CRISIS EMPRESARIAL
La 14, prólogo a un adiós que duele: ¿Qué ha sido esta empresa para Colombia?
El dictamen de la Superintendencia de Sociedades es que la cadena de almacenes, que entró hace unos meses en proceso de reorganización, es inviable.
Pese a los intentos por salvarla, los números en rojo no cambiaron de color. No hubo salida favorable para La 14, los almacenes que alcanzaron una vida de 57 años, desde su fundación, primero como un sueño materializado en una tienda en Aguadas (Caldas), que luego empezó a crecer en Cali, hasta consolidarse como una emblemática cadena de almacenes.
“La situación financiera que atraviesa dicha sociedad es crítica”, dice en el auto expedido por la Superintendencia de Sociedades, en el que establece que, una vez concluido el proceso de reorganización empresarial, procederán a la liquidación judicial.
La noticia del adiós causa tristeza entre los colombianos que opinan en las redes sociales y que tenían entre sus afectos a este emprendimiento que fue iniciado en 1964 por Abel Cardona Franco. En el fondo, quedaba la esperanza de una tabla de salvación que no apareció.
Con tristeza recibimos la noticia del proceso de liquidación en el que entra Almacenes La 14, empresa icono de desarrollo y pujanza del Valle.
— Gabriel Velasco Ocampo (@gabrieljvelasco) September 17, 2021
Expresamos nuestra solidaridad con sus accionistas, empleados y las miles de familias que encontraban en La 14 su fuente de ingresos. pic.twitter.com/uCji0Sikkh
Los números no mejoraron
El informe de la SuperSociedades evidencia el franco deterioro en el que fue cayendo la empresa La 14, tanto en el activo, como en el patrimonio.
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Esos números en rojo se mueven entre las deudas por concepto de gastos de administración, que alcanzan a ser de 56.664 millones de pesos. Por el lado de la mercancía en consignación, es decir, la que está en los estantes para ofrecer al público, la deuda es de 53.021 millones de pesos.
Con esas cifras, la SuperSociedades muestra que la situación de La 14 no mejoró, pese a todas las voces que, en el momento de conocerse la situación, se alzaron para hablar de salvación.
Es así como, con corte al 30 de junio de 2021, la sociedad La 14 cerró con un saldo en el disponible de efectivo, por 1.723 millones de pesos, lo que implicó una reducción de 6.239 millones, en comparación con lo que había cuando se inició el proceso de reorganización. “Eso ha generado una limitación para operar adecuadamente”, señaló la SuperSociedades.
La nostalgia viene desde hace días
Aun sin conocer el veredicto final, los colombianos siguieron acompañando a La 14. En días pasados, algunos expresaban su euforia al decir: “Hoy La 14 amaneció con verduras en los estantes”. Esa imagen era fiel testigo de la innegable realidad en los libros contables: pagaban pasivos con activos, tratando de enderezar el barco, pero la marea fue más alta que las posibilidades de llegar al puerto.
Las palabras que se leen en el informe de la SuperSociedades argumentan lo sucedido en estos últimos meses en La 14: “Conjuntamente a la difícil situación financiera..., el aislamiento obligatorio derivado de la emergencia sanitaria decretada desde el 2020 y lo corrido del año 2021 y las dificultades de orden público en el país en los meses de mayo y junio de 2021, se fueron generando limitaciones para lograr la reposición de inventarios suficiente, que permitiera cumplir con el desempeño sostenido y ascendente de las ventas para generar los flujos de caja requeridos para el cumplimiento del objeto social”, dice el documento de SuperSociedades.
La liquidación, el mejor escenario
Una de las ordenes que contiene el auto de la entidad de vigilancia en Colombia es que se designará un liquidador para La 14, lo que suena fuerte para la empresa de los afectos entre los colombianos, que llegó a tener 27 tiendas que hacían presencia en las regiones Pacífica, Eje cafetero y el área Andina, incluida Bogotá.
Para la SuperSociedades, una vez hechas las cuentas, “la liquidación judicial es el mejor escenario para atender los pasivos”.
Felipe Negret Mosquera será el liquidador encargado de la difícil tarea, que incluye decir adiós a cientos de empleados, hacer acuerdos con acreedores, pero, principalmente, ponerle el broche de oro al final de un cuento empresarial que tiene en sus páginas a millones de caleños y colombianos.