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La marca detrás del reloj que usan los astronautas de la Nasa abre tienda en Colombia
La reconocida firma suiza inauguró su tienda en Bogotá, al estilo de las más grandes capitales del mundo.
Una de las marcas de relojes de lujo más importantes de lujo abrió recientemente sus puertas en Colombia. Se trata de Omega, una firma suiza con más de un siglo de tradición, que este 2024 decidió apostar por el mercado nacional con una boutique en el Centro Comercial Andino, de Bogotá.
Jaime Fonseca, brand manager de la marca, explica en SEMANA las razones detrás de esta apuesta empresarial, sus expectativas en el mercado colombiano y la historia detrás de una marca, fundada en 1848, que convirtió su icónico modelo Speedmaster en el reloj oficial de la Nasa, por lo que ha participado en todas sus misiones espaciales y lunares desde 1969.
SEMANA: Omega está presente con sus tiendas en las principales capitales del mundo. ¿Cómo se logró su aterrizaje en Bogotá?
Jaime Fonseca: Glauser es el representante de Omega en Colombia desde hace más de 40 años. Y desde hace unos 15 o 18 años tal vez ya se hace una distribución al por mayor. Omega le vendía a otras joyerías y así era como, más o menos, funcionaba el negocio. Omega ha venido evolucionando en los últimos años y ha decidido que quiere tener menos puntos de venta, con más calidad y más categoría. Ser más exclusivo. Y está abriendo boutiques en las ciudades más importantes del mundo. Si vas a Nueva York, a Los Ángeles, a París, a Londres, a Tokio, estas ciudades tienen un boutique Omega. Y a nosotros como representantes de la marca nos autorizaran la apertura en Colombia. Es tal vez la única marca de relojes de lujo con una boutique propia en el país hoy. Para nosotros, es un gran orgullo.
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SEMANA: ¿Qué tan difícil fue convencer a la marca?
J.F.: Un poco. Pensemos que Omega está en Suiza. Sus dueños saben que Colombia es un país de Suramérica, con cierta infraestructura, pero no está en el mapa de los países importantes. Y Bogotá no aparece entre las ciudades más importantes del mundo, como Nueva York. Lo primero fue convencerlos de venir a conocer. Tomó mucho tiempo. Después, viene todo el tema de encontrar la locación ideal. En eso pasaron dos años. Lo último fue el diseño de la boutique, el montaje, la construcción de los muebles. Todo se hace en Hong Kong. Omega tiene una misma empresa para hacer los muebles de todas sus boutiques en el mundo, por eso todas las tiendas lucen iguales. Hasta la música: la que se escucha en la boutique de Bogotá es la misma que suena en todas las de todo el mundo. La música está programada desde Suiza.
SEMANA: ¿Qué expectativas tienen ustedes con la apertura de esta boutique?
J.F.: Realmente, Omega es una marca muy reconocida en Colombia, entre los coleccionistas de relojes, gusta mucho. Más allá de generar o no generar ventas, que claramente al final es un objetivo importante, queremos crear un espacio para compartir con todos los conocedores. Y adicionalmente, contarles a quienes no están tan enterados de la marca, la hermosura de sus materiales, el diseño de sus maquinarias. Ya viéndolo desde un punto más financiero, la expectativa es tener crecimientos de doble dígito anualmente, de aquí en adelante.
SEMANA: Más allá de una pieza de lujo, ¿qué implica tener realmente en las manos un reloj de esta marca?
J.F.: Va más allá de tener un reloj para ver la hora. Puedes ver la hora en tu celular, en tu carro, en el despertador de la mesita de noche. El reloj Omega te da la hora, claramente, pero más allá de eso es una máquina. Son artesanales, hechos a mano, pieza a pieza. Un reloj de estos puede tener entre 280 y 360 piezas que son montadas a mano. Puede tomar más o menos de 3 a 4 meses el montaje de una sola pieza. Al final, quedas con una obra de arte en tu mano.
SEMANA: ¿Qué distingue al cliente colombiano al momento de buscar un reloj?
J.F.: En general, el cliente latinoamericano es diferente al cliente europeo; le gustan más los relojes deportivos, grandes, con acero, con caucho y el oro. No somos tanto del reloj clásico, nos gusta más lo exótico. Esos deportivos son los más vendidos en Colombia y América Latina en general.
SEMANA: Más allá de la estética, ¿cómo está evolucionando la marca?
J.F.: La apuesta es innovar más en la maquinaria, lo que está dentro del reloj, en lo que no se ve. Ahora mismo es lo que tiene que ver con el antimagnetismo. Los relojes automáticos, al ser máquinas, al ponerlos cerca de un imán o un televisor, se puede afectar la máquina. Las piezas metálicas se pueden imantar. Entonces, se ha metido mucho en toda esa parte de tecnología.
SEMANA: ¿Cómo es esa historia de que los astronautas de la Nasa, desde hace más medio siglo llevan un Omega?
J.F.: Sí, el modelo Speedmaster, que llamó la atención del astronauta Walter “Wally” Schirra, quien compró este modelo como artículo de uso personal y lo llevó en la misión Sigma 7 del programa Mercurio, que se lanzó en octubre de 1962. Ese fue el primer OMEGA en el espacio, e inició el legado de exploración espacial por el que Omega sigue siendo famosa hasta hoy. Cuando estaban en todo el tema de la llegada del hombre a la luna, año 1964 o 65, la industria buscaba accesorios para los astronautas. Y la Nasa se dio a la búsqueda de un reloj ideal para los viajes lunares. Llamaron a varias marcas y llegaron como cinco y las sometieron a varias pruebas y el único que pasó todas las pruebas.