VACUNAS

Escasez de vacunas: ¿Volverán las empresas a meterse la mano al bolsillo para comprar más dosis?

En medio de agarrones ¿qué futuro tiene la estrategia empresarial para acelerar la inmunización de los colombianos?

4 de septiembre de 2021
Bruce mac masterPresidente de la Andi
| Foto: alejandro acosta

Colombia ha dado varios giros con el tema de las vacunas. Primero se celebró la llegada de las primeras dosis, pero luego, ante la llegada de pocas unidades a mediados de febrero, vinieron reclamos de los que esperaban en las filas, según las edades establecidas en el Plan Nacional de Vacunación.

Después, empezaron a llegar cada vez más biológicos, pero entonces muchas personas se mostraron indecisas y otras, simplemente, no se querían vacunar. Los interesados en recibir la protección de la vacuna percibían que la aplicación iba despacio y de nuevo arreciaron las críticas.

El fuerte impacto de la pandemia de la covid-19 en la economía llevó al sector privado a ofrecerse para comprar vacunas y así, con la inmunización de sus trabajadores y familiares, ayudar a acelerar el plan nacional para proteger a la mayor parte de la población contra el virus y abonar camino para el retorno a las actividades.

¿Qué tal que las empresas no hubieran comprado vacunas?

Después de un tiempo de espera, mientras se realizaban los ajustes a las normas para que el empresariado pudiera participar, finalmente los privados compraron las vacunas, que ahora se están volviendo una especie de ‘flotador’ para enfrentar la marea ante la escasez que hay para continuar tras las metas del Plan Nacional de Vacunación.

Los privados, mediante la Andi, se movilizaron rápidamente, de manera que 2.900 empresas de todos los sectores productivos hicieron la ‘vaca’: sumaron 200.000 millones de pesos para adquirir 2,1 millones de vacunas. Implicaba traerlas de China, asumir toda la logística del transporte y almacenamiento, e incluso garantizar la aplicación de las dosis por medio de acuerdos con las IPS.

Sinovac, una de las que ahora escasean, fue la vacuna asignada, ante el pedido del sector privado. Sin embargo, cuando llegaron las dosis, coincidió con una suerte de ‘inundación’ de biológicos dentro del Plan Nacional que adelanta el Ministerio de Salud. Muchos de los trabajadores que estaban previstos para vacunarse con el paquete comprado por las empresas fueron llamados por las EPS para vacunarlos. Aun así, según las estadísticas de Bruce Mac Master, presidente de la Andi, gremio líder de la estrategia ‘Empresas por la vacunación’, en un par de meses (con corte al 30 de agosto) se aplicaron 1.007.574 dosis. “Siempre propusimos la adquisición. Las cosas no se dieron con la suficiente fluidez. El Ministerio decía que no; sin embargo, al final, el Gobierno abrió la posibilidad de que la adquisición se hiciera, para ser parte de la gran negociación que ellos habían realizado con Sinovac”, relata Mac Master.

Bruce Mac Master, presidente de la Andi

Y qué pasó en la Cámara de Comercio...

Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), dice que no hubo demoras del Gobierno para la compra privada de vacunas. “Los privados manifestaron su intención de compra, fueron al mercado y las farmacéuticas en el mundo no les vendieron. Por esta razón, el Gobierno hizo una alianza y se encargó de la compra de las dosis que ellos requerían”.

En paralelo a la Andi, la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) decidió hacer un proceso independiente de adquisición de los inmunizantes. Convocó a las empresas y, entre las que alzaron la mano, sumaban para un pedido de casi un millón de dosis. Al momento de la compra, el apetito por esa inversión ya había bajado. Algunas compañías pedían solo dos o tres, como quien compra una aspirina en una farmacia. Esto llevó a que la Cámara anunciara que echaba reversa. Los números ya no les daban, pues evidenciaron una deserción de 75 por ciento en número de empresas y una reducción de 90 por ciento en el número de dosis requeridas.

El argumento de las empresas que se retractaron era el avance del Plan Nacional de Vacunación, que garantizaría el acceso gratuito y ágil a la gran mayoría de la población que quiera vacunarse, sin requerir la inversión privada. Empezaron así la devolución de los recursos captados hasta ese momento.

Victor Muñoz
Victor Muñoz, director de la Dapre. | Foto: Presidencia de la República

En aprietos

Pero no todas las compañías estaban en la misma tónica. La marcha atrás de la Cámara de Comercio puso en aprietos a grandes empresas que tenían la intención de comprar un alto volumen de vacunas, por lo que tuvieron que buscar otra alternativa para vacunar a sus trabajadores.

También lo hizo el Gobierno, con el que hay un acuerdo de préstamo de 200.000 dosis de sus reservas de Sinovac. Para tomar la decisión, el gremio empresarial que lidera la iniciativa ‘Empresas por la vacunación’ envió una carta a los que se metieron la mano al dril para comprar vacunas para sus trabajadores. En la misiva, les informaban que el Gobierno les había pedido en préstamo las dosis y que iban a decir que sí, por lo que preguntaban por los que estaban en condiciones de donar sus asignaciones. “Hay 40.000 donadas, lo que implica que, de las 200.000 prestadas, solo nos tendrán que devolver 160.000. No hemos comprometido las segundas dosis de las personas que se aplicaron la primera con nuestra estrategia”, confirmó Mac Master.

Con las dificultades para superar la escasez de Sinovac, el Gobierno ya habló de solicitar un nuevo préstamo a los privados y el mismo director de la Dapre enfatizó en que, en América Latina, el trabajo colaborativo entre el sector privado y público ha sido destacado como un caso de éxito.

La salvada que significaron los privados para el plan de vacunación es evidente, pese a que no faltan los roces. A la Andi, por ejemplo, no dejó de molestarle el hecho de que la Cámara de Comercio señalara que no iba a poner a las empresas que convocó a pagar una plata para una compra que ya era absolutamente innecesaria. Ahora, la realidad muestra que no era tan así, pues en el país hay una escasez de vacunas de varias marcas, debido a los retrasos en los envíos de las farmacéuticas.

De cara a una cuarta ola y a la tercera dosis

Si esto sucedió con el esquema original previsto en el plan de vacunación, que incluye dos dosis en unos casos, o una monodosis en otros, que se espera en el mediano plazo, cuando parece inminente una cuarta ola de contagios y la necesidad de aplicar una tercera dosis.

Sobre la continuidad de la estrategia ‘Empresas por la vacunación’, aún no hay definición.

Víctor Muñoz dice: “El Plan Nacional de Vacunación ha sido tan exitoso y va tan rápido, que los privados mismos lo reconocen, y es por esto que en algunos casos tienen remanentes de dosis”.

Mientras tanto, empresarios como Christian Daes, presidente de Tecnoglass, uno de los que compró vacunas, pero se incomodó con la tardanza en la distribución regional de las dosis, dice que, ante una eventual necesidad de una tercera inyección, volvería a adquirir los biológicos, pero intentará hacerlo solo.

Entre tanto, las declaraciones de Muñoz en SEMANA suenan a que ya no habría necesidad de que los privados sigan comprando más vacunas. “Las cifras de compra o donaciones de dosis son las siguientes: el Gobierno nacional ha comprado 75 millones de dosis; los privados, 2,1 millones, y hemos recibido, a la fecha, 6 millones de dosis donadas por los Estados Unidos. Es decir, con corte a septiembre tenemos cobertura al ciento por ciento, en términos de dosis, para las metas establecidas en el plan nacional de vacunación a la población”.

Aun así, entre los ciudadanos queda la duda de si, de aquí a diciembre, se logrará la famosa inmunidad de rebaño, es decir, tener al 70 por ciento de la población vacunada. La cifra más reciente (del 31 de agosto) da cuenta de que van 14.722.990 colombianos con el esquema completo de vacunación. Esto es el equivalente al 29,2 por ciento, si se toma en cuenta la población total de 50.374.000 habitantes. Habría que pensar bien qué tan bueno es que los privados se hagan a un lado.