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Los curiosos negocios en retail de la reina Isabel II, de los que poco se habla
La monarca hacía inversiones en distintos sectores, principalmente de la industria del retail. Producía salsa de tomate y ginebra, pero hasta sus perros valen una fortuna.
En el mundo occidental es común que se vea a los integrantes de la monarquía como ‘parásitos’ que gastan fortunas en ceremoniales pomposos, sin que eso compense en aporte a la sociedad.
Sin embargo, en el caso de la reina Isabel II de Inglaterra, su contabilidad muestra a una monarca que le metió el pedal a los negocios.
De muchos de ellos poco se habla, pues el foco está puesto en los bienes inmuebles y en las joyas de la corona inglesa. Además de la subvención soberana (Sovereing Grant), que en la anualidad 2020-2021 fue de 99 millones de dólares, y de los rendimientos de su herencia personal también sumaban a sus ingresos los negocios que tenía en el sector del retail.
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Negocios curiosos de la Reina Isabel II
1. Salsa de tomate. No son muchos los que recuerdan la Salsa de Tomate de la reina Isabel II, cuya particularidad es que está hecha con ingredientes distintos, como jugo de manzana, especias y acompañada de dátiles. Según registros de The Drink Bussines, se venden 28 millones de botellas al año y el producto le compite fuertemente a Heinz, que es la más posicionada en Inglaterra.
2. Ginebra. A la reina no solo le gustaba tomar de vez en cuando una copa de ginebra, trago que figura entre sus favoritos. También ese producto lo volvió parte de sus negocios. De hecho, en la industria de los destilados empezó solo hasta 2020, cuando lanzó dos tipos de ginebra. Una de ellas tiene que ver con el palacio de Buckingham y, la otra, con la Casa de Sandringham. De igual manera, se trata de bebidas muy especiales. El Sandringham Gin es considerada una bebida exclusiva. Tiene sabores de bayas de espino, verbena de limón, hojas de morera y hojas de laurel.
De igual manera, el producto incluye fruta, sharon o caqui japonés, y está infundido con notas cítricas y herbales.
4. Otros productos alimenticios. El tema de los alimentos fue uno de los que sedujo a la reina para impulsar sus negocios. Incursionó en este mercado con diferentes productos alimenticios que se producen en la finca de Sandringham en Norfolk.
3. Cría de animales. Desde caballos hasta perros hacían parte de sus criaderos, con el valor agregado de que un perro de la realeza puede ser valorado en más de 15.000 dólares.
4. Inversiones en acciones administradas por expertos. Con cierto olfato para los negocios, la reina Isabel puso 150 millones de dólares en acciones y cuentas que son administradas por expertos. En los procesos de sucesión, seguramente se conocerán detalles de lo que logró con esas inversiones.
De castillos y ducados
A medida que avanzaba en años, los negocios fueron liderados por su descendencia. Mall & Retail consultó diversas fuentes y halló que, en lo que se conoce como Privy Purse (monedero privado), lo que corresponde a un fideicomiso soberano que le fue legado desde 1339, hay cerca de 300 propiedades valoradas en 17.000 millones de dólares.
Allí se encuentran apartamentos, mansiones y haciendas. Una de las principales propiedades de la monarca es el Castillo de Balmoral ubicado en Escocia.
El Palacio de Kensington y los castillos de Lancaster, Pontefract y Tutbury son otras de las propiedades de la monarca fallecida. Los ingresos que generan han sido estimados en 24 millones de dólares al año.
Y no falta el ducado de Cornualles, que tiene 550 kilómetros cuadrados de terrenos agropecuarios, urbanos, islas y fincas.