FACTURAS
‘Facturas de energía no bajan ni si se ahorra en consumo de luz’, reclaman usuarios de Enel-Codensa; ¿qué dice la empresa?
Entre enero y abril el costo por kilovatio se incrementó en 24,1 % en el estrato 4. En el caso del aseo, el alza ha sido de 54,1 % en el mismo nivel socioeconómico.
No son solo los alimentos, los colombianos están viendo subir las facturas de los servicios públicos, principalmente las de la energía y, en particular, en Bogotá, donde se supone que existen condiciones distintas a las de regiones como el Caribe, escenario de diversas circunstancias que encarecieron el servicio público.
En general, todos los costos subieron para los ciudadanos, mientras muchos empleados se quedaron esperando los incrementos en los sueldos para tratar de afrontar los altos precios, teniendo en cuenta que el Índice de Precios al Consumidor (IPC), fue de 12,82 % en abril (y eso que bajó con respecto a marzo, cuando estuvo en 13,34 %).
En el caso de la electricidad, la inflación de esta subclase tuvo un incremento de 19,49 % en el cuarto mes del año, por lo cual, en muchos hogares empezaron a ‘apagar las luces’, es decir, a consumir menos energía, con la esperanza de verlo reflejado en las facturas, pero no. Por supuesto, la situación está azotando por igual a las familias en todos los estratos socioeconómicos.
En Bogotá, Martín Santos, hijo del expresidente Juan Manuel Santos, expuso este jueves su caso en redes sociales, con el recibo de Enel en mano. Mientras que el consumo de energía disminuyó, de 110 a 108 kilovatios, el costo de la factura se incrementó en 60 %.
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Señor@s @EnelColombia ¿Cómo es posible que el consumo de energía haya disminuido (110 a 108 kWh) pero la factura llegó 60% más cara? No exageren. ¿Les pasa igual? 😡 pic.twitter.com/5TItJFFZAS
— Martin Santos (@MartinSantosR) May 18, 2023
Hay que recordar además que en septiembre de 2022 se anunció un acuerdo entre el Gobierno nacional y los diferentes actores del sector eléctrico para que las tarifas de energía eléctrica en el país comenzaran a bajar en noviembre y quitar así la presión que estaban generando las facturas en los bolsillos de los colombianos, principalmente en la región Caribe, donde los incrementos llegaron a ser de 45 % en algunas ciudades.
Pero ahora, de nuevo surge la preocupación, pues, si se han venido dando aumentos visibles, con los embalses repletos, hay incertidumbre, por lo que podría suceder con las facturas una vez aparezca el Fenómeno del Niño, que es de sequía, y ya motivó a la ministra de Minas, Irene Vélez, a alertar sobre posibles incrementos en las tarifas, por los estragos que causaría el evento climático. Eso, sin contar con que podría ser mayor el riesgo de un racionamiento energético.
En todas partes se cuecen habas
Mientras tanto, son múltiples los reclamos de los usuarios del servicio de energía quienes, en algunos casos, echan números para tratar de ver qué es lo que está pasando en sus facturas. Argemiro, usuario de Enel en el estrato 4 de una ciudad como Bogotá, lleva la cuenta del incremento en el costo del kilovatio por hora, desde enero. En el primer mes del año, su factura registraba un cobro de 623,18 pesos por cada kilovatio consumido, con lo cual, dice que las cuentas que realiza no dependen del aumento o disminución del consumo. Cada mes iba subiendo ese precio por kilovatio -aun con el mencionado acuerdo de disminución en las tarifas- y, en abril, se ubicó en 773,49 pesos, lo que implica una variación de 24,1 % en comparación con lo que le costaba en enero.
¿Qué dijo la empresa en SEMANA?
Al ser consultada la empresa Enel Colombia, sobre la situación que está causando trasnocho a los ciudadanos, quienes tratan de hacer su plan financiero para intentar lograr que les alcance la plata, explicaron lo siguiente:
“La tarifa de energía eléctrica es dinámica y se calcula de forma mensual considerando los costos eficientes que remuneran las diferentes actividades que componen la cadena de la prestación del servicio, conforme lo establece la regulación colombiana. Dichos costos, se han incrementado a lo largo del año, entre otros, como consecuencia de factores como la presión inflacionaria que se está viviendo a nivel mundial y que impacta los costos de la cadena productiva del sector eléctrico”.
La empresa, que en los mercados de comercialización y distribución atiende a cerca de 3,7 millones de clientes, entre residenciales, comerciales, industriales y oficiales, señala que, se han sumado al sector energético para trabajar en propuestas que busquen solucionar la coyuntura actual de tarifas. Eso, en el contexto, según el cual, “la compañía tiene una de las tarifas más bajas a nivel nacional”.
La realidad de los incrementos
Según la argumentación de Enel, “el valor que perciben los clientes ha sido impactado por disposiciones de Ley, como la integración de Tolima al área de distribución Oriente, a la que pertenece Bogotá y Cundinamarca, y la aplicación de la opción tarifaria, que hasta octubre de este año tendrá un incremento máximo mensual, establecido por la regulación, del 0,3 % más la variación del IPC”, explicaron.
En el caso puntual de las facturas de energía, resaltaron que dicho recibe “recoge el consumo de los clientes en kilovatio por hora durante el periodo de facturación (que puede variar entre 27 a 33 días)”.
Agregaron además que, “la aplicación de la tarifa podría contener: disposiciones de ley como el consumo de subsistencia, cobros por reconexión, otros recaudos como el servicio de aseo o alumbrado público, y otros productos y servicios del portafolio de Enel X o Crédito Fácil, adquiridos por los clientes”.
Por esos costos que para los colombianos son ineludibles, pues nadie -o casi nadie- puede vivir sin energía, la expectativa es que se cumplan los pronósticos de descenso de la inflación, lo que, sin embargo, es solo uno de los componentes en el costo de la factura. La firma de analistas económicos, Casa de Bolsa, considera que “la inflación descenderá como resultado de la desaceleración económica, el descenso en el precio de los alimentos (componente de mayor peso del índice), la debilidad del dólar y una reducción en la transmisión en el aumento de precios del productor hacia el consumidor”. Es decir, si los precios subieron como palma, tendrían ahora que bajar como coco. Habrá que ver si eso se vería reflejado en las facturas de energía.