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Fracking, gas y energías alternativas, así será la apuesta de Ecopetrol
Mientras algunas de las principales petroleras en el mundo reportaron pérdidas astronómicas, Ecopetrol logró sortear bien la crisis. Ahora tiene la mira puesta en la transición energética. Estos son sus planes.
La industria petrolera no había tenido un año tan malo en su historia como 2020. La caída de la demanda mundial por cuenta de las medidas restrictivas para frenar la pandemia y una feroz guerra de precios entre los países productores provocaron la estrepitosa caída de los futuros de petróleo, que incluso llegaron a terrenos negativos. En un momento los productores tuvieron que pagar para deshacerse del crudo porque tenían dificultades para garantizar su almacenamiento.
Unos meses después, cuando los contagios empezaron a ceder y la economía inició un proceso de lenta recuperación en varios países, la demanda mostró algunas señales positivas. No obstante, el ritmo ha sido irregular y el mundo aún está muy lejos de alcanzar los niveles anteriores a la pandemia.
Por eso, los resultados de las petroleras, que se conocieron hace unas semanas, son dramáticos: BP perdió 20.300 millones de dólares; Shell, 21.700 millones de dólares; y ExxonMobil, 22.400 millones de dólares. La catástrofe es generalizada.
En Latinoamérica el panorama no es distinto. Pemex perdió 21.417 millones de dólares, y ni qué decir de PDVSA y YPF, que ya venían en situación difícil y el año pasado sufrieron nuevos embates por la crisis.En la región solo dos compañías lograron resultados positivos: Petrobras (que dejó utilidades por 1.229 millones de dólares) y Ecopetrol.
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Aunque la empresa colombiana no fue ajena a la dificultad y tuvo afectaciones como las demás, generó utilidades por más de 470 millones de dólares, y logró cerrar el año con una producción de 697.000 barriles de petróleo diarios. Toda una hazaña teniendo en cuenta la magnitud de la crisis. ¿Cómo lo hizo?
Felipe Bayón, presidente de la compañía, asegura que si bien la inestabilidad fue la norma, lograron que los campos y refinerías siguieran funcionando gracias a que los diversos negocios del grupo (producción, transporte y refinación) operan de manera independiente, lo que facilitó el balance entre estos.
Otro punto a favor fue que Ecopetrol tiene una vasta experiencia en afrontar dificultades similares. Después del desplome de los precios de 2014, la firma pudo desarrollar eficiencias que amilanaron los efectos negativos en momentos de caída de los precios como los vividos en 2020.
Cabe destacar que en aquella oportunidad, la compañía perdió casi 4 billones de pesos. Sin embargo, esa difícil coyuntura fue una escuela que la preparó para reaccionar de manera muy rápida, como quedó demostrado el año pasado
Aunque todo parece indicar que lo peor de la crisis pasó y se vislumbra una recuperación, para Bayón es fundamental que no se baje la guardia, pues según contó, estas inestabilidades vienen ocurriendo hace tanto y es claro que después de lo sucedido en la vigencia anterior será muy difícil que el consumo regrese a los mismos niveles en el corto plazo. Solo para dar una idea de la magnitud del golpe de 2020: al día de hoy, únicamente se está demandando 10 por ciento del combustible de gasolina de avión que se consumía antes de la pandemia.
Pese a que el panorama petrolero no es fácil, desde Ecopetrol tienen trazada una ruta, y todo parece indicar que 2021 será un año significativamente favorable para la industria en general.Por fortuna, durante las últimas semanas los precios del petróleo vienen superando los 60 dólares por barril y, de acuerdo con expertos, la tendencia podría continuar. Esta es una gran noticia para Ecopetrol y para el país. Según las cuentas fijadas en el presupuesto de la petrolera, si el precio de la referencia Brent se ubica por el orden de 45 dólares por barril, tendrían un flujo de caja para fondear inversiones de 4.000 millones de dólares al año.
Bajo este panorama, un barril de más de 60 dólares –como el que se ha registrado en los últimos días– es un bálsamo para la compañía, pues esta capacidad adicional mejoraría sustancialmente las utilidades y la caja para las inversiones.Si esta tendencia se mantiene, las inversiones de la petrolera podrían superar los 15.000 millones de dólares de aquí a 2023, y se estima que la producción escalaría hasta 750.000 barriles de petróleo diarios en 2025.
Estas inversiones serán vitales para que la compañía consolide su proceso de cara a la transición energética, pues para nadie es un secreto que conforme vaya pasando el tiempo, la demanda de petróleo disminuirá considerablemente.Con esto en mente, hace pocas semanas Ecopetrol dio un paso importante al presentar una oferta no vinculante ante el Ministerio de Hacienda para adquirir el 51,4 por ciento de Interconexión Eléctrica S. A. (ISA).
Sin duda, esta apuesta es una jugada estratégica de la compañía, ya que de cerrarse este convenio interadministrativo, Ecopetrol podría balancear el riesgo que ha mostrado en los últimos años el negocio petrolero. Además, sería el primer paso en el largo camino de la transición energética.Luego de que el país conociera el interés de Ecopetrol –que sin duda también le cae de perlas al Gobierno, pues le traería unos 14 billones de pesos–, se ha desatado un debate importante en torno a la pertinencia del billonario negocio.
Algunas personas, como es el caso del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, no ven con buenos ojos esta operación, ya que argumentan que el negocio de transmisión de energía no tiene relación alguna con el plan de desarrollo de la empresa y que lo mejor sería invertir en el ámbito de generación.
Frente a los reparos, Bayón explicó que, desde todo punto de vista, esta es una gran oportunidad para Ecopetrol, puesto que le daría valor al grupo desde el primer momento; e indicó que, pese a que la regulación actual no permitiría que entren en el negocio de generación en Colombia, las oportunidades en el exterior son infinitas.
Pero a decir verdad, han sido más las voces a favor que en contra. Incluso, el eventual negocio suscitó un punto de encuentro entre dos personajes de orillas muy distintas en la vida política. Sorpresivamente, tanto al senador Gustavo Petro como al expresidente Álvaro Uribe les sonó la idea, y ambos coinciden en que el objetivo de Ecopetrol debe ser convertirse en la empresa más grande de energías limpias de Latinoamérica.
Ecopetrol y el Gobierno se encuentran hoy en un proceso de debida diligencia, y si llegan a un acuerdo en torno al precio del 51,4 por ciento de ISA, la operación podría cerrarse a mediados de este año. No obstante, al margen de esta negociación, es claro que la llegada de Ecopetrol a otros sectores (como el de transmisión de energía) no significa que vaya a dejar de lado el negocio de los hidrocarburos. De hecho, tiene una ambiciosa apuesta en temas de gas y, por supuesto, en el desarrollo de los no convencionales con la ejecución del primer piloto de fracking, mediante el proyecto llamado Kalé, en Puerto Wilches. Lo anterior teniendo en cuenta que se espera que para 2050 la canasta energética de Colombia todavía dependa en gran medida del petróleo y del gas. Adicionalmente, Bayón indicó que seguirán trabajando en temas de investigación relacionados con geotermia, producción de hidrógeno verde, energía solar para autogeneración y otros materiales avanzados.
En estos frentes el mundo apenas está tanteando las salidas para enfrentar el hecho de que las maneras actuales de producir energía tienen un impacto generalizado negativo. En ese contexto, las posibilidades para la petrolera son infinitas, y la compra de ISA constituye el primer paso.