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Famosa empresa de energía anunció quiebra en Estados Unidos: empezará a vender todos sus activos
La compañía suspendió varias de sus operaciones, incluida la distribución de nuevos productos y la firma de contratos con clientes.
La quiebra es un proceso en el que ninguna empresa se quiere ver envuelta, pero cualquiera está en riesgo de enfrentar. Normalmente, ocurre cuando una compañía cuenta con elevadas deudas o con un escenario operacional poco favorable, que no le permitiría funcionar como habitualmente lo hace.
Las empresas que registran un patrimonio negativo, es decir, un escenario en el que las deudas superan con creces los activos, son las más propensas a acogerse a una quiebra o a la liquidación final. También se ven inmiscuidas en este proceso las que tienen poco flujo de caja o una mala gestión financiera, como gastos excesivos, falta de presupuesto o una pobre planificación financiera.
La pandemia fue un punto determinante para millones de compañías en todo el mundo. Tras un freno comercial debido a los cierres de fronteras, muchas empezaron a ver números rojos en sus estados financieros. Aunque algunas lograron recuperarse tras esta crisis, otras no lo lograron y tuvieron que acogerse a leyes de reorganización o finalizar su negocio.
Empresa de energía solar se declaró en bancarrota
Se trata de la empresa Sun Power, que anunció hace algunas horas que el pasado lunes, 5 de agosto, inició el proceso legal para declararse en quiebra bajo el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE. UU. Con la decisión, la compañía espera maniobrar sus deudas y optimizar algunos valores de accionistas o participantes.
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De acuerdo con el portal económico Investing, Sun Power llegó a un acuerdo inicial con la empresa Complete Solaria para vender tres de las divisiones en donde tiene participación. Estas son Blue Raven Solar, New Homes y parte de su negocio que no cuenta con servicios de instalación. Esta transacción se daría por unos 45 millones de dólares en efectivo.
Dicho acuerdo inicial establece una oferta mínima por los activos, que está sujeta a ofertas potencialmente superiores, durante una subasta supervisada por el tribunal. El acogimiento a la ley de quiebra se da en medio de un periodo de alta inestabilidad para SunPower, pues el consejero de la empresa habría salido de su cargo en febrero.
En junio pasado, la empresa también suspendió varias de sus operaciones, incluida la distribución de nuevos productos y la firma de contratos con clientes. Sus deudas oscilan entre 1.000 y 10.000 millones de dólares. Además, tras la noticia, sus acciones se han visto fuertemente impactadas, tras un descenso del 31 por ciento.
Respecto al impacto de los empleos, a inicio de este año SunPower había declarado que planeaba reducir cerca de 1.000 puestos de trabajo, además de liquidar sus instalaciones en dos sedes principales.
Estados Unidos no es el único país que se ha visto impactado por la desaceleración económica, pues en Europa el panorama para algunas empresas también es incierto.
La semana pasada se conoció sobre la quiebra de una empresa que llevaba más de cien años en Alemania. Se trata de la compañía Recaro, que se dedica a la fabricación de asientos para carros deportivos y también aeronaves. La empresa decidió declararse en quiebra y anunció el cierre de su fábrica. Es preciso recordar que la marca mencionada no solo abastecía de sillas a aeronaves, sino también a marcas de carros como Porsche, Ford y Volkswagen.
La empresa fue fundada hace poco más de un siglo, más exactamente en octubre de 1906, en la ciudad de Sttugart. Aunque su modelo inicial de negocio eran las carrocerías de los vehículos, poco tiempo después se dedicó a la fabricación de sillas exclusivamente. La marca ya había enfrentado un panorama difícil, pues en 1969 la empresa tuvo que ser dividida en tres grupos empresariales, para que se pudiera sostener.
Tenga en cuenta que la marca tiene dos filiales distintas. La primera es Recaro Automotive y Recaro Group. Esta última tomó como especialidad el negocio de las sillas para niños en vehículos y también para estadios deportivos. La situación económica de ambas empresas empezó a caer en picada en los últimos años, por lo que miles de sus trabajadores tuvieron que acogerse a un recorte en su salario.