.000. Algunos centros como Credicorp Capital no descartan que su próximo techo sea de 5.137 pesos, llegando a niveles que jamás se han reportado en la historia del país, ni siquiera en la época de crisis de los años noventa.
En medio de toda esta situación, un grande de las golosinas en Colombia prendió las alarmas por todo lo que está pasando y advirtió que cada vez tienen que hacer más piruetas para seguir en operación, puesto que contrario a lo que esperan cada vez que abren sus negocios, la moneda estadounidense no para de subir. Se trata de Maíz Kernel, una firma que nació hace cuatro años en San Victorino, en Bogotá.
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En diálogo con SEMANA, Daniela Castillo, cofundadora de esta empresa, desmintió que vayan a cerrar una de sus tres tiendas en la capital del país, pero sí dejó claro que la situación no está fácil por culpa del dólar, ya que gran parte de los materiales que usan para trabajar vienen de otras naciones, ya que no se fabrican acá, por lo que la disparada de esta divisa ha sido bastante desfavorable.
“Básicamente los insumos que se compran, pues en su mayoría no son nacionales, como por ejemplo el maíz pira, que usamos para nuestras crispetas, no se produce en Colombia, así que nos toca traerlo de México, Argentina o Estados Unidos y recordemos que los fletes de transporte se costean en dólares y esto ha subido a precios exorbitantes”, explicó esta joven emprendedora.
Pese a que llevan poco tiempo en el mercado, Maíz Kernel ha logrado posicionarse en el mercado nacional como una de las golosinas o snacks favoritos de muchos colombianos, a tal punto que ya estaban pensando en un plan de expansión para otras ciudades del territorio nacional. Sin embargo, con el panorama actual indican que es necesario mirar opciones en el exterior, sin dejar lo que se tiene acá, para mejorar su rentabilidad.
“Cada vez que compramos vemos que nuestros insumos suben y suben, pero no a una escala moderada del 5 o el 10 %, sino que nos enfrentamos a realidades del 25 o 30 %. Todavía estamos asumiendo pérdidas porque estábamos esperando si se llegaba a un techo o lo máximo a lo que podría llegar este año (el dólar), pero tristemente vamos a tener que finalizar la temporada con unos precios muy altos para el consumidor”, agregó Castillo en entrevista a SEMANA.
La situación ha llegado a tal punto para esta empresa, que nació y se forjó en medio de los tiempos de pandemia, que según su cofundadora, ven con tristeza que si la situación del dólar no cambia pronto, tendrán que dejar de utilizar una de sus principales apuestas para cuidar el medioambiente, gracias a la que han sido famosos desde el principio.
“Se trata de nuestro barril de aluminio, nosotros nos la jugamos por esta alternativa para no usar el plástico y para que las personas tuvieran un barril recargable a la hora de llevar sus crispetas. El punto es que si esto no mejora y el dólar empieza a bajar, nos tocará optar por el plástico, que siempre vimos como una posibilidad inviable, ya que contamina el medioambiente y no dura tanto como el aluminio”, dijo la vocera de Maíz Kernel.
Esta empresa de golosinas fue fundada en 2018 por las hermanas Daniela y Paula Castillo, quienes luego de varios intentos por emprender y gracias al apoyo de sus padres, comenzaron esta idea de negocio de San Victorino, bajo el lema “como las del cine, pero sin función”.