TRANSPORTE DE CARGA
Los retos del transporte terrestre refrigerado, un sector que no se detiene
La dura geografía nacional y la falta de suficientes centros de distribución de cadena de frío dificultan el transporte de alimentos perecederos en el país y significan un desafío para el sector, pero también una oportunidad de negocio para el emprendimiento.
El panorama parece salido de una novela de Gabriel García Márquez: mientras casi la tercera parte de la población de Colombia –unos 13 millones de personas– vive en la pobreza y sufre, literalmente, de hambre, toneladas de alimentos se pierden por fallas en las cadenas de producción y distribución en las vías que conectan el campo con las ciudades y en el transporte mismo de los productos.
Las investigaciones del Departamento de Planeación Nacional en este sentido también son desoladoras. Según la entidad, Colombia desperdicia anualmente 9,76 millones de toneladas de alimentos, equivalente al 37 por ciento de la producción total, con lo que podrían alimentarse a 8 millones de personas.
Es así como el sector del transporte de alimentos perecederos del país cumple un papel fundamental. “No hay suficientes centros de almacenamiento y en el agro, con relación a las frutas, todo es informal”, señala la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC). De otro lado, y de acuerdo con el estudio ‘Logística de perecederos y cadena de frío en Colombia’, realizado por Procolombia, “existe una gran oportunidad de negocio en el desarrollo de operadores logísticos integrales para productos perecederos y la clave está en hacer masa crítica con productos afines, garantizando la temperatura de cada uno de ellos durante los diferentes procesos”.
La entidad concluye, entre otras cosas, en la necesidad de promover el desarrollo de servicios y oferta de transporte terrestre refrigerado y mantenimiento de equipos, así como las buenas prácticas para el movimiento de productos.
En otras palabras, esta crisis representa una oportunidad para el emprendimiento de tradicionales y nuevos empresarios, grandes y pequeños. El transporte de alimentos perecederos no solo aliviaría el desequilibrio alimentario, sino la situación económica de muchos emprendedores colombianos.
A ello se suma el hecho de que este renglón dispone de regulaciones especiales de circulación. “Para el transporte de alimentos perecederos hay algunas condiciones de operación que pueden ser diferentes del resto de carga, especialmente por la inexistencia de una empresa de transporte habilitada en las operaciones –señala Carlos Pabón Almanza, superintendente de Transporte–. Por ejemplo, no siempre es necesario que exista un manifiesto de carga. Asimismo, la regulación permite que se contrate directamente al propietario del vehículo por parte del generador de la carga, sin que esté de por medio una empresa de transporte habilitada”.
De acuerdo con el funcionario, para productos de origen animal como huevos, leche cruda o pasteurizada y lácteos en general, así como los del agro o cuyo origen sea el campo y tengan por destino un centro urbano, excepto el café y productos procesados, siempre que estén dentro de las excepciones del decreto 2044 de 1988 pueden operar en estas condiciones sin que se considere informalidad.
El momento es excepcionalmente oportuno para apuntarle a un emprendimiento de transporte de alimentos. Según el Ministerio de Agricultura, en el 2020 el abastecimiento de alimentos en las principales centrales mayoristas del país aumentó en 1,3 por ciento en comparación con 2019, al pasar de 6,2 millones a 6,3 millones de toneladas en 2020. Se destaca el abastecimiento de tubérculos, raíces y plátanos que aumentaron, entre 2019 y 2020, el volumen transado en las centrales mayoristas del país en 119.000 toneladas (6,7 por ciento), las frutas que lo hicieron en 20.000 toneladas (1,3 por ciento) y los lácteos y huevos que aumentaron su abastecimiento en 3.000 toneladas (5,4 por ciento).
“Para el año 2021, el reto nacional es la reactivación de la economía, y con ella la recuperación, el crecimiento del empleo y la demanda. En este contexto, el propósito sectorial es avanzar en el desarrollo agropecuario nacional a través del fomento de nuevas inversiones en el campo, el incremento de la productividad en los cultivos, el incentivo al emprendimiento con legalidad y una mayor formalización en las actividades de producción, comercialización y transformación agropecuaria, que permitan consolidar la sostenibilidad y la competitividad de la producción nacional”, señala el ministro de Agricultura, Rodolfo Enrique Zea Navarro.
En este sentido resulta clave el rol de las grandes marcas de vehículos especializados en transporte de alimentos perecederos, que han trabajado en los últimos años en ofrecer los modelos más apropiados para enfrentar la topografía nacional.
Y su papel se vuelve más protagónico aún gracias al Programa de Modernización que recientemente puso en marcha el Gobierno, y cuyo principal objetivo es renovar el parque automotor de carga y pasajeros en Colombia a través de una serie de beneficios económicos para los pequeños propietarios. El programa tiene como premisa una mejora ambiental y que el país sea más productivo, y precisamente son las marcas de camiones las que también presentan sus últimos lanzamientos para el año 2021.
Se trata de un parque automotor lleno de adelantos tecnológicos y potentes motorizaciones, que contribuirá a mejorar el movimiento de productos en un país rico en alimentos, pero pobre en logística y que merece, como lo vaticinó García Márquez en Cien años de soledad, una segunda oportunidad sobre la Tierra.