Inbiotech salió más fuerte de la pandemia para seguir promoviendo la salud por medio del bienestar

La artífice de ese salto en la historia de la compañía fue Diana Díaz Castilla, quien relata que había asumido el cargo de gerente comercial y de mercadeo hace cinco años, “cuando la compañía estaba saliendo de una crisis muy importante en el que el fundador estaba buscando una persona que le pudiera dar un nuevo aire a la compañía”.

Clave en su ascenso profesional fue el fundador de la compañía, a quien califica como su mejor mentor en el proceso y que “tomó la decisión de hacer las cosas distintas, de ser disruptivo en un sector en el que todas las personas lo hacen igual y desde Manizales empezó a trabajar con campesinos para tener productos que no le hagan daño al ser humano”.

“Yo llegué a liderar el equipo comercial y de marketing y vi el valor tan increíble que tenía esta compañía. Crecimos las ventas casi en un 70% en cuatro años, lo que la posicionó en el mercado y la empezó a hacer visible para los consumidores”, comenta.

Sin embargo, ese proceso también tuvo un punto de quiebre clave cuando ella llevaba poco tiempo en el cargo y tuvo que vérselas con la pandemia. “Inbiotech es una compañía que trabaja con distribuidores que por lo general están en centros comerciales. Cuando estuvimos en pandemia todo estaba cerrado y empezamos a pensar cómo vamos a mantener a nuestros empleados, cómo vamos a mantener a Inbiotech”, recuerda.

Díaz halló la respuesta en la tecnología: “Decidimos lanzarnos en redes sociales y yo hacía live, entregaba contenido, interactuaba con las personas. Les entregábamos conocimiento y decidimos abrir una tienda online. Una cosa que nadie se pensó y era casi algo imposible para los fundadores de la compañía. Y hoy la tenemos y es nuestro cliente principal”, cuenta.

“Cambiar el rumbo de una compañía en una situación difícil no es fácil. Siempre tienes que pensar afuera de la caja, pero las oportunidades están. Hay que identificarlas e ir por ellas”, añade la empresaria, que también considera que en el país “las cosas se pueden hacer de manera distinta” y hay tecnología y conocimientos suficientes para aprovechar la biodiversidad colombiana de una forma responsable y apropiada para llevar salud y bienestar a más personas.

Una empresa con mujeres dedicadas al bienestar de las personas

Inbiotech nació en 2006 y desde entonces dedica sus esfuerzos a crear productos para el cuidado de la piel y el pelo con el uso de nanotecnología y biotecnología, pero también gracias al talento colombiano de personas que se saben tranquilas de tener trabajo digno.

De hecho la gerente de la empresa resalta que el 80 por ciento de su personal son mujeres y la equidad de género se aplica desde la igualdad de condiciones por las que cada una es elegida y recibe una oportunidad. Esto parte desde ella misma y el proceso de selección, pues resalta que las mujeres no se fijan solo en estudios, “sino en las fortalezas de quienes nos rodean”.

Esas cualidades han potenciado a sus equipos, facilitando su evolución y capacidad de mejoramiento. “Yo tengo una frase que me encanta, y se lo digo a mi equipo de trabajo: el cielo es el límite. Los límites nos los ponemos nosotros. Nosotros tenemos un piso, pero no un techo. Tú te pones el techo y a dónde quieres llegar”, concluye.

* Contenido en colaboración con Inbiotech.