Grupo ISA y su ambiciosa estrategia para la transición energética

La transición energética es actualmente uno de los retos más importantes en la agenda global, entendiéndolo como la necesidad de transformar la matriz energética mundial hacia métodos de producción limpios y sostenibles. Una tarea en la que es clave la articulación de gobiernos y el sector privado, de cara a reducir cada vez más la dependencia de los combustibles fósiles y en eso es clave el papel de las compañías líderes del sector.

Actualmente, el mayor transportador de energía eléctrica en todo América Latina es ISA, empresa pública privada del Grupo Ecopetrol con más de 56 años de trayectoria, que tiene una estrategia muy clara al 2030 para construir valor sostenible con su operación. Esta incluye cuatro pilares que contemplan: la reducción del impacto de su operación en el medio ambiente, innovación tecnológica constante, desarrollo de capacidades y liderazgos para enfrentar nuevos retos del negocio y articularse con nuevos actores para alcanzar sus objetivos.

Con operación en seis países de Suramérica y Centroamérica, el dato acumulado para 2023 indica que la compañía ha logrado evitar la emisión 7 millones de toneladas de Co2e, teniendo como meta 11 millones a 2030. En total, según el informe de la compañía, 11 empresas en cinco países de su operación son carbono neutral y han llegado a invertir $168.496 millones en todo el desarrollo ambiental.

Aun así, el mayor aporte de ISA en la transición energética tiene que ver con su operación y modelo de negocio, con el que impacta a millones de usuarios en países como Colombia, Brasil, Chile, Perú, Bolivia, Argentina y Centroamérica. Para Juliana Suso, vicepresidenta de Relaciones Institucionales y Chief Sustainability Officer de la compañía, el camino es seguir trabajando en la descarbonización de las matrices energéticas.

“ISA tiene unas metas muy ambiciosas en el mediano y largo plazo y yo creo que lo más importante para decir frente a esas metas es que ISA está en un sector que es absolutamente neurálgico para la transición energética. La transición y hacerla bien es el desafío más apremiante de este planeta”, expresó la ejecutiva.

En ese sentido, mientras todavía está en camino a cumplir sus objetivos 2030, ISA ya ha empezado a construir su estrategia 2040, en la que será apremiante la transición energética y el impacto ambiental, teniendo en cuenta los efectos cada vez más fuertes del cambio climático.

Sin transmisión no hay transición energética

El rol de una compañía tan grande como ISA es sumamente relevante para el desarrollo de la economía colombiana, no solamente por atravesar con su operación 500 municipios de Colombia y tener más de cinco mil colaboradores, sino por hacer parte crucial de uno de los ejes vitales de la transición: el transporte de energía.

Para Juliana Suso, la clave reside en un famoso análisis del magnate Bill Gates que dice: “Sin transmisión no hay transición energética” y eso es cada vez más importante en un contexto en que se requieren cada vez más energías limpias, pero que al tiempo esos sistemas puedan ponerse al servicio de la población.

“Si tú tienes fuentes de generación no convencionales de energía, de nueva generación y de energías limpias, pero no las puedes poner a disposición de la población y transportarlas, que es lo que hace ISA para que estén disponibles para el consumo, pues esa transición energética no se va a dar”, explica.

En ese punto es donde el liderazgo de ISA se vuelve central, pues la empresa dispone de una red de 49.426 kilómetros de circuito, incluyendo infraestructura de empresas en las que tiene participación. Sin anotar que hay otros 6.897 kilómetros en construcción, según el informe de gestión de la compañía en 2023.

En ese marco, el grupo ha abogado públicamente a favor de una evolución del sistema de transmisión de energía nacional y regional. Por ejemplo, ante los efectos del Fenómeno del Niño en el país a inicios de año, el presidente de la compañía, Gabriel Melguizo Posada, le dijo al Gobierno Nacional que era “necesario avanzar en la integración regional de los sistemas eléctricos para aprovechar los recursos energéticos de todos los países de la región”.

Eso implica, a visión de Melguizo, “evolucionar del modelo tradicional de planeación del sistema de transmisión a un modelo de planeación integrada y flexible que considere los conceptos de flexibilidad, resiliencia e incorpore las nuevas tecnologías”, abriéndole las puertas a nuevos modelos de negocio y nuevas soluciones.

*Contenido en colaboración con ISA.