Ranking de colegios y universidades
Más allá de los números: cómo la lectura impacta el desempeño en matemáticas y ciencias
El bajo rendimiento de los jóvenes colombianos en ciencias y matemáticas se debe a su carencia en habilidades de comprensión lectora. Expertos analizan las cifras.
Los resultados de las pruebas Saber 11 y Saber Pro dan cuenta de que nuestros jóvenes siguen teniendo deficiencias en matemáticas y ciencias. En el componente de matemáticas de las Saber 11 realizadas en 2022, de 100 puntos posibles, el puntaje promedio global de los estudiantes de calendario A fue de 52, mientras que los de calendario B obtuvieron un promedio de 64. Esta diferencia se explica porque en este segundo grupo la mayoría de los colegios pertenecen a estratos socioeconómicos altos, lo que significa que hay una correlación directa entre nivel el socioeconómico y el aprendizaje de las matemáticas. Lo mismo sucede con el módulo de ciencias naturales, en el que los estudiantes de calendario A obtuvieron un promedio de 50 puntos y los de B de 61.
La puntuación de la prueba Saber 11 se divide en cuatro niveles, en los que los dos primeros dan cuenta de insuficiencias en el aprendizaje. Al ahondar en las estadísticas del módulo de matemáticas, se encuentra que el 45 por ciento de los estudiantes de calendario A están en los dos niveles inferiores y que tan solo el 11 por ciento de los de calendario B se ubica en los dos primeros niveles. En ciencias naturales la situación es aún más preocupante: en calendario A, el porcentaje de los dos niveles inferiores es del 71 por ciento, mientras que en el B es del 27 por ciento.
Estas insuficiencias son congruentes con los resultados Pisa de 2022 (que evalúan a jóvenes entre 15 y 16 años o que han culminado el ciclo de enseñanza obligatoria). En el ranking de calidad educativa en matemáticas, el país se ubica en el puesto 64 de los 80 países que participan en la prueba, y en ciencias naturales desciende al puesto 54.
Según las pruebas Saber Pro de 2023, el puntaje promedio de los estudiantes universitarios en el módulo de razonamiento cuantitativo fue de 145,5 puntos por debajo de la media teórica. En estas pruebas de Estado, los mejores resultados se encuentran en las universidades que históricamente han sido catalogadas como las mejores del país. La Universidad de los Andes, por ejemplo, obtiene un puntaje de 187. Le siguen EIA-Medellín (183), la Universidad Nacional (182), el CESA (180), la Universidad de la Sabana (179), del Rosario (179), la Nacional sede Medellín (175), Icesi (174), Javeriana (172) y la del Norte (171).
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Según Lope H. Barrero, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Javeriana, estos resultados se deben en parte a que las universidades de alta calidad tienen rigurosos procesos de selección que les permiten escoger a las personas con mejores habilidades en matemáticas y ciencias. “Sobre el desempeño de los estudiantes universitarios en ciencias y matemáticas, tenemos conceptualmente dos grupos: los que estudian en universidades de alta calidad, cuyos procesos de selección solo permiten la entrada de jóvenes con las competencias necesarias o superiores para llevar a cabo su carrera, y los que estudian en universidades de menor calidad, que pueden recibir algunos estudiantes con falencias en estas materias”, explicó Barrero.
A la luz de las cifras, las deficiencias de los jóvenes en matemáticas y ciencias son el reflejo de dos realidades relacionadas: las brechas en el acceso a la educación, en donde los grupos de población más vulnerables tienen mayores deficiencias en estas dos materias, y la carencia de habilidades de lectura. En cuanto a esta segunda realidad, vale la pena decir que un buen rendimiento en matemáticas y ciencias requiere altos niveles de comprensión de lectura porque “no se puede resolver un problema de matemáticas si no se entiende cuál es el problema, es decir, si no se lee bien el problema”, advirtió Barrero.
Y justamente es allí donde radica la falla estructural. De acuerdo con el Estudio Regional Comparativo y Explicativo 2021 de la Unesco, el 64,2 por ciento de niños y niñas de tercer grado están por encima del nivel de competencia mínima en lectura, porcentaje que se reduce en sexto grado al 37,5 por ciento. De esta manera, el 56,4 por ciento de niños y niñas de tercer grado están por encima del nivel de competencia mínima matemática, mientras que en sexto grado esta cifra se reduce al 16,6 por ciento.
Horacio Álvarez Marinelli, economista sénior y experto en educación del Banco Mundial, explicó que todo conocimiento de orden superior presupone niveles medios de comprensión que se expresan en la lectura. En ese orden de ideas, las deficiencias en ciencias y matemáticas no son un problema que se soluciona con aumentar el número de horas dedicadas a esas materias sino en desarrollar las habilidades de lectura crítica de los estudiantes.
“Puede ser que los estudiantes tengan un pensamiento científico o matemático más avanzado, pero no lo pueden demostrar porque su interferencia es la comprensión. No hay forma de que niños y niñas aprendan conocimientos de orden superior si no logran comprender lo que leen. Si no se corrige el problema de comprensión lectora, es muy poco lo que se puede hacer para mejorar las demás competencias”, afirmó Álvarez.