Opinión

El fin de la resistencia al cambio

El sector jurídico se ha convertido en un mercado dinámico y competitivo, caracterizado por la combinación de empresas capaces de ofrecer servicios más ágiles, transfronterizos, proveedores de análisis especializados en asuntos puntuales y con valores asociados a la diversidad y a la sostenibilidad.

Claudia Amore JiménezDirectora ejecutiva de la Cámara de Servicios Legales de la Andi 
14 de agosto de 2021

El cambio es un valor añadido y un acelerador de negocios, que ha permitido que en Colombia, a pesar de la coyuntura mundial, el sector mantenga un crecimiento relevante; sin embargo, aún conserva una centralización en los servicios ofrecidos desde la capital.

En el último año, dada la complejidad de los negocios y la coyuntura mundial, los clientes se han caracterizado no solo por buscar experiencias jurídicas, sino por la demanda adicional de habilidades que pueden recaer en distintos expertos.

El sector ha debido reinventarse en los últimos meses. La situación de orden público, sumada a la coyuntura sanitaria y a la caída de la calificación de riesgo país, ha complejizado el actuar de las firmas de abogados.

El camino hacia la recuperación sanitaria, social y económica traerá consigo mayores inversiones y un resurgimiento de la actividad empresarial e industrial, del cual no es ajeno el sector legal.

En el espectro del sector se vislumbran desafíos derivados de las novedades legislativas en materia laboral, incluyendo la reglamentación del teletrabajo, el trabajo en casa y la disminución de la jornada laboral. El área tributaria no se queda atrás dada la coyuntura fiscal, así como el área de reestructuraciones y resolución de conflictos.

Prácticas no tradicionales como la ambiental, de compliance, y de derechos humanos y empresa toman cada vez mayor relevancia, y el panorama del sector inmobiliario viene reinventándose a raíz de la crisis generada por la pandemia de la covid-19. Al tener una mirada en el interior de las empresas de servicios jurídicos, estas cuentan con múltiples conocimientos y grandes volúmenes de información.

El sector actualmente trabaja en el desarrollo de estrategias de transformación digital, en afinar procesos y en incursionar en nuevos modelos para la prestación de los servicios legales, basados en el uso de herramientas tecnológicas, de inteligencia artificial y blockchain, afinando el manejo de su información interna. Durante la pandemia, la adopción del modelo de trabajo en casa demostró que la presencialidad no es tan necesaria a la hora de mejorar la experiencia del cliente.

La coyuntura permitió mantener un servicio de alta calidad con mayor eficiencia en el rendimiento de los equipos. Hoy, las firmas de abogados se han propuesto mantener un modelo híbrido sin presencialidad plena. Existe una interacción distinta de los equipos entre sí y cambios en las relaciones socio-asociado, derivados del contacto personal indirecto.

Asimismo, los colaboradores ya no están tan dispuestos a renunciar a las ventajas que ofrece el trabajo virtual, situación que beneficia a las mismas organizaciones, sin sacrificar la calidad del servicio que prestan. La inclusión de estrategias de diversidad y sostenibilidad hoy van de la mano de los negocios y se han convertido en un direccionador de la decisión al momento de contratar asesores jurídicos externos.

El trabajo conjunto así como el colegaje armónico y responsable han permitido la construcción de una comunidad jurídica consolidada, que trabaja por el bien general, favorece el clima de los negocios, analiza las necesidades del país y aporta desde su experticia.

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